Temen locatarios que sus negocios no sobrevivan a reconstrucción en La Merced (Ciudad de México)
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero / Pie de Página
Después del incendio que afectó a más de mil locatarios del mercado de La Merced, el gobierno anunció que es necesario demoler y volver a construir la parte afectada. Los trabajos deberán estar listos en julio. Los comerciantes temen que sus negocios no sobrevivan los trabajos de restauración
“Nos cae mal la noticia”, dice Mariela Silva, locataria de La Merced, donde vende semillas y botanas finas. “No tenemos a dónde ir”. Unos momentos antes, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que, por las afectaciones del incendio del pasado 24 de diciembre, una parte de la nave mayor del mercado tendrá que ser demolida y construida de nuevo.
En las últimas semanas algunos locatarios arreglaron, como pudieron, sus locales para seguir vendiendo y tener un ingreso mínimo. Muchos lo hicieron sabiendo que la demolición era una probabilidad. Hoy, la noticia es uno de los peores escenarios, pues significa que no podrán usar sus locales por el tiempo que duren las obra.
Como parte de la atención a los locatarios afectados, el gobierno de la ciudad aseguró que habilitará unas carpas en el estacionamiento norte de La Merced donde los comerciantes podrán seguir con sus actividades, pero muchos de ellos no tienen ninguna esperanza en que esto les vaya ayudar.
En febrero de 2013, el mercado sufrió un incendio mayor, por lo que miles de locatarios tuvieron que dejar sus locales para dar paso a la remodelación de la nave mayor. Desde esa fecha hasta ahora, muchos no han podido regresar a sus locales.
“Más que nada hay que aceptar la realidad. Si nos quieren chingar nuestros locales o no, es lo de menos. Ya de nada nos vale saber si (el incendio) fue provocado”, dice Darío Cruz, comerciante de La Merced. Su familia gastó cerca de 200 mil pesos para reparar uno de los locales que tienen, ahora temen que eso solo sume a las pérdidas que ya suma.
-¿Crees que en el estacionamiento puedan vender y seguir con su negocio?
Con la cabeza baja, moviéndola de lado a lado, responde: “Pues como dijeron ya los compañeros. Puede que sobrevivamos, pero puede que no nos podamos quedar ahí”.
Junto a él, está su esposa, Viridiana Huerta, cuya familia lleva ya muchos años en La Merced, recuerda lo que pasó con los locatarios que hace siete años fueron afectados por el incendio. “Ellos prácticamente renunciaron a su espacio. Los que estaban hasta adentro (en el lugar más remoto de donde los reubicaron) vendieron sus espacios. Muchos se negaron al lugar”.
Darío completa la idea. “Es como si te dijera ‘te doy un auto viejo’. Pues ya sabes que no va a funcionar y no lo quieres”.
Según el anuncio de las autoridades, las obras de reparación del incendio de hace 7 años estarán listas en julio, así también las del nuevo incendio, por lo que los locatarios no pasarán mucho tiempo afuera de sus puestos, pero la mayoría duda de que se pueda cumplir en ese tiempo.
Mientras los comerciantes dejan el auditorio de la alcaldía Venustiano Carranza, donde se dio el informe, uno de ellos comenta: “Si ya ves cuánto se tardan construyendo un centro comercial, crees que un mercado tan inmenso lo vayan a hacer en siete meses. ¿Nada más cuánto se tardaron del último incendio para acá?”.
De acuerdo con los censos realizados por el gobierno, 500 locales fueron directamente afectados, mientras que hay otros 654 con daños indirectos. A las personas afectadas, el gobierno les ofreció un crédito de 25 mil pesos sin intereses a pagar en dos o tres años. También el seguro de desempleo de la Ciudad, un préstamo a fondo perdido que por seis meses que se le dará al locatario y a dos empleados por 2 mil 641 pesos al mes.
Sin matenimiento
Si bien el gobierno asegura que el incendio se debió a un corto circuito, y no nombra a un responsable, los locatarios creen que la mala administración del mercado tiene mucho que ver con los desperfectos que provocaron el incendio.
“En la parte nueva que abrieron no hay medidas de seguridad”, dijo otro de los locatarios durante la sesión de preguntas y respuestas que se organizó después del anuncio de las autoridades. “Apenas el jefe vulcano (uno de los bomberos) se subió al techo del mercado. Se dio cuenta de algo que ya sabíamos: en más de 50 años no se le había dado mantenimiento. Afuera hay cables, adentro hay cables, es un desastre. Ese es el problema”.
Viridiana Huerta asegura que para conseguir una línea de luz había que pedírsela y pagársela a la administración, que mes con mes cobra cuotas para la instalación eléctrica, pero es un servicio que no se debería cobrar, pues en el resto de los mercados de la ciudad es un servicio que se otorga sin costo adicional.
“También tiene mucho tiempo que los de protección no habían ido ni nada al mercado”, dice Viridiana. “Hacen mucha falta los señalamientos de protección civil, salidas de emergencia, puntos de reunión, todo eso sí hace falta. Antes, cada dos puertas había un extinguidor y un hacha, ahora ni eso hay, dejaron de existir”.
Entre las demandas de los locatarios al gobierno está el cambio de administración por una que “tenga verdadero sentido de servicio público”, pues la que existe actualmente solo se dedica a la extorsión por cualquier tipo de servicio que deberían dar, acusan.
“Ese es un factor que nos afecta mucho, el del administrador. Y la culpa es de todos”, dice otro locatario. “Yo no sé cómo es que los eligen, bueno, tú ya sabes cómo, pues con dinero. Digo, de qué otra forma podría seguir ahí”.
-¿Crees que la culpa del incendio tenga que ver con la mala administración?
“Sí, completamente, la culpa es de ellos”, lamenta. “Hacemos mucho que nosotros mismos nos echamos la soga al cuello”.
Entre otras demandas de los locatarios también está la liberación de los estacionamientos y los andenes de descarga, ocupados por ambulantes.
También piden una reubicación en condiciones adecuadas y dignas, libres de extorsión. Así como una mayor presencia policial en la zona, para seguridad de los comerciantes y de los clientes.
Hasta antes del incendio, los comerciantes estiman que en el mercado había un movimiento mensual de 225 millones de pesos que daba de comer a más de 150 mil personas. Temen que muchos de ellos queden en la calle, literalmente.