MSF: “Quédate en México” pone a migrantes en bandeja de plata para el crimen organizado
Gloria Leticia Díaz/ PROCESO
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El programa migratorio “Quédate en México”, en el que miles de personas centroamericanas esperan el trámite de su solicitud de asilo en Estados Unidos, los está “poniendo en bandeja de plata” para ser víctimas del crimen organizado, denuncia Gordon Finkbeiner, coordinador del Proyecto de Migrantes de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Finkbeiner habló con Apro en el contexto de la presentación del informe de la organización humanitaria “Sin salida. La crisis humanitaria de la población migrante y solicitante de asilo atrapada entre Estados Unidos, México y el Triángulo Norte de Centroamérica”.
Al respecto, lamenta que por lo menos desde hace seis meses la organización ha denunciado a las autoridades los actos criminales que ocurren en contra de las personas en tránsito sin que hasta el momento se hayan tomado medidas para atender el problema.
MSF tiene consultorios desplegados por la ruta migrante en México a donde las personas en condición de movilidad provenientes principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, llegan maltrechas física y psicológicamente. Ello debido a las condiciones de violencia extrema a que han sido sometidos desde sus lugares de origen, durante el tránsito a Estados Unidos, y en el mismo país del norte, en el caso de aquellos que llegaron a cruzar la línea fronteriza.
Epidemia de violencia
La organización humanitaria con presencia en la ruta migratoria desde 2012 detectó una “epidemia de violencia”. Según un estudio realizado de enero de 2018 a septiembre de 2019, a través de 480 entrevistas a personas migrantes, 97.9% de ellas provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica, “sufren una violencia comparable a la presente en zonas de guerra en las que MSF lleva décadas trabajando”, refiere el documento.
De acuerdo con el estudio, basado también en datos estadísticos de miles de consultas médicas y psicológicas, 61.9 % de los migrantes entrevistados estuvieron expuestos “a alguna situación de violencia durante los dos años anteriores a su salida de su país”. En tanto que 45.8% señalaron a la violencia como “determinante para tomar la decisión de migrar”, algunos de ellos incluso ya habían sido víctimas de desplazamiento interno.
Entre los tipos de violencia en sus lugares de origen más mencionadas resaltaron: agresiones directas (20.8%), extorsión (14.32%), intentos de reclutamiento forzado por parte de bandas (10.5%) y confinamiento (5.5).
Endurecimiento de las políticas
Como responsable del programa y del informe, Gordon Finkbeiner advierte que en los últimos dos años se endureció la política migratoria en Estados Unidos y México.
“No es posible que los estén recibiendo con armas, deteniéndolos, criminalizándolos. Lo que ocurre es que quedan expuestos a las bandas criminales que hacen negocio con todo esto, con la violencia que esto puede llegar a suponer. Además, se hacen vulnerables a cualquier otro tipo de situación, sean extorsiones u otras”, dice el investigador.
Destaca que, en los últimos dos años, lo que MSF ha observado es que, ante las barreras para el avance hacia el norte, los migrantes han tenido que “buscar otro tipo de rutas por donde viajar” lo que aumenta el peligro. De manera particular, dice, lo han visto en uno de los puntos de entrada al país por Tabasco. Ahí MSF tiene un punto de atención y “estamos viendo un aumento no sólo en los números (de agresiones) sino en el nivel de brutalidad que se le aplica a los migrantes.
De acuerdo con el informe, a su paso por México, 39.2 % fueron víctimas al menos de un incidente de asalto con violencia; 27.3% fueron amenazados o extorsionados; 17.9% declararon haber presenciado algún homicidio. Y el 78% de las tres mil 695 personas atendidas en consultas psicológicas entre enero de 2018 y septiembre de 2019 “presentaban algún factor desencadenante relacionado con la exposición de la violencia”.
Violencia sexual, en aumento
En cuanto al tipo de agresiones sufridas en México, la organización destaca con alarma que en los primeros nueve meses de 2019, MSF atendió 277 casos de violencia sexual, lo que implica un aumentó de “más del doble (134%) en relación con el mismo periodo del año anterior (118)”. En tanto, 79.6% de las personas atendidas en Nuevo Laredo de enero a septiembre en 2019, “refirieron haber sufrido un evento de violencia y 43.7% de los pacientes dijeron haber sido víctimas de violencia durante los siete días anteriores a la consulta”.
El documento refiere que también en Nuevo Laredo 18.6% de las personas que asistieron a atención de salud mental, “habían sido víctimas de secuestro, el 63% de ellas en los días anteriores a la consulta”.
En cuanto a las personas atendidas en septiembre, consideradas en los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP) en Nuevo Laredo, en 18 de 41 casos “habían sufrido un reciente episodio de secuestro. Otros cinco reportaron haber padecido un intento de secuestro fallido”, pero en octubre de 2019 la situación fue muy grave, 33 de 44 pacientes fueron plagiados.
Sobre este último dato, Finkbeiner puntualiza:
“Es tan gráfico. Llama la atención, llevamos meses denunciándolo. Nos parece inaceptable, el dato habla de por sí. Lo que está haciendo esta política (migratoria) de facto es entregar a los migrantes, están siendo devueltos en Nuevo Laredo en una bandeja de plata” a los criminales.
ONG, sin apoyo
Lamenta que mientras se incrementa la violencia contra los migrantes, la situación de las organizaciones humanitarias ha dejado de tener la protección que anteriormente se les daba para atender esa población en movilidad.
Tras contar que a partir de junio empezaron a realizarse redadas de la Guardia Nacional cerca de los puntos de atención de MSF, lo que provocó que disminuyera el número de migrantes que acudían a la atención médica o psicológica, el coordinador del Programa de Migrantes dice:
“Estamos viendo que el respeto hacia el espacio humanitario ya no está, con ejemplo y con otros que hemos visto en la prensa (de intentos de ingresar) a las casas migrantes, no sé decir si es por desconocimiento de la ley migratoria y de los derechos humanos en general o si por voluntad política u operacional detrás. No me compete juzgar sobre ello, pero de que está sucediendo, está sucediendo y eso lo denunciamos”.
Al señalar que el informe de MSF se entregará a funcionarios del gobierno federal, entre ellos el Instituto Nacional de Migración (INM), Finkbeiner dice que el único objetivo que tiene el documento es llamar la atención sobre lo que está ocurriendo en la ruta fronteriza.
“Nosotros no estamos ahí para decirle a un gobierno qué tiene que hacer, nosotros no somos políticos. Sí que podemos con los datos estadísticos que estamos viendo en nuestras consultas médicas y psicológicas, si esto tiene un impacto directo en la salud, lo podemos utilizar, y en este caso es lo que estamos haciendo”, puntualiza Gordon Finkbeiner.