El tema de seguridad nacional: el suministro de agua en México durante la pandemia y sequía

Foto: Reuters/ Gustavo Graf Maldonado

Jorge Cortina Montiel/ SPUTNIKNEWS

El abastecimiento de agua es un tema central para garantizar la salud de la población. Sin embargo, en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía estima que, en promedio, una de cada tres casas registradas en el país no recibe agua todos los días.

Además, se calcula que 25% de la población obtiene el vital líquido cada tercer día, una o dos veces por semana o de vez en cuando, mientras que 7% no recibe ni una gota, por lo que deben conseguirla por otras vías, como llaves públicas, pozos, ríos, lagos o pipas.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua), entidad encargada de la política hídrica del país, estima que 10,5 millones de familias no tienen acceso al agua potable en México. La situación actual, definida por la pandemia del COVID-19, hace más urgente esta carencia, debido a que, entre las medidas fundamentales para evitar los contagios está el lavado de manos, el cual requiere de agua para llevarse a cabo.

Por una parte, esta situación refleja las condiciones de desigualdad que imperan entre la población mexicana. Las comunidades más lejanas a las redes de distribución suelen ser las más pobres, además de que la gran mayoría de los organismos de distribución del agua están lejos de operar eficientemente.

Sobre esto, hay condiciones climáticas y geográficas que deben tenerse en cuenta para explicar los problemas de suministro de agua en México, explicó Jorge Fuentes Martínez, coordinador de proyectos del Consejo Consultivo del Agua (CCA), en entrevista con Sputnik.

“Casi no hablamos de eso, pero es una realidad: estamos situados en una franja, que cruza el país, que lo hace sufrir de sequías. Es muy importante mencionar que, actualmente, estamos en una emergencia de sequía, que fue decretada por las autoridades [el 12 de abril], justamente porque esta emergencia del COVID-19 se está cruzando con una emergencia de sequía. Es uno de los años más secos que va a tener el país”, comentó.

Esta situación implica que, en regiones como el norte de Veracruz o la Península de Yucatán los cuerpos de agua se encuentren prácticamente secos. El suministro de agua se encuentra comprometido en esas zonas, lo cual también ha afectado a otras actividades productivas de la zona, como la ganadería y la agricultura.

Por otra parte, algunas zonas urbanas también han visto comprometido su abasto de agua en los últimos años. En este caso, las circunstancias se asocian tanto a la concentración demográfica, como a las medidas de aislamiento que las autoridades implementaron desde marzo.

“En los últimos años las mayores concentraciones de población están en las zonas urbanas. Éstas demandan más agua y requieren de inversiones para mejorar su infraestructura, a fin de garantizar el acceso a los servicios de agua y saneamiento, porque es importante tener acceso al agua, pero también a los servicios de saneamiento, que nos ayudan a evitar muchas enfermedades”, destacó Jorge Fuentes.

Ciudad de México es un ejemplo claro de este problema. La mayor parte de su zona metropolitana se abastece del Sistema Cutzamala, un sistema hidráulico que extrae gran parte del agua de siete presas ubicadas en el Estado de México y Michoacán. Ante la distancia entre origen y destino, el sistema emplea las plantas de bombeo más grandes de Latinoamérica.

Pese a ello, diversos expertos han alertado de que el sistema es ineficiente, pues pierde gran parte del agua que extrae, además de que requiere dar mantenimiento a la mayor parte de su equipo. Esto provoca que, de vez en cuando, el servicio dado por el Cutzamala sea interrumpido para llevar a cabo reparaciones de emergencia.

El 29 de abril, en plena contingencia sanitaria, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) informó de una fuga en la línea 2 del Cutzamala, cuya reparación provocó la reducción del 50% del suministro de agua para el Valle de México. El desperfecto se atribuyó a un accidente durante los trabajos de mantenimiento en una válvula.

Aunque la reparación fue rápida, nada garantiza que este fenómeno no se repita en los próximos días. Según Sacmex, el Cutzamala opera a su máxima capacidad (16 mil litros por segundo sin interrupción) desde la primera semana de abril, a fin de garantizar el servicio de agua en el Valle de México durante la contingencia sanitaria por la COVID-19.

Jorge Fuentes, junto con diversos expertos en el tema, alertan del reto que representa mantener el servicio de agua durante estos días. Sin embargo, el coordinador de proyectos del CCA agregó una variable clave para el futuro de esta prestación.

“Ahorita lo que se requiere es una discusión de un buen instrumento jurídico que permita garantizar el agua para las poblaciones actuales, pero también agua para el futuro, porque el agua es un tema de seguridad nacional: se va el agua y se va todo. Cruza transversalmente la vida de una persona, entonces necesitamos trabajar con propuestas de leyes que sean adecuadas para atender el escenario actual que tiene el país y esta discusión se ha detenido por muchos años; ahora más que nunca se ha visto que se requiere con toda esta emergencia que estamos viviendo”, subrayó.

Asimismo, Fuentes Martínez recalcó la importancia de que la ciudadanía tome conciencia sobre la importancia de cuidar el agua.

“El agua que tenemos va a ser la misma, sólo que se va a ir ensuciando más. Es tarea de los Gobiernos ver cómo vamos a limpiar esa agua, pero tenemos que empezar a involucrarnos, como ciudadanos, es en incorporar mejores hábitos para su uso en la vida diaria. Si no hacemos eso, no habrá agua que alcance ni política pública que sirva para garantizarnos agua por las siguientes décadas”, concluyó.

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