Consulta del Tren Maya, amañada para provocar despojos
Organizaciones mayas y la academia denuncian que el proyecto viola la libre autodeterminación de los pueblos, además de que los polos turísticos amenazan su medioambiente.
Por Herbeth Escalante / Haz Ruido
Mérida, Yucatán, 11 de diciembre de 2019.- Activistas de organizaciones indígenas y la academia aseguraron que el proceso de consulta que se realiza para aprobar el Tren Maya está amañado y que no se realiza tomando en cuenta los métodos de toma de decisiones de los pueblos originarios, ni su libre autodeterminación. Además, sostuvieron que la única intención de esta obra es arrebatarles su territorio y provocará afectaciones a su vida comunitaria y al medioambiente.
El representante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch´Xíimbal, Bernardo Caamal Itzá, sostuvo que las consultas indígenas, que se realizaron los días 29 y 30 de noviembre pasado, sólo fueron un circo mediático para legitimar un proyecto que amenaza sus selvas y el agua.
Agregó que ese tren “no es maya” y que únicamente beneficiará intereses externos con la instalación de ciudades modelos o polos turísticos, que estarán en los paraderos del ferrocarril, despojando a las y los pobladores de sus territorios y que generarán contaminación al manto freático.
Al abundar sobre las consultas, Caamal Itzá indicó que se hicieron sin claridad, que la información se proporcionó a contagotas y que no se empleó el idioma maya real. Por tal razón, señaló que rechazan este proceso porque no respeta la libre autodeterminación de los pueblos, no hubo buena fe por parte de las autoridades y no se realizó de manera previa.
En rueda de prensa, las y los inconformes lamentaron las “trampas y manipuleos” en las consultas, en donde únicamente invitaron a participar a comisarios ejidales y funcionarios municipales de algunas localidades yucatecas “que se venden fácilmente para alzar la mano a favor”.
Por su parte, el doctor Rodrigo Llanes Salazar de la UNAM, quien forma parte de un grupo multidisciplinario que da seguimiento a este tipo de ejercicios, manifestó que detectaron que el protocolo fue unilateral porque el gobierno federal lo elaboró sin consultar a los pueblos mayas y que no se está tomando en cuenta los estándares internacionales que indican que cuando este tipo de proyectos provocan impactos significativos se requiere del consentimiento de la comunidad
Además, el protocolo no consideró que en las consultas se informen aspectos técnicos y que tampoco fue previa, ya que desde meses atrás existen entre 87 y 100 contratos de adjudicación directa para desarrollar el Tren Maya.
El académico precisó que no hay estudios de impactos sociales, ambientales y de derechos humanos; asimismo, el gobierno federal ha desprestigiado a los grupos que critican la obra, las asambleas regionales de consultas no es el método tradicional para que los pueblos tomen decisiones y que no hay información sobre los polos de desarrollo turístico que contempla el proyecto.
Con respecto a los riegos que provocará el Tren Maya, el doctor Rodrigo Patiño, investigador del Cinvestav, criticó que en el discurso oficial se ha dicho que la obra está vinculado con programas de desarrollo territorial y que generará un desarrollo equilibrado y sostenible, sin embargo, en la práctica no se cuenta con un análisis estratégico que incluya impactos acumulativos y sinérgicos de los diferentes tramos ferroviarios, de sus polos turísticos y de éstos con otros megaproyectos como los parques eólicos y solares.
En ese sentido, la doctora Alejandra García Quintanilla, de Conacyt y del colectivo Popol Wuj, declaró que la obra está planteada como una opción de destrucción, pues contempla ciudades turísticas “con muchos campos de golf, piscinas, hoteles, con gente que vendrá a vivir como ricos, mientras se destruye la selva, se contamina el agua y se acaba con la capacidad de carga de nuestra Península”.
En su intervención, el doctor Aurelio Sánchez Suárez, de la UADY, señaló que el Tren Maya es una expresión más del colonialismo interno y que supone un daño al patrimonio cultural inmaterial del pueblo maya.
Por su parte, el portavoz del Consejo Maya del Poniente, Alberto Rodríguez Pisté, recalcó que se dividirá a los pobladores originarios, los despojará de su identidad y territorio y que, en el caso de la reserva de Calakmul, “aniquilará, atropellará, matará y provocará la comercialización de la fauna endémica, como ocurrió en la Riviera Maya”.
Cabe mencionar que la segunda etapa de la consulta se llevará a cabo el próximo 14 de diciembre en Yucatán. En esa fecha, quienes participen podrán votar a favor o en contra de la obra.
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