Desaparecer en Nayarit. Un retrato de Wen a través de sus amigas

Foto: Tercero Díaz

Wendy, o Wen, como la llaman sus amigas, salió el pasado 9 de enero desde San Pancho, Nayarit, con rumbo a su ciudad natal, Guadalajara. Desapareció en el camino. Esto ocurre en una entidad caracterizada por desapariciones forzadas y una mancomunión entre autoridades y crimen organizado.

Tercero Díaz / Pie de Página

SAN FRANCISCO, NAYARIT.- Según información oficial del gobierno federal, los casos de desaparición aumentó 13 por ciento en el país, en julio de 2020 a enero de 2021 se pasó de 73 mil 218 a 82 mil 825, esto pese a la suposición que la pandemia disminuiría la actividad criminal. El incremento en este delito se da a partir del sexenio del ex presidente Felipe Calderón y su llamada “guerra contra el narco”.

Las autoridades no adquieren herramientas de búsqueda e investigación, mientras que los delincuentes se van especializando más en sus estrategias. Esto nos deja desamparados y cada vez son más las comunidades alcanzadas por esta problemática, como lo ha sido San Francisco, Nayarit, mejor conocido como San Pancho.

Han pasado más de tres meses,  desde la desaparición de Wendy Sánchez, o Wen, como se le conoce en su círculo más cercano previo al 9 de enero del 2021, día en que tomó la camioneta de su pareja, una jeep cherokee modelo 2015, en la que viajaría de San Pancho, Nayarit rumbo a Guadalajara, Jalisco, para visitar a su familia y acudir a una sesión de meditación que era muy importante para ella. Jamás llegó a su destino.

San Pancho: paraíso rodeado de infierno

Recorriendo caminos y veredas, cerros y viajando de pueblo en pueblo, familiares y amistades de Wen, continúan la búsqueda acompañados por “Guerreras en busca de nuestros tesoros” un colectivo de madres de desaparecidos de Nayarit.

Los cerros selváticos rodean San Pancho, aquí todos van y vienen sobre patinetas y disfrutan el aire fresco en días soleados. En la playa surfers montando las olas, los porros pasan de boca en boca al igual que el mate y las cervezas. Los habitantes asisten religiosamente cada día a observar el sunset (atardecer), donde el cielo se pinta de hermosos colores y el sol en el horizonte se hunde en las profundidades del mar, algunos le aplauden a la estrella y poco a poco se retiran conforme entra la noche. Nadie sabe si aquí el tiempo no existe,  si pasa lento, o si pasa demasiado rápido, aquí la vida es diferente, aseguran sus habitantes.

Autoridades gubernamentales le han llamado la “Capital Cultural de Nayarit” al aparente paraíso. San Pancho tiene rasgos característicos de un pueblo, es pequeño así que se puede recorrer todo en 15 minutos caminando. La gente se conoce y se saludan por la calle, todos saben a qué se dedica cada quien, y si tienes un problema con alguien, la magia de este lugar te hace trabajarlo y trascenderlo, ya que verás a esa persona todos los días en las calles. Mujeres y hombres de todo el mundo conviven en todo momento, debido a que este sitio es habitado por grandes comunidades de argentinos, españoles, estadounidenses, canadienses, ingleses, italianos, mexicanos de otros estados y los nativos de esta región, entre otros.

Este estado de la República Mexicana ha sido ignorado por las autoridades federales, durante muchos sexenios, comenzando por el campesinado junto con todo sector productivo de la zona.

El diablo, el origen de la violencia

Asimismo, graves crímenes contra los derechos humanos se han cometido a cientos de nayaritas; como los ocurridos durante el periodo del fiscal general del Estado Edgar Veytia, alias “la Bestia” o “el Diablo”,  que a cargo de todos los agentes estatales, fungió como líder del brazo armado del cártel de los Beltrán Leyva. Torturó, asesinó, desapareció personas para adueñarse de sus propiedades, además de encargarse de la distribución de drogas durante los años 2013 a 2017, según el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York. Fue arrestado por cargos de tráfico de drogas en la frontera México-Estados Unidos el 27 de marzo de 2017 y fue condenado a 20 años de prisión.

A la fecha, ningún gobierno se ha encargado de realizar una investigación y limpia de los agentes que trabajaban para “la Bestia” o “el diablo”, como se le conocía a Veytia, y que al día continúan en servicio dentro de la agencia de seguridad.

Pese a que Nayarit, como cualquier lugar en México, tiene una fuerte presencia del crimen organizado, La zona donde se ubica San Pancho estaba exenta de desapariciones y otros delitos atroces propios del narco-Estado. La desaparición de Wendy es  tan atípica por muchos motivos y eso ha complicado la investigación.

Del 9 de enero fecha de su desaparición, a la fecha, han ocurrido otros dos casos, el de Óscar Joshua Arreguín Hernández, un adolescente de 1 5 años, y también habitante de San Pancho, y Francisco X.

San Pancho, una comunidad de mujeres

Wen tiene 33 años, es artista, y tenía una tienda de arte sobre la avenida Tercer Mundo en San Pancho, sitio donde tenía tiempo residiendo. Salió la mañana del 9 de enero de San Pancho en dirección a Guadalajara de donde es originaria, y jamás llegó a la caseta de Compostela. Más allá de datos generales, la desaparición de Wen ha trastocado a la comunidad, según algunos habitantes y amigas de Wen, este sitio ya no se siente igual.

Las calles están vacías de noche, se vuelve un pueblo fantasma. Las mujeres, quienes tienen un papel muy importante en este pueblo, hablan entre ellas sobre Wen, lo triste y doloroso que les resulta, y lo inseguras que les hace sentir este acontecimiento.

“Es un pueblo de mujeres, desde donde lo vivo siendo mamá soltera. Me mudé aquí porque había otras mamás solteras que me iban apoyar. Sabía que tenían la misma historia que yo y que no me iban a juzgar, aquí no había esa competencia entre nosotras, de donde yo soy hay un estigma muy fuerte al ser mamá y no contar con un esposo.

Además, la mayoría de mujeres que llegan a San Pancho son muy fuertes, muy fuertes en creatividad, en forma de ser y tal vez es porque han criado a sus hijos solas y no han aceptado malos tratos, quizá por eso hemos decidido estar solas. Al haber tantas mujeres en san pancho con estas características, se crea una red de contención invisible, y entonces las mujeres que no son mamás solteras pero que están buscando eso comienzan a venir para acá, o vienen de visita y se dan cuenta de esto y se quedan”, comenta Mariana, amiga cercana de Wen.

Todas las mujeres cercanas a Wen sabían de su interés por ser madre, incluso el nombre de su tienda de arte era Marea, ya que aseguran que si tenía una niña quería llamarle Marea, en caso de tener niño se llamaría Cosmos. Resultan entendible los motivos de ella para quedarse en este paraíso natural, se sentía en el hábitat que necesitaba.

“Me cautivó su energía. Wen es una mujer muy inteligente, una mujer que se ve que ha pasado por todo, que no ha tenido una vida fácil, y a pesar de eso, tiene una energía hiper positiva, pero no una positividad absurda, sino que su energía positiva es una decisión que ha tomado de forma consciente. Y… es un motor de mover cosas”, menciona Laura, artesana y amiga de Wen.

Por su parte Gizeh, otra de sus amigas, corrobora lo activa que es Wen y su entusiasmo por trabajar en colaboración con los demás, “ella busca una vida tranquila, sin ajetreo citadino donde pueda enfocarse en su quehacer artístico. Me contó que su intención de vivir acá es activar el potencial de San Pancho respecto a ser un lugar donde se encuentran personas que manejan múltiples disciplinas, ella quiere ser un puente entre creadores y consumidores”.

“Wen hacía muchas cosas para la comunidad pero a la vez no era de tantos amigos, y su trabajo era invisible”, menciona Ana Laura sobre el interés de Wen en apoyar a la comunidad sin buscar protagonismo ni reconocimiento.

Un día mientras Wen y Gizeh miraban el atardecer en la playa de San Pancho, se carcajeaban de las personas que le aplauden al sol. “’¿Por qué le aplauden al sol?’, nos preguntábamos las dos, a ella le parecía gracioso, porque decía que el sol se mete todos los días y no lo hace para nosotras, para hacernos un show a nosotros los humanos, fue un atardecer muy divertido”.

Según Laura, la vida es un acto de amor para su amiga desaparecida. Siempre da lo mejor de sí, amorosa y atenta con quienes se le acercan pero jamás pretendiendo poseer a nadie. “Wen de verdad intenta hacer las cosas bien con todos, y no desde la inseguridad, sino desde el amor, así es como actúa ella. Jamás la he visto hacerse la víctima, jamás de los jamaces”, agrega.

“Es muy chistosa, alegre y responsable con ella misma, siempre se cuestiona cómo mejorar lo que su pasado le había enseñado. Wen viene  de un pasado bastante doloroso, la homofobia entre otras cosas le lastimaron demasiado. Ella no carga con su pasado ni con las personas que la hirieron, lo tiene resuelto y trascendido. Por eso ella busca no repetir patrones de conducta lastimen a otros. Es una persona que realmente tiene tiempo haciendo un trabajo interior de forma muy comprometida y responsable”, comenta Tamara, otra amiga de Wen originaria de Ciudad de México, que se mudó a la playa hace unos meses.

El tiempo pasa y aún no se ha localizado a Wen, su familia y amigos han realizado pintas de murales con su rostro en Ciudad de México y Nayarit. También han emprendido una fuerte campaña en redes sociales y volanteo de la ficha de desaparición de ella en casi todos los pueblos cercanos a San Pancho. Sayulita, Lo de Marcos, Las Varas, Alta Vista, Capomo, La Peñita y Guayabitos son solo algunos de los sitios donde han acudido a dejar carteles y lonas con la finalidad de que alguna persona que tenga información sobre su paradero, se comunique de manera segura y anónima para lograr  encontrarla. Se hace hincapié en que no se busca culpables, ni justicia, nada, solo encontrar a Wen esté donde esté.

“Siento que ahora hay mucha desconfianza entre todos, ansiedad y  miedo. Antes mis amigas y yo caminábamos en las noches solas, ya no. Esto fue una cachetada, un recordatorio de que hasta en este lugar existen  estos casos”, menciona Tamara mientras se recuesta sobre su cama con expresión de tristeza. “Ella es la persona con la que siempre acudo cuando quiero materializar algo que me parece imposible”, agrega Tamara.

Ana Laura, originaria del Estado de México y residente actual de San Pancho, conoció a Wen hace 10 meses. Cuenta que hicieron clic de inmediato porque Wen es una persona que sabe fluir en espacios desconocidos.

“Íbamos en el coche y mis otras dos amigas y yo estábamos cantando en vez de hablar, cada que teníamos que decirnos algo, en vez de hablar, cantábamos, jugábamos. En un inicio Wen no paraba de reírse y decía: ‘¿por qué están cantando todo que les pasa?’. Se reía mucho y a los dos segundos ella ya estaba cantando en vez de hablar, le entró al juego y fue súper chistoso y bonito todas dijos aaayyyññññ es de las nuestras. Es súper carismática”.

En San Pancho coexisten muchos mundos que se entrelazan, uno de ellos son los círculos de mujeres, cada uno tiene sus propias dinámicas, pero todos van enfocados a trabajar con ellas mismas, a sanar, a la mística y la espiritualidad. Wen forma parte de uno de los círculos, donde conoció a la mayoría de sus amigas más cercanas en esta comunidad.

Mariana, integrante del Círculo al que Wen asiste, confiesa que se sintió muy sorprendida al ver la desenvoltura de Wen en su primer día de estos encuentros al que por cierto llegó sola, perdiéndose entre las montañas y camino. “Desde el primer día llegó sonriendo, alegre… llegó y ya estaba integrada. Desde ese primer día, Wen tomó la palabra frente al fuego y dijo algo como: ‘morras, no las conozco, pero me siento muy bien de estar entre ustedes, esta soy yo’…”.

“Al día siguiente cuando salí al río ahí estaban las chicas, y miré a Wen en traje de baño, adentro del río, en su primera visita aquí con nosotras. O sea hay morras que no se atreven a meterse al río y a tomar la palabra, yo duré un mes en hablar en un círculo, y ahí estaba ella, siendo ella, fluyendo, confiando, alegre. Ella supo reconocer que esto era lo que estaba buscando y era lo que necesitaba”, agrega.

“Creo que cuando estás en esta búsqueda personal y en este camino de vida que sea congruente  lo que sientes con lo que crees, y de ahí salir a lo profesional a las relaciones y todo, el camino puede ser muy solitario, casi nadie entiende el por qué esa profundidad del todo. Wen necesitaba sentir ese apoyo, tener un espacio donde no tuviera que pensar, no tuviera que responder al siguiente proyecto y ser valiente. Para Wen es muy importante hacer las cosas bien desde el corazón”.

Por otro lado, Wen puede resultar un desastre hermoso, comenta Belegui, quien conoció a Wendy en un trabajo de hace años en Guadalajara. “Realmente me caía muy mal. Ella vino a complicarlo todo, yo soy muy ordenada, soy muy estructurada, siempre me cuadran las cuentas además soy buena en eso de la administración y contabilidad. Con Wendy diario peleaba porque nunca respondía lo que tenía que responder, a diario le salían mal las cuentas, hacía los envíos  a otro lado, si una persona pidió tres piezas y otra seis, las mandaba al de las tres las seis y al de las seis las tres”.

“Siempre eran risas o cosas, diario batallaba con ella pero me la pasaba súper chido porque yo soy súper controladora y quiero todo a tiempo, y Wendy es lo contrario a mí”, agrega Belegui respecto aquella época, y asegura que no tardaron mucho tiempo en hacerse muy unidas y encariñarse la una con la otra.

“Mental y emocionalmente, Wendy se encontraba en una etapa de grandes cambios y cierres. Ella se encontraba en un proceso de meditación llevaba años, para eso viajó ese 9 de enero,  iba cerrar ese ciclo en Guadalajara.  La quiero un montón, la extraño todos los días. Me hace muchísima falta”, concluye Belegui.

Ha habido información de personas de todas partes, muchos “videntes” se han acercado al hermano Baruc Sánchez mediante redes sociales asegurando tener visiones localizando a Wen mediante prácticas esotéricas. Esta información no ha sido suficiente para encontrarla ya que cada fuente es muy contrastante. Sin embargo, la familia no ignora estos mensajes ya que creen en la posibilidad de que por ese medio alguien que haya escuchado o visto algo, intente hacer llegar el paradero de Wen, de forma anónima.

Por su parte la Fiscalía General del Estado de Nayarit ha tenido un desempeño atípico como el mismo caso; han puesto toda su disposición y recursos, interrogando a muchas personas de la comunidad y asistido a acciones de búsqueda en campo y en algunas zonas por donde se cree pueda encontrarse la camioneta y que eso lleve a más pistas para localizar a Wen.

Mientras tanto, sus amigas en San Pancho comparten su tristeza, sin perder las esperanzas de volver a verla pronto, sana y salva. “Vivimos en un lugar precioso, pero este lugar era aún más precioso con Wen, y no poderlo compartir como antes con ella, pesa. No está aquí, no puede verlo ahora”, concluye Ana Laura.

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