Edomex: El agua sucia de la presa El Ángulo se mete a las casas; es culpa de parque industrial, acusan
Por Redacción / Sin Embargo
Los vecinos más longevos de la colonia Ejidal San Isidro en Cuautitlán Izcalli comentan que antes el agua de la presa era cristalina y se utilizaba para el riego agrícola y tenía peces; en la actualidad, sólo se observan grandes cantidades de basura y en ocasiones animales muertos.
Las inundaciones en la colonia no las causa la basura ni tampoco son desastres naturales, un Parque Industrial construido en la zona redujo la capacidad de una presa vecina. Año con año los habitantes de esta colonia pierden su patrimonio y son ignorados por autoridades. Ya fue la primera inundación del año, como ocurre desde hace una década.
Por María Ruíz
Cuatitlán Izcalli, Estado de México, 7 de agosto (Pie de Página).– En la colonia Ejidal San Isidro, del municipio Cuautitlán Izcalli, las inundaciones no son noticia. Cada año, en temporada de lluvia, las calles se vuelven ríos. El agua brota de las coladeras y de los deteriorados tubos del drenaje; los vecinos pierden su patrimonio, paran sus vidas y activan sus rutinas de emergencia.
La colonia está en una pendiente y en su punta hay una presa, mejor conocida como El Ángulo. Los vecinos más longevos cuentan que en el pasado su agua era cristalina, se utilizaba para riego agrícola y había peces. Ahora entre sus aguas negras solo flotan grandes cantidades de basura y uno que otro animal muerto.
La presa también cambió de tamaño. Hace 10 años la construcción de bodegas comerciales del Parque Industrial San Martín Obispo le restó capacidad.
Dean Chahim, investigador de Standford, explica por qué este parque industrial es el causante de las inundaciones:
“La construcción del parque industrial disminuyó la capacidad de la presa e incrementó el flujo de agua que tiene que controlar al cubrir de asfalto un área verde que absorbía las lluvias. Ahora la presa se desborda más rápido con una lluvia que antes no habría causado problemas”.
Dean Chahim actualmente realiza una investigación sobre el sistema de drenaje del Valle de México.
“Su función es detener el agua durante una tromba para que se puede desfogar lento y controlado. Pero ahora, por el temor a que se desborde o que la cortina de la presa se rompa, los operadores tienen que desfogar de una forma exprés por un tubo que no tiene capacidad. Esto ocasiona que se inunden las calles y casas abajo. En vez de inundar los terrenos verdes sobre los cuales se construyó el Parque Industrial, se inunda Ejidal San Isidro y la colonia Niños Héroes”, explica.
El Organismo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Cuautitlán Izcalli (Operagua Izcalli) lanzó en las últimas semanas una campaña para concientizar a los vecinos de no tirar basura. Durante años se ha creído que los desechos son los principales causantes de inundaciones. Pero Chahim destaca otros factores de más impacto:
“Se han enfocado mucho en la basura y el azolve, los cuales sí reducen la capacidad de El Ángulo pero son las gotas que derramaron el vaso. El fondo del problema es que hace más de una década se aprobó la construcción de un Parque Industrial dentro de una presa, una decisión que aumentó el peligro para miles de personas”.
Los vecinos de Ejidal añaden que las inundaciones también están relacionadas con que reciben agua residual del municipio de Atizapán y que los tubos de drenaje son insuficientes.
El lunes fue la primera inundación del 2019 en la colonia, desde las seis de la tarde hasta después del mediodía del martes por la calle de Quetzal no dejó de fluir agua. Operagua Izcalli reportó afectaciones en las calles Quetzal, Jesús María, Jade, Recursos Hidráulicos 16 de septiembre y Castillo de Chapultepec, donde llegó personal municipal , de la Comisión del Agua del Estado de México y cinco camiones Vactor.
Eduardo Santana vive en la avenida Quetzal y en la colonia de Ejidal desde hace 40 años. Dice que el tubo de la vía no abastece y que deberían hacer una canaleta, pero las autoridades del municipio prefieren permitir la descarga de aguas negras del municipio Atizapán a la presa a cambio de dinero. “Para ellos es negocio para nosotros un problema” expresa.
En 2017 Ejidal vivió una de las peores inundaciones de su historia. En esa fecha Eduardo salvó a una de sus vecinas, que estaba atrapada dentro de su cuarto sin poder salir.
“Cuando entré al cuarto de la vecina el agua le daba al cuello”, recuerda.
Estas historias son comunes. Ese mismo año María de Lourdes Mata López vivió algo similar. Ahora prefieren dejar abiertas puertas, ventanas y que el agua corra por los cuartos para resguardar sus vidas.
‘Cada año pasa lo mismo’
“Muchos nos preguntan ‘¿por qué no se quitan de ahí si es una zona de alto riesgo?’ Créeme, si tuviera dinero sería vecina de La Gaviota. ¡Es el patrimonio de treinta años, toda la familia trabaja para salir adelante como para que de repente se venga el trancazo del agua. Estas aguas no son solamente de aquí, también son de Atizapán, tenemos las bodegas que supuestamente nos hacen un bien porque generan empleos pero nos hacen mal por toda el agua que avientan acá”, explica Lourdes Mata.
Antes de las bodegas comerciales y de recibir aguas de Atizapán, la colonia no se inundaba. Al igual que Eduardo Santana, Claudia Chávez, hija de Lourdes Mata, denuncia la falta de disposición del municipio:
“He vivido aquí desde que estaba chiquita y cada año pasa lo mismo: dicen que harán algo pero no hacen nada. En las juntas de Operagua con los ejecutivos de las bodegas se han dado propuestas pero el municipio siempre dice que no tiene capacidad. Se le tiene que dar mantenimiento a la barda de la presa, El único desfogue de toda la presa es pequeño, ni siquiera cabemos parados, se ha mencionado que se necesita un desfogue mayor, que se meta nueva tubería con suficiente capacidad pero no lo hacen porque el municipio dice que no hay dinero y que lo único que pueden hacer es desazolvar y mandar costales”.
En una esquina de la avenida Quetzal dos señores conversan y observan brotar aguas negras de una coladera sin tapa. Una camioneta del municipio de Cuatitlán Izcalli pasa enfrente y una señora con un chaleco rojo, emblema del ayuntamiento, los saluda desde la batea. Sonríe pero los hombres la ignoran enojados: “Siempre es lo mismo, cada año es igual. Prometen y prometen pero no cambia nada”, se queja uno de ellos.
Operagua compartió en un boletín que el presidente municipal Ricardo Núñez Ayala se reunió el martes con vecinos, pero los habitantes de Ejidal están desilusionados e inconformes.
“El presidente municipal vino y nos dijo: ‘Si yo traigo una máquina y quito el tubo, habrá un desastre’. Lo que debió hacer fue hacerlo antes de la contingencia”, dice Lourdes Mata.
Los vecinos narran que el presidente municipal recorrió Ejidal en plena inundación el lunes por la noche, paseó en una camioneta custodiada por el Ejército pero nunca se bajó a hablar con los damnificados.
“Quisiéramos que alguien viniera, se metiera, pero no. Anoche anduvo mucha gente pero nada más en la orilla. La gente del municipio no se mete al agua, pasan en los carros, patrullas, pero no se bajan a apoyar. Hay que ser humanitarios pero no lo hacen porque no quieren”, se queja Santana.
Para el investigador de Stanford, Dean Chahim, esta falta de humanidad de la que habla Eduardo Santana tiene que ver con la normalización de las inundaciones. Cada año la gente pierde su patrimonio y no hay indemnizaciones justas ni tampoco apoyo comunitario. “En otros países sería una emergencia nacional pero en México la nota son los coches varados en Perisur”, expresa Chahim.
Apoyos insuficientes
Santana cuenta que sí les han dado apoyos pero son insuficientes:
“Hay ocasiones que nos dan una cantidad. Ellos se arreglan con Soriana y cuando vas a comprar lo que se te echó a perder, no te alcanza para nada. La vez pasada fueron 20 mil pesos. ¿Cuánto te vale la estufa, el refrigerador? Hace dos años nos quedamos sin nada, camas, estufas, roperos… no te alcanza para comprarlo, con lo que te dan no compras tus muebles otra vez para llevar una vida tranquila” recuerda el vecino.
Claudia Chávez también está inconforme con cómo las autoridades compensan las pérdidas:
“La vez pasada dieron una remuneración pero el Gobierno te pedía tres credenciales de tres personas distintas y te daban una sola tarjeta. La verdad solamente era para comprobar que dieron más de lo que se repartió”.
Eduardo Santana dice que nadie ha logrado nada porque son decisiones que toman personas con cargos más altos.
“Vas y pides al municipio y te dicen que no lo tienen. Este problema es a nivel municipio, se requiere una inversión en tubos de drenaje de mayor capacidad y un acuerdo con los municipios de Naucalpan y Atizapán”.
Parece como si con los días el drenaje se vuelve más complejo y la situación más delicada para Ejidal San Isidro:
“Uno de los túneles más grandes de drenaje de la Zona Metropolitana pasa muy cerca a la presa El Ángulo: el Emisor Central, el Emisor Poniente, y el nuevo Emisor Poniente II. El Emisor Poniente es el punto de descarga final de las aguas de la presa El Ángulo, pero el colector que desfoga la presa no tiene la capacidad suficiente para lidiar con los flujos acelerados que ahora tiene que manejar.
Se han planteado incluso conectar la presa al nuevo Emisor Poniente II que está en obra. Pero hasta la fecha, la única acción del Gobierno ha sido desazolvar, lo cual ayuda pero no puede revertir el daño que ha sufrido la presa por el Parque Industrial San Martín Obispo, explica Dean Chahim.
El Emisor Poniente II es un megaproyecto que promete ser la solución a muchas de las inundaciones del Valle de México pero organizaciones que defienden el derecho al agua como Agua FANMex denuncian que las inundaciones seguirán pasando, ahora en otras zonas como Tula, Hidalgo.
“¿Y en Tula no hay gente? Ya nos quitamos el problema aquí, ¿y la gente de Tula? Hay que pensar en eso y ser humanitario”, advierte Eduardo Santana.