“Viene lo peor para Oaxaca, no es momento de bajar la guardia”, advierte médica internista
Noticias / Ana Lilia.
Paulina Hernández, médica residente internista oaxaqueña, recomienda a sus paisanos no bajar la guardia, pues el estado aún no ha llegado a la punta de los contagios.
La entidad fue de los últimos estados en presentar casos positivos de COVID-19.
La médico egresada de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) y quien actualmente se encuentra atendiendo casos de COVID-19 en el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo 21 en la Ciudad de México, compartió con NOTICIAS Voz e Imagen su experiencia durante la pandemia.
La residente de medicina interna detalló que al comienzo de la pandemia se destinó un edificio para pacientes COVID-19 en el hospital, cuyo primer piso tenían 30 camas, pero actualmente ya son 3 pisos llenos de pacientes de los cuales al menos 6 están graves.
La doctora señaló que junto con ella hay 20 compañeros a puntos de terminar su cuarto año de residencia y quienes al comenzar la contingencia cubrían 12 horas de trabajo, pero al aumentar los casos tuvieron que organizarse por equipos en los que integraron a otros especialistas.
“Están trabajando también residentes de tercer y segundo año, además de especialidades como cirugía, reumatología y dermatología; esto quiere decir que nos están apoyando médicos que no están acostumbrados a ver este tipo de pacientes”, manifestó.
Agregó que el 90 por ciento de la atención la realizan los residentes, ya que los médicos adscritos tiene un horario específico, pero al menos en ese hospital se han quedado por las tardes y fines de semanas.
Gracias al apoyo de los médicos adscritos y residentes han reducidos los turnos a 8 horas “para minimizar la exposición”, por lo que hacen un turno, descansan dos días y vuelven a entrar.
Ocho de cada 10 fallece
Paulina lamentó que el 80 por ciento de las personas que están en el área de terapia intensiva (intubados) fallecen.
Agregó que al Hospital Siglo 21 han llegado pacientes jóvenes cuyo único factor de riesgo es la obesidad o sobrepeso, “sin ningún factor agregado y fallecen; por eso hay que tener en cuenta que no por ser joven y no tener enfermedades, no están en riesgo”.
Al cuestionar a Paulina cómo ha sido sido esta experiencia, ella admitió que ha sido complicado, desde el trato con las personas y los hábitos de cuidado que ha tenido que adoptar.
La médica relató que en la casa donde renta vive una señora de 80 años que se ausentó varios días para su seguridad ya que la mayoría de las personas que viven ahí son médicos.
Además, mencionó que también vive en la misma casa con una persona mayor de 60 años con antecedente de cáncer; sin embargo, la han apoyado mucho.
“Al llegar, me cambio de zapatos y los echo en una bolsa, me lavo las manos y me cambio de cubrebocas al entrar y salir”, detalló.
Ha optado por pedir taxi a través de una aplicación, quien está regalando viajes y cupones de comida a los médicos como ella, por lo que no ha usado transporte público y no ha sido víctima de agresiones.
“Tengo compañeros que los han bajado del transporte público o no los dejan subir a los taxis; agresiones físicas no he visto”, admitió.
Asimismo compartió que le es difícil conciliar el sueño desde hace dos meses, además de que en ocasiones presenta ansiedad, tristeza y desesperación de ver personas en las calles que no se cuidan o no creen en la existencia de la enfermedad.
También mencionó que es complicado entrar con los pacientes, que están aislados de sus familiares, pero que siempre están al pendiente del informe clínico.
“Hay familiares comprensivos y otros agresivos que no aceptan la condición del familiar”, lamentó.
Paulina destacó que a los pacientes les comparten que es una enfermedad que no conocen y no saben cómo se comporta, además de que no tienen un medicamento que lo ataque directamente, “todo es investigación, todo es nuevo para nosotros y el desenlace no está dicho”.
Carencia de equipos
La residente detalló que todos los días debe portar un equipo de protección que consta de lentes protectores, cubreboca N95, pijama quirúrgica, bata, doble par de guantes y gorro, pero siempre tienen problemas porque se empañan los lentes y lastima el cubreboca porque tienen un sello hermético, “es pesado tener el equipo varias horas”.
Admitió que el principal problema que tienen es con los cubrebocas, ya que son los que más han escaseado y aunque han recibido donaciones, en ocasiones estos no cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que no cubren al cien por ciento, dejan fugas y es un riesgo.
Resaltó que mucho de sus compañeros de trabajo optan por comprar su material, cuya inversión es de hasta 3 mil pesos; no obstante, no todos cuentan con las condiciones económicas para equiparse.
“Tenemos esas carencias aún estando en uno de los hospitales más grandes del país, pero en los chicos de zona están en peores condiciones, pues no les dan equipo de protección”, lamentó.
Por ello, la médico recomendó a la población oaxaqueña a continuar con las medidas sanitarias, pues a pesar de que se tenían destinado cuatro hospitales grandes para atención del COVID-19, estos ya han sido sobrepasados.
“No dejen de lavarse las manos constantemente o usar gel antibacterial porque esto no va a acabar pronto ya que en Oaxaca apenas van en aumento y así serán las muertes”, advirtió.
Enfatizó en que las medidas de seguridad sanitaria en el estado deben ser más fuertes en los próximos días, por lo que si los ciudadanos pueden permanecer en casa, principalmente las personas con factores de riesgo como obesidad, hipertensión o difícil control de presión.