Destroza minera canadiense la vida de media centena de comunidades en el sur del Edomex
Miguel Alvarado/ texto. Imágenes/ Marycarmen Aguilar / Viceversa Noticias
San Juan Acatitlán, México; 28 de marzo de 2025
La minera canadiense Sierra Madre Gold and Silver Ltd, propietaria de la mina La Guitarra ha contaminado el río Grande, que atraviesa al municipio de Temascaltepec, en el sur del Estado de México, antes de desembocar en el océano Pacífico. Esta contaminación proviene de la extracción de oro y plata que se realiza en ese lugar, y que genera lixiviados que han enturbiado las aguas, volviéndolas inutilizables. Otras minas que extraen los mismos minerales derraman residuos de los procesos químicos utilizados para la separación del producto, los cuales están compuestos de arsénico y cianuro, que se mezclan en los ecosistemas dañándolos de manera irremediable.
El río Grande o también conocido como Temascaltepec recibe descargas de agua que provienen directamente de la mina. El río se lleva esa agua hacían la presa El Gallo, que se ubica entre los límites del Estado de México, Guerrero y Michoacán. La presa es productora de mijarras, tilapias y bagres, que se comercializan en mercados de la Ciudad de México.
Habitantes de San Juan Acatitlán, ubicado en el municipio de Luvianos, vecino de Temascaltepec y que usa el agua del río Grande, han denunciado de manera pública la contaminación de las aguas. El Consejo Supremo Indígena de la Nación Náhuatl por la Defensa del Río y otras organizaciones han exigido a la gobernadora del Estado de México, la morenista Delfina Gómez, que ayude a la población a poner un alto a las acciones de la minera, aunque ese ámbito corresponde a las autoridades federales. Los afectados recolectaron botellas y frascos con agua contaminada, que sale de color amarillo oscuro, “como si fuera agua de tamarindo”, y la mostraron a la comunidad. Además, señalaron que mandarán hacer análisis para saber exactamente qué contiene el agua.
Así, este viernes, representantes de unas 30 comunidades de Acatitlán se reunieron para determinar cuáles serán las acciones que se llevarán a cabo para frenar a la minera. Primero, se hará de nuevo un llamado público a la gobernadora Gómez y si no hay respuesta entonces se cerrarán por una semana las válvulas del Sistema Cutzamala. Por último, acudirán a instancias federales.
“No podemos arriesgarnos a usar esa agua, no podemos arriesgar a nuestras familias porque la ocupamos para lavar ropa y otras cosas de la casa. Esa agua no se puede usar”, dijeron en la asamblea celebrada esta mañana.
Por su parte, Damaris Chico Castillo, representante de los pueblos indígenas de Acatitlán dijo que el río representa un grave problema para los pueblos y sobre todo para los niños. “La realidad es que no tenemos agua. Mis animales se están muriendo por falta de agua. Tenemos ancianos con discapacidad y los que podemos estamos yendo al río Chiquito, pero los que no pueden sufren. No hay agua para el aseo de ellos. Queremos un tratamiento para el río, queremos pipas de agua. Señora Delfina, yo te di la bienvenida. ¡Ahora queremos que tú… yo te digo de tú porque tú y yo estuvimos platicando y ahora no me conoces! Pues yo te pido que bajes pipas de agua a San Juan Acatitlán el Grande. Señora Delfina, escúchanos, presidenta de la república, escúchanos porque nosotros fuimos los que te pusimos. Nosotros luchamos por ellos que ahora están arriba. Ahora les pedimos que echen un ojo acá abajo”, dijo ante los asistentes.

Días antes, algunos ejidatarios reunidos platicaban acerca del problema que representa la minera para el bienestar de los pueblos. Se lamentaban de haber podido detener, aún, la grave contaminación que se ha esparcido en el sur del Estado de México.
“La mina saca millones de dólares, y nosotros somos pobres y nos mantenemos de la poquita agua que sacamos del río. Esa mina, aunque la encubran o tapen, está contaminando, digan lo que digan. Todas las minas usan químicos, aceites, usan de todo y eso se mezcla con los gases que salen desde abajo… toda esa porquería está afectando al río. Ya hubo una manifestación por eso y se paró un poquito, pero ahorita siguen de vuelta. ¿A nosotros en qué nos beneficia que se estén llevando lo que sacan? Ahí sacan oro, plata y dicen que uranio”, señala Indalecio Benítez, que dirige el medio de comunicación Radio Calentana, desde donde denuncia, desde hace años, la grave situación por la que atraviesa el sur del Estado de México, en donde el narcotráfico ha creado un Estado fantasma que controla la región y da protección a las mineras canadienses, que contratan a la delincuencia organizada como fuerzas paramilitares que disuaden a los pobladores de realizar protestas o acciones de defensa en favor de las comunidades.
Otros habitantes culpan directamente al gobierno, al que señalan de prestarse a la corrupción que ha devastado los ecosistemas del sur mexiquense. Comunidades de Michoacán como el municipio de Tiquicheo, ha reportado también afectaciones por la misma situación del río Grande. Los pueblos buscan articular una defensa única y reclamar sus derechos sobre el agua que se encuentra en aquellos municipios.
-¿Quién no agarra agua del río?- pregunta Benítez- ¿Quién no toma agua del río para los animales, para las hortalizas? ¿Quién no toma el agua de aquí? El día que soltaron el agua contaminada nuestras bombas se taparon de lodo, que lo alzaba con las manos y me quedaban rojas. Yo he estado en contra de esto todita mi vida y un tiempo se me estuvieron muriendo mis animales. Yo le echaba la culpa al agua del río, hasta que mejor les di agua de un manantial cercano, que no estaba contaminado. Pero se murieron por tragar esos materiales que echan ahí.
No sólo los animales mueren, también los árboles que han intentado sembrar y apenas un cuantos han sobrevivido. El agua del río los seca. Luego, Benítez muestra los pequeños árboles que ha sembrado, cuyas hojas no son verdes sino amarillas, del color de los contaminantes que los canadienses han echado al río. Son limoneros ubicados a unos cuantos metros del río. “Ahí está la prueba de los daños”, dicen los pobladores en tanto miran los árboles, que se han quedado enanos y se han ido secando rápidamente.
Los dueños de La Guitarra han negado sistemáticamente que se contamine el río. La periodista Violeta Huerta documentó, el 20 de marzo de 2017, los reclamos de ejidatarios y comunidades ubicadas entre Valle de Bravo y Temascaltepec acerca de la contaminación del río. La mina respondió que cumple “con toda la normatividad en materia ambiental” y amparó sus dichos en las revisiones que le había realizado la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en donde no se hallaron irregularidades. Luego, los canadienses señalaron que “la Guitarra Compañía Minera tiene un alto compromiso para operar armoniosamente con su entorno; por lo que cuenta con un programa de monitoreo y gestión ambiental sistemático y constante”.
Las habitantes no creen esta versión, aunque saben que la minera no aceptará los daños que ha causado porque así operan estas empresas.
En 2018 una nueva protesta de ejidatarios, articulada por 52 comunidades, centró los reclamos en el levantamiento de una denuncia formal realizada ante la Profepa y la exigencia del cierre de La Guitarra. Los pobladores señalaron la destrucción de más de dos mil hectáreas de bosques y las afectaciones que las aguas contaminadas ocasionan en personas que usan el agua del río y que se traducen en infecciones del estómago y de la piel.
En 2022 Sierra Madre adquirió la totalidad de la mina de La Guitarra, que hasta ese año perteneció a First Majestic Silver, otra empresa canadiense con operaciones en aquel país y en Estados Unidos, que no abandonó Temascaltepec porque una vez terminada la transacción se convirtió en parte del grupo de accionistas de los nuevos dueños.
La mina no es cualquier cosa. Tiene una extensión de 39 mil 714 hectáreas, su producción está catalogada como de “alta ley” y es carácter subterráneo. Tiene un centro de procesamiento en sus instalaciones y sus reservas de plata alcanzan los 7.45 millones de onzas. Entre 2015 y 2018 obtuvo entre un millón y 1.5 millones de onzas de plata cada año. Junto con La Guitarra, hay otro centro subterráneo llamado Coloso. La minera Sierra Madre cuenta con al menos dos proyectos de extracción de metales preciosos en el país, que son Tepic y La Tigra.
La mina de La Guitarra comenzó a funcionar en 1992 y en 2023 la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) aprobó la transacción. Este tipo de uniones es común entre las mineras canadienses, que venden sus minas a empresas que pertenecen al mismo circuito cuando tienen problemas con las comunidades o son presionadas por autoridades para pagar impuestos y proteger el medio ambiente. La estratagema funciona, pues las siguientes administraciones dilatan el cumplimiento de promesas y pactos, y cuando ya no pueden hacerlo, vuelven a vender a otra minera aliada.

La protesta se enmarca en el inicio de la Operación Bastión, que hoy por la mañana envió a la Guardia Nacional, a marinos, soldados y agentes estatales al sur de la entidad, a los municipios de Luvianos, Amatepec, Tlatlaya, Temascaltepec, Sultepec y Tejupilco para intervenir ranchos, bodegas y puntos de vigilancia de la Familia Michoacana, clasificada por Estados Unidos0 como grupo terrorista. Por más de diez años se ha “combatido” a ese cártel sin éxito y sus líderes, Jhonny, Alfredo y Ubaldo Hurtado Olascoaga, nunca han sido mínimamente importunados. En el transcurso del día, habitantes de Luvianos han denunciado abusos y robos por parte de elementos de la Guardia Nacional.