Rechaza sociedad civil declaraciones de El Patas sobre la caravana migrante (Baja California)
Lourdes Loza Romero
Las distintas organizaciones civiles que apoyan a la caravana centroamericana que llegó a Tijuana para solicitar asilo a Estados Unidos, rechazon publicamente las declaraciones que el alcalde de esta ciudad, Juan Manuel Gastélum Buenrrostro, emitió en días pasados sobre los integrantes de este grupo en tránsito.
Fue el pasado 15 de noviembre que el medio nacional Milenio publicó una entrevista telefónica que le hizo al Patas, en la que acusó que entre los migrantes hay “mariguanos” y personas violentas que ponen en riesgo la seguridad de los habitantes de esta ciudad fronteriza, misma que este año alcanzó la cifra histórica de 2 mil 204 homicidios, al corte del 19 de noviembre.
El posicionamiento emitido por los organismos civiles pide la intervención de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) en Baja California para que el alcalde de Tijuana se rectracte de sus declaraciones y desista de su intención de realizar una consulta ciudadana sobre el tema, la cual consideran como una forma de “legitimizar la represión y el abuso a los migrantes que llegan a la frontera”.
“Tijuana fue fundada, construida y desarrollada por migrantes de todas las procedencias. No querer migrantes en Tijuana, es no querer a la ciudad misma”, leyeron los activistas en respuesta al argumento del alcalde con el que afirmó que a los migrantes ya no los quieren en esta ciudad fronteriza.
Los activistas aseguraron que las declaraciones del alcalde y las del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generan en la población reacciones de odio, racismo y xenofobicaa contra un grupo considerable como altamente vulnerable.
La lectura de este posicionamiento fue acompañado por testimonios de migrantes de origen hondureño que arribaron a esta ciudad en la última semana, con la intención de cruzar hacia Estados Unidos y solicitar el asilo humanitario.
Uno de estos testimonios fue el de Mónica, una joven madre de familia que viajó sola con su hija mayor, quien compartió como su familia sufrió la pérdida de seres queridos a manos de las pandillas de aquel país.
Mientras Mónica relataba cómo se enteró de la reciente muerte de uno de sus hermanos, su hija rompió en llanto y se abrazó a su madre.
“Los errores de los jóvenes -que comenten delitos menores- los pagamos quienes salimos de Honduras por una verdadera necesidad de poner a salvo a nuestras familias. Yo le quiero pedir perdón al alcalde y a su pueblo, no nos vamos a quedar, solo venimos de paso”, expresó la mujer.
El 16 de noviembre, un día después que se publicó la entrevista del Patas en Milenio, el mismo alcalde se contradijo en una rueda de prensa asegurando que sus declaraciones eran para defender la ciudad y exigir a la autoridad federal su pronta atención y el auxilio “de una manera concreta y correcta al quehacer que se está desempeñando en Tijuana”.
Hasta el corte del domingo 18 de noviembre se contabilizaban 2 mil 526 centroamericanos dentro del albergue temporal que se instaló en la unidad deportiva Benito Juárez en la Zona Norte.