Protestan boleros, organilleros y músicos en el Congreso (Ciudad de México)
Georgina Olson / Excelsior
Los manifestantes exigen que sus derechos sean incluidos en la Ley de Trabajo no Asalariado que se dictaminará en los próximos meses en el poder legislativo local
CIUDAD DE MÉXICO.
Alrededor de mil organilleros, boleros, mariachis, fotógrafas y sexo servidoras que son trabajadores independientes se manifestaron afuera del Congreso de la Ciudad de México, para exigir que sus derechos sean incluidos en la Ley de Trabajo no Asalariado que se dictaminará en los próximos meses en el poder legislativo local.
Varios representantes de las tradiciones de la Ciudad de México se manifestaron hoy en su lugar de trabajo: la calle.
La protesta comenzó temprano frente a la sede de la Unión de Aseadores de Calzado, en la calle de República de Colombia. Un contingente que le sacó brillo a la marcha al sumar más de 300 de sus agremiados. Con su banda de guerra al frente, los boleros se dijeron listos para combatir la intención de los diputados locales de apretarlos cóbrandoles cuotas e impuestos como si fueran comerciantes ambulantes.
Todos, en contra de la intención del congreso de la Ciudad de México de cobrarles impuestos y cobrarles también la expedición de su licencia de trabajo que, desde 1975, reciben gratis por su condición de asalariados.
Así lo explicó Román Dichi, de la Organización de Organilleros de la Ciudad de México “Estamos pidiendo que se nos tome en cuenta en la redacción de la nueva ley de trabajo no asalariado, estamos viendo que no estamos incluidos y está más enfocado a comercio ambulante…que se nos tome en cuenta en la expedición de licencias, en la seguridad social, en el uso del espacio público, que no se nos cobre un impuesto”.
Dichi aseveró que su organización ya revisó las cuatro iniciativas de ley que existen hasta el momento, una presentada por el PAN, otra por Morena y dos más que entregaron organizaciones sociales, y aseveró que ninguna de las cuatro cubre sus necesidades.
Mientras que otro de los manifestantes, quien es bolero desde hace décadas, expresó así la crítica situación que viven: “pedimos que nos escuchen las autoridades porque luego nos echan a los granaderos…la boleada es un trabajo pesado, y no queremos que nos cobren impuestos, ni el uso de suelo que luego nos quieren cobrar”.
“Esto no se acaba aquí, compañeros. Tenemos que seguir en la lucha para que seamos incluidos en las leyes y nuestro trabajo sea respetado, ya que somos parte de la cultura de la Ciudad de México” dijo Víctor Miguel Pérez, integrante de la Unión de Aseadores de Calzado.
“Podrían callar una tradición, podrían callar al Centro Histórico, queremos que entiendan que no somos un mueble urbano más, también hemos participado y hemos sido partícipes y testigos presenciales de todos los cambios que ha tenido nuestra ciudad de México”, señaló Luis Román Dichi.
“Somos más de tres mil aseadores de calzado, un promedio de 4 mil, y pues ahí está la prueba que somos el contingente más grande, tenemos el registro número 1 en el reglamento de trabajadores no asalariados de la Ciudad de México” expresó Víctor Miguel Pérez.
La diputada Isabela Rosales, presidenta de la mesa directiva del Congreso de la Ciudad de México, recibió a representantes de más de 10 uniones que armaron la protesta con sabor a fiesta.
Al final, salieron con una promesa en papel de que serán convidados a revisar esta intención de cobrarles impuestos.