Migrantes quedan atrapados en México por COVID-19
Ángeles Mariscal/ CHIAPAS PARALELO
La política de contención moigratoria que implementó el gobierno de México durante el año reciente, los había colocado en una posición difícil; ahora la propapagación de la pandemia por el COVID-19 los tienen al límite. La frontera de sus propios países se cerró a la repatriación, los trámites para una posible regulación migratoria se suspendieron, y albergues de la sociedad civil donde se refugiaban, también cerraron.
Miles de migrantes que se encuentran detenidos en las estaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), y quienes deambulan en la frontera sur de México, están imposibilitados a retornar a sus países de origen, o continuar su viaje rumbo a Estados Unidos. Quedaron atrapados en este país.
Desde el pasado 17 de marzo, el gobierno de Guatemala cerró su frontera, y pidió a México que cancelara las repatriaciones (deportaciones) de sus connacionales, y de migrantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua que tienen que cruzar territorio guatemalteco para llegar a sus países.
Esta medida con la que se pretende contener la propagación del coronavirus por la región de Centroamérica, afecta a migrantes que han sido detenidos en México, y recluídos en las más de 50 estaciones migratrorias que hay en el país.
De acuerdo a las leyes mexicanas, al no acreditar su legal estancia en México, y si no tienen en trámite solicitudes de refugio o regulación, deben ser deportados a sus naciones. Las medidas de contención que se han implementado para contener la pandemia les cerró esta posibilidad, y ahora están detenidos en el interior de estaciones migratorias, y sin posibilidad de que sus situación cambie, al menos en el corto plazo.
En protesta por esta situación, el pasado lunes unos 700 migrantes que se encuentran en la estación Siglo XXI, de la ciudad de Tapachula, ubicada en la frontera sur de México, se amotinaron exigiendo su repatriación. Algunos trataron de escapar.
Elementos de la Guardia Nacional -el cuerpo de seguridad militarizado que México utiliza para cerrar el paso a la población migrante- tomó el control del orden en el interior de la estación migratoria, mientras el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que gestiona con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador, para que acepten recibir a sus connacionales, aún en medio de la contingencia sanitaria generada por el COVID-19. Hasta el momento no ha recibido respuesta.
En tanto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado donde manifiesta su preocupación por el aumento de personas migrantes detenidas en las estaciones migratorias que no pueden ser repatriadas. Urgió a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) gestionar acuerdos internacionales para retonarlos.
Recordó que hay un “Memorándum de entendimiento” entre México y los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, para la repatriación “digna, ordenada, ágil y segura de nacionales centroamericanos vía terrestre”.
Cierran albergues
Por su parte, migrantes que entraron de manera irregular al país pero que no han sido detenidos, también han sido afectados por el cierre de fronteras. En estos casos, además de la imposibilidad de avanzar hacia Estados Unidos o regresar a sus países, no tienen donde refugiarse, porque debido a la pandemia, cerraron sus puertas al menos dos albergues de la frontera entre México y Guatemala.
El primero que cerró, hace una semana, fue el albergue Belén, administrado por la Diócesis de Tapachula. En este lugar sólo se permitió quedarse a quienes ya se encontraban refugiados. El director, Cesar Cañaveral, dijo que con esta medida se pretende cuidar la salud de los migrantes y de los que atienden en este lugar.
También el albergue Jesús El Buen Pastor, que tenía albergadas alrededor de 800 personas migrantes, decidió cerrar el acceso a nuevos ingresos.
El martes, anunció su cierre el albergue de Tecún Umán, localizado en la ciudad fronteriza de Guatemala. Este es uno de los refugios más solicitados por familias migrantes centroamericanas. En los hechos, las personas que no pudieron albergarse en alguno de estos lugares, y quienes no tienen posibilidad de pagar rentas, quedaron en las calles o hacinados con otros migrantes.
También el Servicio Jesuita a Migrantes y otras organizaciones de la sociedad civil que apoyan a este sector, informaron que cerraron provicionalmente sus instalaciones y atenderán a la población migrante vía electrónica, o por teléfono.
Suspenden plazos para refugio
En este contexto de la pandemia por el COVID-19, el tercer golpe a la población migrante que se encuentra en México, particularmente a quienes están en la frontera sur, es la disminución en la atención de los tramites de refugio de quienes esperan regularizar su situación migratoria.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) informó que al menos hasta el 20 de abril, se mantendrá una “sana distancia” con quienes acuden a realizar las solicitudes de refugio de personas migrantes.
“Se suspenden a nivel nacional los plazos para resolver todos los procedimientos iniciados”. Para las personas que cuenten con un procedimiento de reconocimiento de la condición de refugiado abierto, también se suspende la obligación de firma semanal; esto significa que se extiende la indefinición de su situación legal en México.
La pandemia del COVID-19 está cobrando entre sus prinicipales víctimas, a la población migrante. El Organismo de las Naciones Unidas para la Migración (OIM), a través de su oficina regional, hizo un llamado a las autoridades de distintos países para que los migrantes sean vistos “como víctimas potenciales y como parte integral de cualquier respuesta efectiva de salud pública”. Pero de momento, los golpes están viniendo de la indefensión de no tener al menos un lugar seguro donde pasar la pandemia en condiciones de seguridad para evitar contagios.