Conversatorio: “La revolución de las mujeres: Kurdistán y México”
Colectivo Grieta
El pasado 23 de septiembre de 2019 se llevó a cabo, en el auditorio ‘César Carrizales’ de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, el conversatorio “La revolución de las mujeres: Kurdistán y México”. En ella participaron Magdalena García Durán, concejala mazahua del CIG, CNI; Teresa Castellanos, defensora del territorio de la comunidad de Huexca, Morelos; Melike Yasar, representante del Movimiento de Mujeres en el Kurdistán para América Latina; y Silvia Marcos, de la Red de feminismos decoloniales. Las intervenciones de las participantes giraron en torno a sus experiencias de lucha y resistencia en contra del capitalismo y el patriarcado. A través de sus intervenciones, se pusieron de manifiesto ciertas líneas de tensión entre los procesos de lucha en México y el Kurdistán.
El auditorio Carrizales se llenó de alumnos, académicos y demás miembros de la comunidad universitaria interesados en la palabra de las compañeras. Silvia Marcos contó que su relación con el movimiento del Kurdistán tiene ya 10 años, a partir de su visita a un pueblo kurdo en el sureste de Turquía. Explicó cómo la lucha de las mujeres kurdas le recuerda a la lucha de las mujeres del CNI, y mencionó cómo el ‘confederalismo democrático’ que están construyendo en el Kurdistán y los procesos autonómicos de los pueblos mayas zapatistas son procesos políticos nuevos a los que es necesario prestar atención. Además, dijo que hay similitudes entre estos procesos, como por ejemplo: el tema de la autonomía, los procesos productivos sustentables y el hecho de que las mujeres ocupan un lugar protagónico en estas luchas.
Hablando en particular del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), mencionó que era destacable que éste ha abandonado las antiguas concepciones de revolución que se hallaban estrechamente relacionadas con el concepto y política del Estado-nación, y en cambio ha decidido apostar a los procesos autonómicos. También habló sobre el principio de igualdad para todos los pueblos que abraza la revolución del Kurdistán, y los procesos de colectivización de la tierra, el agua y otros recursos naturales. Cerró su intervención con una reflexión en torno a cómo la lucha de las mujeres Kurdas no permite la explotación ni el monopolio ni la cosificación de las mujeres.
Por su parte, Melike Yasar contó la historia de lucha del pueblo kurdo, la revolución que las mujeres kurdas están llevando acabo en el Kurdistán, y del papel que los hombres kurdos tienen en su acompañamiento a esta lucha. Melike realizó su intervención en español y comenzó por decir que para ella era un orgullo compartir la mesa con la compañera Magdalena, concejala del CIG, porque las mujeres kurdas habían crecido con el referente de lucha de los pueblos originarios de América Latina, del CNI y de las compañeras zapatistas.
Para explicar la lucha de las mujeres del Kurdistán, Melike afirmó que había que combatir la imagen romantizada que se ha promovido durante los últimos 6 años que presenta a las “bellas guerrilleras” en su lucha armada. La lucha de las mujeres, dijo, no es la lucha armada, o no sólo. Eso sólo representa el 10% de la lucha, pero lo más importante es la lucha que han emprendido desde hace 40 en contra del patriarcado, para transformarse ellas mismas, además de la sociedad y a los propios compañeros: Una lucha que implica organización, estudio, y trabajo casa por casa. Reconoció que el movimiento tiene 10 mil milicianas y 20 mil guerrilleras en el frente de guerra, pero aseguró que esa parte no es la más fuerte de su lucha.
Contó cómo el pueblo kurdo, es un pueblo de 45 millones de personas que nunca ha tenido un Estado-nación, y que no sólo ha luchado en contra de la opresión de los distintos estados-nacionales que se dividen el territorio del Kurdistán, sino también una lucha en contra de las distintas formas en que ha avanzado el patriarcado, por ejemplo a través de las religiones. Explicó que originalmente el pueblo kurdo venía del zoroastrismo, pero el Islam impactó fuertemente al pueblo kurdo, sobre todo por el influjo de los estado nacionales, como Irán y Turquía.
Habló sobre la historia de lucha del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) narrando cómo empezó con una visión marxista-leninista de la lucha, que tenía por horizonte la toma del poder político y la conservación de la estructura del Estado-nación; pero que, a lo largo de la lucha esa concepción fue cambiando radicalmente. Ahora, ya no piensan la lucha así, critican fuertemente la institución del Estado-nación, pues han reflexionado que el socialismo no se puede construir a partir de las instituciones heredadas del capitalismo. En este contexto mencionó el ejemplo de las comunidades zapatistas y de los pueblos autónomos del CNI, dijo que ellos están construyendo sus propias alternativas frente al capitalismo, y dijo cómo eso era un referente para ellos, y que en el Kurdistán están construyendo procesos autonómicos también.
Para ellos, no se puede separar la lucha en contra del capitalismo, de la lucha en contra de los estados nacionales ni de la lucha en contra del patriarcado. Afirmó que la liberación de la sociedad tiene que pasar por la liberación de las mujeres y de la naturaleza. Por eso explicó que ellas no quieren ni una sociedad sin hombres, ni una sociedad en donde los hombres ‘apoyen’ la lucha de las mujeres; sino más bien, una sociedad en donde los hombres entiendan que la lucha de liberación de las mujeres también es la lucha de ellos.
A través de su proceso de lucha, las mujeres kurdas han construido una academia, a la que todos los hombres tienen que asistir para poder participar de la revolución. Una de las disciplinas que tienen se llama ‘Gynelogy’, y se ocupa del estudio de la mujer en la sociedad.
Después habló Teresa Castellanos Ruiz, de Huexca. Ella contó cómo en su comunidad tienen 7 años luchando en contra del intento de imposición del Proyecto Integral Morelos, y en particular, de la termoeléctrica ubicada precisamente en Huexca. Teresa afirmó que han parado el proyecto durante todos estos años, y denunció la mentira de que esa termoeléctrica será para dar energía eléctrica a Morelos. Dijo que esa mentira empezó en sexenios anteriores y ahora es repetida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Dijo que el Plan Integral Morelos va a llevar a cabo un ecocidio de la entidad. Además del PIM, dijo que hay 3 concesiones mineras en Morelos en Miacatlán, Jantetelco y Ayala que van a traer problemas ambientales y económicos a las comunidades.
Teresa mencionó que se ve claro que Andrés Manuel López Obrador es maderista y se está comportando como tal en el estado de Morelos. Dice, en su discurso que reivindica a Zapata y al zapatismo, pero en los hechos lo que quiere es destruirlos, igual que hizo Madero en tiempos de la Revolución.
Teresa dijo que también eran mujeres las que luchaban, aunque afirmó que no eran muchas, pero que a lo largo del proceso se han ido construyendo relaciones de amistad y solidaridad entrañables. Que antes de la lucha había vecinos con quienes ni se saludaba, pero que ahora hay amistades y relaciones de compañerismo que no se imaginaba posibles antes. También contó cómo su lucha se transformó, que antes era sólo en contra del PIM, pero que ahora también es para que se haga justicia al compañero Samir, que fue asesinado por luchar.
Teresa afirmó que a los que ocupan la silla presidencial no les importa lo que pase con ellos. Dijo: “El presidente ha dicho ‘el pueblo es sabio’. Pero nosotros preguntamos ‘¿a qué pueblo se refiere?’ A los pueblos indígenas no nos escuchan, no nos quieren.” Además, denunció que el presidente los engaño para que votaran por él, pues dijo que en campaña prometió que iba a clausurar el PIM, y sólo lo hizo para conseguir votos.
“Ya no tenemos los ojos cerrados. El gobierno nos dice ‘te amo, te adoro’, pero por la espalda nos mete puñaladas.” Teresa dijo que el asesinato de Samir había dolido mucho, mucho. Dijo que ese asesinato no le había servido de nada a los poderosos, que pensaron que si lo mataban a él, iban a meter miedo y la gente iba a dejar de luchar. Pero no pasó eso, Teresa afirmó que todo se encendió, que ahora están más fuertes que nunca. Además, dijo que Samir no era el único asesinado en la lucha, que había varios compañeros zapatistas a los que habían asesinado.
Teresa concluyó su participación reflexionando sobre la guerra que se vive en México. Dijo que muchos dicen que en México no estamos viviendo una guerra civil como en otros lados; sin embargo, “aquí están cayendo más muertos que en los países que están en guerra.” Y sobre eso afirmó que la guerra, la lucha, es contra el gran capitalismo, porque si éste sigue se va a acabar el mundo y los primeros que vamos a morir somos los seres humanos. Dijo: “En el lugar donde estamos en el planeta, somos huéspedes, no somos dueños […] La solución no es ponernos a barrer las calles, la solución es destruir las fábricas, luchar en contra del capitalismo.”
Finalmente participó la compañera Magdalena, quien había cedido su turno a Teresa. Agradeció la invitación a compartir sus conocimientos como mujer mazahua. Además, hizo la aclaración de que su participación no era en calidad de concejala ya que ése es un rol muy específico, sino como mujer, indígena mazahua. Contó que para sus abuelos y sus padres, la lucha fue la de ganarse un espacio en la calle para vender fruta para poder vivir. Lo cual no fue fácil. Contó como la autoridad le echaba petróleo a la fruta y se la robaban, los llevaban a la cárcel y los golpeaban. Les jalaban el pelo. Además había mucho desprecio y racismo hacia ellos como indígenas, los trataban de pobrecitos y de tontos. “Pero no somos pobrecitos ni somos tontos. Los poderosos pensaban que íbamos a seguir besando su mano.” Contó cómo se tenían que quitar de la banqueta cuando pasaban las personas trajeadas, y ellos estaban vestidos con sus ropas tradicionales. Dijo que se les cerraron las puertas de la educación porque no sabían hablar español y no sabían escribir. Agregó: “Nuestro único lugar era el parque y la calle, vendiendo chicle.”
Luego contó que vino la Otra Campaña, y fue ahí que pudieron volver a vestir sus ropas, porque ya la habían cambiado para que no los maltrataran. Empezaron a vestir como la gente de la ciudad, pero “no nos sentíamos a gusto, porque no era nuestra ropa”. Magdalena contó cómo se sumó a la Otra Campaña para enfrentarse a los poderosos y defender su cultura.
“Cuando vino la Otra Campaña me solidaricé con los de Atenco, que les querían poner un aeropuerto.” Contó cómo la detuvieron y la metieron a la cárcel. Entre los cargos que tenía estaban que había secuestrado a 6 policías, que cerró calles y que era delincuente. “Yo les dije que me daba risa, porque yo era la mujer maravilla para agarrar a 6 policías con arma.”
Además, dijo: “Pero ese es el sistema de nuestro país. La justicia la hace el propio pueblo que se da cuenta de lo que está mal. Gracias a las mujeres y jóvenes y niños que gritaron por nuestra libertad […] Cuando salgo, entonces digo la verdad: soy indígena, soy mujer, soy luchadora, no soy secuestradora, no soy delincuente.”
Después contó cómo empezó su camino con el CNI. Al CNI llegó en Nurio, Michoacán y dijo cómo cuando ella llegó ahí entendió que era una casa de todos los indígenas, donde todos se pueden escuchar. Explicó cómo el CNI no tiene líder, y cómo son todos los que cuidan, piensan, hacen y analizan. Explicó además que cuando nombraron a la compañera Marichuy para ser vocera, el objetivo nunca fue la presidencia, y eso lo dijeron claro siempre, el objetivo era organizarse. Se trataba de ir y conocer a todos los que se resisten y luchan e invitarlos a que se organicen. Porque los poderosos y el capital están avanzando para apoderarse de los bosques, las tierras y las aguas.
Explicó que la lucha del CNI para defender la tierra no es con armas:
“Nosotros no tenemos armas, las armas es la palabra, es la resistencia, es la rebeldía […] Pensamos que tal vez es la última lucha de los pueblos indígenas.”
Además, afirmó que el CNI piensa que la lucha no puede ser sólo de los pueblos indígenas y que por eso llamaron a los maestros, a los estudiantes, a las mujeres, a todos los que son concientes. Dijo cómo hay gente que le dice que ella no es de Morelos y que entonces por qué quiere defender y luchar por lo que pasa en Morelos. Entonces hizo un llamado a entender que lo que pasa en Morelos nos afecta a todos, explicó cómo el problema de Huexca es un problema para todo México, igual que el Tren Maya y lo mismo con el proyecto Transístmico. Son proyectos que afectan a todo México. Magadalena recordó lo que había dicho Melike sobre cómo la lucha era ir casa por casa, dijo que era cierto. Que había que luchar así, casa por casa para hacer conciencia.
Cerró su intervención explicando que en el CNI se rigen por 7 principios que llaman “Mandar obedeciendo”. Dijo que mientras se rijan por esos principios no va a llegar nadie a engañarlos con una gorra ni con dinero. Porque la lucha para defender los bosques, la tierra y el agua tiene que seguir.