De la rabia a la organización: los estudiantes se reencuentran
Colectivo Grieta, Ciudad de México 10 de septiembre de 2018.
Más de medio centenar de escuelas de la UNAM, así como de otras instituciones públicas y privadas se han sumado a las acciones de solidaridad en contra de la represión sufrida por los estudiantes del CCH Azcapotzalco, así como en respaldo a su pliego petitorio.
Imagen del contingente de CCH Azcapotzalco al iniciar la marcha en Ciudad Universitaria el miércoles 5 de septiembre.
Asambleas, paros, una marcha masiva en Ciudad Universitaria y una asamblea interuniversitaria son algunas de las acciones que jóvenes universitarios han realizado tras la brutal agresión que sufrieron estudiantes que se manifestaban pacíficamente a las afueras de la Dirección General de los CCH para exigir el cumplimiento de las demandas que llevaron al paro del Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Azcapotzalco.
El lunes 3 de septiembre los estudiantes en lucha del CCH Azcapotzalco convocaron a una marcha del parque de la Bombilla a la Dirección General de CCH para exigir respuesta a su pliego petitorio: transparentar el uso de recursos en su escuela; restauración del acervo mural del plantel; asignación de profesores suficientes; sanción a los abusos por parte de profesores y administrativos; y el respeto a la gratuidad de la educación.
Mientras se realizaba el mitin en las oficinas a un costado de la Rectoría de la UNAM un grupo de porros armados con cohetones, bombas molotov, piedras, tubos de PVC y armas blancas agredieron brutalmente a los manifestantes y personas que circulaban por el lugar. Más de una decena de estudiantes resultaron heridos, dos de ellos de gravedad, Joel Meza de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos herido en un riñón, y Emilio Aguilar de la Prepa 6 herido en un glúteo, ambos con armas punzocortantes. En diferentes videos y fotografías se muestra a Teófilo Licona, coordinador de Vigilancia UNAM, hablando con los porros mientras agreden a los estudiantes.
“La solidaridad es la ternura de los pueblos”
Tras la agresión la respuesta estudiantil no se hizo esperar. El mismo día las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y la de Filosofía y Letras realizaron asambleas en las que acordaron la organización de paros en rechazo a la agresión porril y en respaldo de las demandas de los estudiantes del CCH Azcapotzlaco. Al día siguiente media centena de escuelas de la UNAM incluidas las sedes de Morelia y Mérida, la ENAH y la UPN se sumaron al paro de labores. En las escuelas del IPN, la UAM y la UACM se realizaron también asambleas en las que se acordaron acciones de solidaridad con los estudiantes de la UNAM.
Votación del paro total en la Facultad de Música el día martes 4 de septiembre.
En las asambleas la rabia superaba el miedo que se había tratado de infundir mediante la agresión de los porros, y la solidaridad se convertía en la principal bandera. En las diferentes escuelas se formaron comisiones para la recolección de víveres o dinero para apoyar el paro indefinido de los jóvenes del CCH Azcapotzalco, en la Facultad de Música se acordó además asistir para apoyar con una brigada musical. Se buscó a los familiares de los estudiantes heridos para dar seguimiento a su estado de salud y tratar de solventar las necesidades del proceso de hospitalización; se decidió respaldar el pliego petitorio de los ceceacheros y repudiar la agresión de los porros.
En diferentes escuelas y facultades las autoridades universitarias prestaron auditorios y facilitaron la realización de asambleas y paros, esto en un vano intento por deslindarse de la violencia de los porros, fundamentada en la estructura antidemocrática de la Universidad. A pesar de esto, en diferentes asambleas los estudiantes identificaron y exigieron la renuncia de los responsables de la violencia: Enrique Graue, rector de la Universidad; Benjamín Barajas, Director General de los CCH; y, Teófilo Licona, coordinador de Vigilancia UNAM.
“No es tu amigo, es un porro”
La solidaridad no solo fue de los estudiantes. Por ejemplo, en la Facultad de Políticas la Asociación de Comerciantes preparó comida para quienes habían hecho la guardia nocturna del paro, y la organización de damnificados del Multifamiliar Tlalpan, recordando el apoyo demostrado por los universitarios frente al desastre ocasionado por el terremoto del 19 de septiembre del año pasado, abrazaron la lucha de los estudiantes, en especial respaldaron a Joel Meza, sobrino de una de las damnificadas del Multifamiliar.
“¡Alerta, alerta, alerta que camina! ¡La lucha feminista por América Latina!”
Sumadas a las asambleas generales que se realizaron en las diferentes escuelas, se organizaron asambleas de colectivas y mujeres feministas separatistas que plantearon la necesidad de discutir y organizarse frente a la violencia machista al interior de la Universidad, que se traduce en acoso, violaciones y feminicidios. De manera particular se reivindicó la memoria de Miranda Mendoza, estudiante del CCH Oriente secuestrada el 20 de agosto pasado al salir de clases y encontrada calcinada un día después en el Estado de México, y de Lesvy Osorio quien fue asesinada el año pasado al interior de Ciudad Universitaria.
Se acordaron realizar actividades feministas durante los paros de labores. En la Facultad de Políticas organizaron talleres de seguridad y autodefensa, y discutieron un protocolo para enfrentar la violencia de género al interior de la Universidad. Además acordaron marchar como contingente en la marcha del miércoles 5 de septiembre. La asamblea general acordó reivindicar e incluir las demandas feministas, durante la asamblea del martes 4 de septiembre una estudiante resumió el sentir de las mujeres “no vamos a permitir que haya violencia de compañeros a compañeras, si la hay los vamos a sacar a la chingada”.
Contingente separatista en la marcha del miércoles 5 de septiembre.
“Papá y mamá lucharon en el 99. Es mi turno”
Como parte de los acuerdos de las asambleas se realizó una marcha el miércoles 5 de septiembre de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales a la Rectoría de la UNAM. Ese día decenas de miles de jóvenes tomaron Ciudad Universitaria y sintieron la fuerza que tienen estando juntos.
“Me costó un huevo entrar a la UNAM pero me sobró otro para defenderla”
La marcha se convirtió en un mar multicolor en el que la creatividad y la memoria dieron fuerza a las consignas estudiantiles. Tanto 1968 como 1999 fueron traídos al presente para recordarnos que el cumplimiento de la gratuidad y la democratización de la UNAM siguen siendo tareas pendientes.
“La historia se repite”
“Papá y mamá lucharon en el 99. Es mi turno”
La marcha fue una extraordinaria demostración de la capacidad organizativa de los estudiantes y la manifestación de la rabia por agravios acumulados. Un par de días después se celebró la asamblea interuniversitaria en C.U. Originalmente planeada en el auditorio Ho-Chi-Min de la Facultad de Economía, la asamblea tuvo que trasladarse al auditorio Alfonso Caso de la Facultad de Derecho debido al número de delegados asistentes.
En la asamblea los representantes sumaron a las demandas del CCH Azcapotzalco el pliego petitorio de cada una de las escuelas de la UNAM y de otras universidades públicas, entretejiendo la indignación a partir de dolores comunes y las particularidades de las diferentes escuelas. Se acordaron realizar una marcha el jueves 13 de septiembre a las 16 hrs. del Museo de Antropología e Historia al Zócalo de la Ciudad y una nueva asamblea interuniversitaria el viernes 14 de septiembre a las 10 hrs. en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la que se definirán los pasos a seguir por los estudiantes que comienzan a reencontrarse en las asambleas, los paros y las calles.