Fronteras abiertas, cortes saturadas: migrantes esperarán hasta un año para iniciar trámite de asilo
California, Nueva York y Texas son los estados a donde más migrantes se trasladan para continuar su proceso de asilo luego de cruzar la frontera; por Ciudad Juárez, 991 se han internado a Estados Unidos desde el 26 de febrero cuando se reanudó el programa para los que esperaban en México
Texto: Verónica Martínez; Fotos: Verónica Martínez y Rey Jaurégui/ La Verdad Juárez/Pie de Página
CIUDAD JUÁREZ: En días soleados, Isabel y sus hijos Justin y Julieta visitan un parque en Uniondale, en el estado de Nueva York. El clima no es tan cálido como en su natal Tegucigalpa, pero Justin puede jugar soccer al aire libre y Julieta empieza a dar sus primeros pasos.
La familia hondureña es una de las muchas que han podido cruzar a Estados Unidos por esta frontera bajo el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés). La madre de 32 años esperaba una fecha de ingreso a territorio estadounidense en Ciudad Juárez desde septiembre del 2019, apenas el pasado 3 de marzo logró pasar para continuar con su proceso migratorio desde territorio estadounidense.
“Siempre fui positiva y estaba sonriendo, pero mi corazón y mi mente estaban tristes porque no había logrado mi sueño”, dice Isabel. “Ahora estoy en el lugar donde lo espero lograr y en donde voy a empezar”.
Este 26 de marzo se cumple un mes de que migrantes bajo el MPP, programa impuesto durante la administración del presidente Donald Trump mejor conocido como “Quédate en México”, entraron por Ciudad Juárez a Estados Unidos.
Las casi 3 mil 700 personas que han cruzado la frontera por los puertos de entrada desde México aún tienen un camino largo que recorrer. Con las cortes de migración en Estados Unidos retrasadas por las restricciones de covid-19, los migrantes pueden llegar a esperar más de un año para recibir una audiencia, de acuerdo con datos oficiales.
La abogada de migración Jodi Goodwin, de Harlington, Texas, dice que el tiempo de espera depende de la corte. “Algunas están agendando audiencias en cuatro meses y en otras, los solicitantes no han recibido ni siquiera una fecha de audiencia inicial” dice.
Hasta febrero de este año, 10 mil 768 casos quedan pendientes en la corte de El Paso.
De los principales puertos de entrada, El Paso es donde la Corte registra más casos iniciales de MPP con 23 mil 251, seguido de Harlinger, frontera con Matamoros, y la de San Diego, en la frontera con Tijuana, según datos de la Oficina Ejecutiva para Revisión de Migración (EOIR por sus siglas en inglés).
Pero de estas tres fronteras por donde se reanudó el programa de MPP en febrero, El Paso es el puerto que menos entradas ha tenido con un total de 991 hasta este 24 de marzo, de acuerdo con datos proporcionados por oficiales de la oficina de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La corte de migración para casos de MPP en El Paso también ha sido la que menos solicitudes de asilo a aprobado, con 23 casos y 11 mil 246 negados, además de tener la cantidad más alta de atender solicitudes pendientes, con 10 mil 768, reporta la EOIR.
La Acnur reportó el 18 de marzo que 16 mil 966 migrantes enviados a México bajo el programa MPP completaron su registro para reanudar su caso, de los cuales 8 mil 059 fueron entrevistados y contaban con su proceso completo para cruzar la frontera.
Una espera de 18 meses
Tras 18 meses de espera, la familia de Isabel cruzó el 3 de marzo por el puente internacional Paso del Norte junto con otros migrantes y acompañada por oficiales de la Organización Internacional para los Migrantes. La mujer recuerda que se sintió nerviosa durante el proceso de ingreso a Estados Unidos con una de su hija en brazos, hasta que un oficial ofreció a cargar a Julieta mientras llenaba las formas de migración.
Los oficiales rodeaban a la bebé de ocho meses pellizcándole el rostro y los brazos regordetes “hasta la levantaron y le decían ‘beautiful (hermosa)’”, narra Isabel.
Por su parte, Justin recuerda el trato de oficiales en el centro de detención hace más de un año cuando llegaron solo él y su madre a pedir asilo. El menor de ocho años dice temer a los oficiales y describe ese lugar como “estar en la cárcel”.
“Fue por ella que entramos”, dice Justin, refiriéndose a su mamá.
Karina Breceda, coordinadora del albergue San Juan Apóstol, donde Isabel y otras migrantes embarazadas se hospedaron durante su estancia en Ciudad Juárez, comenta que todos los migrantes bajo MPP del lugar ya cruzaron a Estados Unidos.
De 31 huéspedes, cuatro familias con un total de nueve personas estaban bajo el programa migratorio. El albergue, ubicado en el sur de la ciudad, solo hospeda a mujeres embarazadas, acompañadas de menores o víctimas de violencia.
“Se les hizo una entrevista con Acnur y mi entendimiento es que le dan prioridad a personas en situación vulnerable”, dice Breceda. “El hecho de que tienen recién nacidos y estar embarazadas podría tener que ver con el hecho de que las escogieron”.
Aun así, la coordinadora del albergue no puede asegurar que esa fue la razón por la que las mujeres hayan entrado a Estados Unidos, ya que ACNUR no especifica qué condiciones califican como situación de vulnerabilidad.
Al cruzar a El Paso, los migrantes se hospedan en el albergue Casa Anunciación por uno a dos días, en la espera de un boleto de avión o autobús. La gran mayoría de los migrantes no permanecen en la ciudad fronteriza, dijo Linda Rivas, directora del Centro Las Américas.
California, Nueva York y Texas son los estados a donde más migrantes se trasladan para continuar su proceso de asilo, aunque Houston la ciudad más mencionada en las formas de cambio de domicilio. Mientras Florida es un destino común para cubanos, el área de Boston lo es para migrantes brasileños. Mississippi y Tennessee también se encuentran en la lista de reubicaciones más comunes.
Rivas menciona que la ubicación más cercana de traslado es en Midland, Texas, a casi 500 kilómetros de El Paso.
Una difícil transición
Isabel lleva casi tres semanas en Uniondale, una población del condado de Nassau en el estado de Nueva York, pero no ha podido hablar con un abogado sobre su proceso de migración ni ha identificado la corte a la cual se debe reportar.
“Quiero consultar. Quiero hacer muchas preguntas”, dice Isabel que ha llamado los números telefónicos que le dieron en una orientación legal en el albergue Leona Vicario, antes de partir de Ciudad Juárez a Estados Unidos, donde solo recibe un mensaje de voz automático instruyéndole que deje sus datos.
En su caso de asilo, Isabel aún tiene 60 días para reportarse a la corte y agendar la primera audiencia, pero la migrante quiere iniciar los trámites para solicitar un permiso de trabajo.
Goodwin menciona que recibir asesoría y representación legal es un reto para muchos migrantes, además de la barrera del lenguaje y la necesidad de encontrar empleo.
“Para mucha gente es difícil hacer la transición, especialmente si no tienen a alguien que los ayude económicamente”, dice la abogada de migración. “Tan rápido como podemos, estamos llenando aplicaciones de autorización de empleo para todos los que son elegibles”.
La abogada afirma que un permiso de trabajo puede tardar de entre cuatro a seis meses.
Isabel y sus hijos fueron bien recibidos en el hogar de una amiga que tiene residencia legal permanente en Uniondale. Pero Isabel prefiere empezar a trabajar legalmente lo más pronto posible.
“Me quiero instalar, quiero trabajar, quiero matricular al niño en la escuela”, menciona Isabel.
Organizaciones y albergues de Juárez y El Paso son parte de un proyecto fronterizo llamado Ayuda Info. En la página web ayudainfo.org los migrantes pueden acceder a guías migratorias para contestar preguntas frecuentes y números de asistencia. El sitio digital también cuenta con directorios de servicios comunitarios, legales y de salud ubicados en diferentes ciudades de Estados Unidos.
Para mantenerse ocupada, Isabel ayuda con la limpieza en la casa y cuida a la hija de su amiga mientras ella trabaja. La menor de 8 años pasa los días tomando clases en línea lo cual motiva a Isabel para trabajar y lograr que Justin haga lo mismo.
“Ahorita me estoy quebrando un poco la cabeza en solo pensar en cómo le voy a hacer, pero todo va a salir bien”, dice. “Yo de lo que sea voy a trabajar y sacarlos adelante para que no les haga falta nada”.
Este trabajo fue publicado originalmente en LA VERDAD JUÁREZ que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.