Los jornaleros agrícolas son trabajadores temporales del campo que no poseen tierras y que se encargan de la siembra, la cosecha, la recolección y la preparación de productos del campo en propiedades ajenas. La contratación de estos trabajadores está determianda por la estacionalidad en la actividad agrícola y los factores meteorológicos, imposibles de controlar por el hombre. Durante dichos periodos laborales, el jornalero se emplea todos los días, de lunes a sábado y en la época pico los siete días de la semana en jornadas que oscilan entre nueve y quince horas.
Uno de los factores que influyen y determinan las condiciones de precariedad laboral de estas personas es la percepción de que las labores del campo no requieren de habilidades específicas ni de conocimientos técnicos y que el trabajo agrícola que realizan los jornaleros sólo requiere de aplicación de fuerza física y no de conocimientos y capacidades específicas, por lo que dicha actividad la podría realizar cualquier persona sin calificación alguna.
En el empleo formal, la jornada de trabajo supone entre 40 y 48 horas a la semana, mientras que entre los jornaleros, la media semanal para los hombres es de 57.2 horas y para las mujeres de 65.4 horas. Los jornaleros agrícolas carecen de prestaciones sociales por parte de los productores agrícolas que los contratan, debido a que los contratos se hacen de manera verbal y a través de un intermediario que se deslinda y encubre la relación del asalariado con el capital. La Red de Jornaleros Internos señala que estos trabajadores laboran 15 horas al día en promedio, casi el doble de la jornada permitida, y ocho de cada 10 no pueden acudir al médico en caso de enfermedades y accidentes, por no tener prestaciones ni seguridad social.
En México, la problemática de abusos y explotación de los jornaleros agrícolas existe en por lo menos 19 estados del país: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Chiapas, Guanajuato, Zacatecas, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nayarit, Colima, San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Michoacán, Puebla y Estado de México. Según datos de la Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas 2009, en el país existen al menos 2 millones 40 mil 414 jornaleros agrícolas; 40% de ellos son indígenas, y 762 mil 265 son migrantes. Junto con sus familias, los jornaleros representan una población total de 9 millones 206 mil 429 personas que representa el 7.6% de la población total del país.
Según la misma encuesta, la edad promedio de los jornaleros, era de 36 años, aunque el 43.6% se concentraba entre los 18 a 45 años. Además, 90% carece de un contrato formal; 48.3% tiene ingresos de tres salarios mínimos; 37% ganan dos salarios mínimos y 72.3% gana por jornal o día de trabajo, mientras que el 23.8% recibe su pago a destajo. El 60.9% trabaja seis días a la semana y casi el 14%, lo que representa a uno de cada siete, trabaja todos los días.
Por su parte, el sondeo reporta que hace seis años había mil 352 unidades empleadoras de jornaleros agrícolas. Los cultivos en los que trabajaban eran de caña, tomate rojo, café, naranja y mango, manzana, calabacita, tomate verde, chile, melón, uva, durazno, piña, plátano y tabaco, siendo los que más empleaban a jornaleros el del tomate rojo (23 mil 305 jornaleros), la uva (13 mil 411) y la caña (8 mil 425).
Finalmente, la encuesta oficial estimaba que para 2009 había al menos un millón 58 mil 63 niños y adolescentes trabajando en el sector agrícola y que por lo menos 400 mil de ellos recibían un pago por su trabajo. Asimismo refería que el 39.1% de la población jornalera agrícola era menor de 18 años.
Con información de:
http://www.cipet.gob.mx/jornaleros/
http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/encuestas/hogares/enoe/enoe2010/ENOE_2010.pdf
http://www.jornada.unam.mx/2015/04/06/politica/016n1pol