Médicos compran su propio material e improvisan ante casos de coronavirus (Morelos, Cd Mx, Edo. Mex)
Mariana León, Héctor González y Ariadna Ortega / Expansión
Las autoridades de Salud les han prometido que se les darán los insumos necesarios; mientras eso sucede, el personal médico ya está enfrentando la epidemia con el riesgo de contagiarse.
La historia se repite en todo el país: médicos que hacen coperachas para comprar sus propios insumos, enfermeras que cierran calles porque no hay “ni mascarillas”, y una reconversión hospitalaria que no determina ni por dónde deben ingresar los pacientes con síntomas de riesgo.
Desde hace unas semanas, el personal médico de muchas clínicas y hospitales ha pedido insumos, materiales básicos y un protocolo para atender a los contagiados. La respuesta que les han dado es que se están consiguiendo los materiales y que no faltarán, pero ellos y ellas ya están al frente de la batalla ‘sin armas’.
Expansión Política contactó a trabajadores del sector salud en la Ciudad de México, el Estado de México y de Morelos, quienes relataron la falta de protección, de apoyo por parte de sus jefes y el propio miedo de contagiar a sus familias. Los entrevistados pidieron resguardar sus identidades y sus nombres fueron cambiados por protección y para evitar represalias en su contra.
La ‘cooperacha’ para los cubrebocas N95
Ernesto R. trabaja en el Hospital General de Zona 29 en San Juan de Aragón, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), hasta ayer, él y sus compañeros estaban reuniendo dinero para mascarillas N95, googles, y cajas de cristal que se colocan sobre el paciente al momento de intubarlo, para evitar que los médicos también se contagien.
“No se tiene claro quién necesita la N95, los directivos la traen, los pasantes. Cuando nos enfrentemos al paciente grave, ya no va a haber. Ya no traemos bata blanca. Nos cambiamos en la entrada de la casa, y muchos mandaron a sus hijos con sus abuelos”, cuenta el especialista sobre lo que se vive en la sala de urgencias.
Los hospitales más grandes y que son emblema del sector salud, como el Hospital La Raza, tampoco lo tienen todo. Ramiro P., un anestesiólogo en ese centro, dice que él ha tenido que comprar su propias mascarillas N95. Ya pidió 20 y le costaron 3,200 pesos. Dice que lo hizo porque en el hospital sólo ofrecen dos y eso no es suficiente.
Fernanda M., quien trabaja en uno de los hospitales del IMSS que fue catalogado como Centro COVID, explica que incluso han tenido que comprar su propio material. Un cubrebocas N95, como es el que recomiendan, lo están adquiriendo hasta por 150 pesos, mientras que las mascarillas en 1,000 pesos. Su vida útil es hasta de un día, sin que haya está expuesto a contagio un sospechoso.
“No nos podemos parar, así sea con nuestras propias manos y nos estemos arriesgando”, dice la joven urgencióloga.
¿Y el protocolo para atender a pacientes COVID-19?
Además de la falta de materiales, los médicos, infectólogos, enfermeras y enfermeros, epidemiólogos, los técnicos, han tenido que improvisar al atender a los pacientes, pues no les han explicado la ruta que seguirán, ni siquiera se ha implementado un triage, que es el que canaliza a los pacientes dependiendo de sus malestares y la gravedad de la enfermedad.
“Prácticamente, improvisábamos o seguimos improvisando con lo que tenemos, que está mal hecho porque propaga todo.”
La urgencióloga comenta que al no haber un protocolo de cómo tienen que actuar y al no explicarle a los pacientes que la unidad donde trabaja es un centro COVID, se corre el riesgo de propagar el virus, pues siguen llegando pacientes con diarrea, infecciones, etc., y ellos tienen que atender tanto a unos como otros con los insumos disponibles.
“Somos centro COVID, no hay problema, somos urgenciólogos, somos enfermeros, técnicos de laboratorio, epidemiólogos, ya sabemos que para eso te rentas, pero si tú no informas a tu población qué es un centro COVID y no se toman las medidas necesarias, van a seguir llegando pacientes hasta con la uña enterrada”, insiste.
Desde febrero, el gobierno federal emitió los “lineamientos y recomendaciones” para atender a pacientes con COVID-19, entre lo que se encontraba verificar la disponibilidad de insumos, el lavado de todas las superficies, definir una ruta para la atención de personas desde la entrada a la unidad, de ser posible asignar una habitación aislada para pacientes sospechosos y si no realizar un aislamiento entre las personas, por lo menos de un metro. Pero la realidad los alcanzó sin tiempo para prepararse.
Con el proyecto de reconversión hospitalaria que fue anunciado por autoridades de salud, tampoco se tiene claro por dónde pueden ingresar los pacientes sospechosos o graves.
“Nosotros estamos dirigiendo, haciendo sugerencias. Estamos pidiendo que se establezca la ruta de paso de los pacientes”, explica vía telefónica el médico del hospital del IMSS en Aragón.
El personal de distintas clínicas y hospitales coincide al señalar que no a todos los pacientes que llegan con neumonía o con los síntomas o que llegan de viaje les hacen las pruebas e ingresan al área de Urgencias al área de triage, pero pueden contaminar ya todo.
“Desde ahí todo se contamina porque nosotros no sabemos si en realidad tienen o no (el virus), ellos llegan, dicen su versión a los médicos, los médicos los pasan a donde están los demás pacientes en espera, los pacientes tocan bancas, están tocando el material de nosotros, todo, tienen contacto con nosotros, no tenemos ahí guantes, no tenemos cubrebocas como tal; tenemos unos de tela que nos dan, esos cubrebocas tienen una vida de una hora y precisamente esos no nos sirven a nosotros”, dice Susana D., de la clínica 1 del IMSS en Cuernavaca, Morelos.
Protestas y peticiones del personal médico
Ellos no son los únicos, tan solo en las últimas semanas y desde antes que se declarara la Fase 2, que es donde se presentan contagios comunitarios y ya no solo de personas que viajaron a otro país, se registraron protestas en varios hospitales y clínicas de la Ciudad de México, pero también en otros estados.
La empleada de la clínica en Morelos cuenta que el personal solo recibió una plática en la que se abordó de manera superficial el tema del coronavirus, pero que la instructora no pudo responder las preguntas de los trabajadores.
“Nos han dado una plática, sí nos han dado un tema , pero no es como muy concreto, esa plática nosotros como trabajadores tuvimos muchísimas preguntas, se las hacíamos a la persona que nos estaba dando la plática, que es una jefa de nosotros de enseñanza, y no sabía ni cómo respondernos.
“Es un tema muy largo y nuevo para nosotros y la verdad no tienen bases para explicarnos como tal, bases, ni insumos, ni nada.”
No hay materiales
Para evitar ser contagiados, los trabajadores, personal de limpieza, médicos, enfermeras y camilleros, han optado por comprar con sus propios recursos el equipo.
“Nosotros hemos optado por comprarnos los cubrebocas y comprarnos los trajes que se utilizan para entrar con los pacientes; esto es real: nosotros hemos aportado de nuestra bolsa”, sostiene la trabajadora de la clínica en Cuernavaca, quien junto con el demás personal protestó.
En la unidad médica, las peticiones fueron las mismas. Una de las mujeres que trabaja ahí asegura que ella y sus compañeros han tenido que comprar los materiales para trabajar de manera segura.
“Tenemos compañeros que se han comprado su equipo, entonces entiendo que el insumo es escaso, pero que lo den como debe de ser porque nosotros los de higiene los pedimos y no nos lo dan. Ahora, cubrebocas a nosotros no nos han dado, yo compro los cubrebocas, mi ayudante anda batallando consiguiendo sus cubrebocas”, reclama.
Ayer, por segunda ocasión, enfermeras y médicos internistas protestaron en el Hospital General de Zona 27 del IMSS, en Tlaltelolco. Bloquearon la avenida Manuel González durante unas horas, exigiendo que se les dé más insumos para evitar contagios.
Carolina G., quien trabaja en el Estado de México, cuenta que en el Hospital General de la Perla, y en el Hospital Gustavo Baz les faltan también mascarillas y lentes de protección para evitar contagios.
La promesa: los insumos llegarán
Empleados de la Clínica 89 de Saltillo, en Coahuila, del Hospital Regional de Tlalnepantla, y otros más, han protestado afuera de sus centros de trabajo con una misma petición: insumos de protección, como gafas de seguridad, respiradores N95, guantes y batas para trabajar.
En el caso de las clínicas y hospitales del IMSS, el director Zoé Robledo señaló que está garantizado el abasto de insumos para personal médico y de enfermería que atienden directamente a pacientes sospechosos y confirmados de COVID-19 y que el gobierno federal, a través de Hacienda, realiza las compras consolidadas de los distintos insumos para enfrentar la epidemia.
“De esta forma, se logrará tener la cantidad suficiente de material en el menor tiempo posible”, expuso días después de que se empezarán a presentar las protestas del personal médico.
Por su parte, el director de Prestaciones Médicas del IMSS, Víctor Hugo Borja, aseguró que todos los hospitales contarán con el material necesario para atender los casos sospechosos y confirmados por COVID-19 e indicó que la distribución privilegia los hospitales de referencia y reconversión que son los que recibirán a posibles casos de infectados.
De acuerdo con el IMSS, hay 70 Hospitales de Referencia donde será enviada la mayor parte de los pacientes que requieran estar internados y 20 hospitales más de Reconversión en los que se concentrará la atención en la etapa más crítica, según el comportamiento de la epidemia.
Mientras eso pasa, el personal en las clínicas y hospitales espera que la promesa se cumpla y lleguen los insumos y materiales, la cifra de contagiados y muertos por COVID-19 en el país aumenta. Hasta este 30 de marzo se registraban más de 1,000 casos y 28 fallecidos .
Tan solo en Coahuila, el gobernador Miguel Riquelme informó que 16 de los contagiados de COVID-19 en la entidad, eran médicos y enfermeros y enfermeras.