Cuando la infancia es interrumpida por la necesidad de trabajar
Sharenii Guzmán / La silla rota
Niños y niñas dejan la escuela para trabajar (Imagen de Almomento.mx)
Después de la escuela, Claudia vende dulces en un puesto callejero cerca de la estación Balderas del metro. A sus 11 años, le ayuda a su mamá todas las tardes a recibir el dinero y dar el cambio, o cuando se ausenta para comprar mercancía. También cuida a sus dos hermanos menores.
Claudia no cree que al ayudarle a su mamá desempeña un trabajo, pero sí siente una responsabilidad al estar sola en el puesto o a cargo de sus hermanos. Mientras hace su tarea está al pendiente de cuando se acerca un cliente y si alguien compra cigarros, chicles o dulces interrumpe sus labores para cobrar.
Incluso cuando está jugando con sus hermanos o Marvin, un perro callejero que adoptaron, lo deja a un lado para preguntar ¿si, qué se le ofrece? Se toma muy en serio la encomienda, dice Eloisa, su mamá, quien ve con naturalidad la responsabilidad que asume su pequeña hija.
“Acá aprende más matemáticas que en la escuela. Allá le enseñan a sumar y a restar en el cuaderno, acá lo hace en la práctica. A veces le salen mejor las cuentas a ella que a mí. Es muy rápida.”
Con su uniforme escolar de color verde con gris cuenta en silencio el dinero que le dio una mujer a cambio de un refresco y doritos. “Si, está bien” y echa las monedas.
Los niños tienen que vender dulces en la calle (Imagen de Mundo Ejecutivo)
“A Claudia le gusta estar aquí, a veces creo que se lo toma como juego, pero en realidad se lo toma muy en serio. Aunque yo estoy le cobra a los clientes o se pone a arreglar el puesto. Para mí mejor, así puedo arreglar otras cosas mientras ella está. A veces se queda en lo que voy a comprar mercancía o cosas para la casa.”
Eloisa prefiere que Claudia se quede en el puesto y no salga. Los comerciantes de a lado “le echan un ojo” cuando se queda sola o con sus hermanos.
Cuenta que desde el año pasado le empezó a ayudar ya más seguido. Al principio solo observaba, después ella comenzó a cobrar a los clientes.
“Yo le decía cuánto tenía que dar de cambio y ella contaba las monedas y me las daba para checar que si estaba bien. Ayudarme fue iniciativa de ella, tampoco le he dicho que no y pues no creo que sea un trabajo, aunque luego le doy dinero para que se compre cosas y en lugar de gastarlo lo guarda.”
– De la escuela al trabajo
Jorge también es un niño que le ayuda a vender chicles y cigarros a su abuela afuera de la estación Sevilla del metro. Tiene 12 años y hace dos, su mamá se fue de casa. Él quedó a cargo de la señora Socorro Martínez.
Los dos viven en la colonia Santa María Aztahuacán en Iztapalapa. Por las mañanas, Socorro limpia casas y oficinas en la zona de la Roma Norte, mientras su nieto va a la escuela y por las tardes venden dulces y cigarros en restaurantes. “En las noches cuando llegamos a casa se pone hacer la tarea y aunque estemos cansados saca sus cosas y se pone a estudiar”, comenta su abuela, mientras no le pierde de vista a Jorge. Lo sigue con la mirada.
Jorge se acerca a las mesas que están sobre la banqueta y ofrece los chicles y cigarros que trae en una caja de zapatos. Los comensales lo rechazan. Un grupo de oficinistas que va saliendo de un restaurante le compra pastillas para el aliento. Su abuela a veces solo lo cuida y en otras, también ofrece sus productos.
Su abuela reconoce que gracias a la ayuda de Jorge, pueden mantenerse al día. “La vida cada vez está más cara y hay que encontrar formas de que nos alcance. Yo no quiero que deje la escuela, pero no sé hasta cuando podamos mantenernos así”, señala Socorro.
Los niños tienen que dejar la escuela por el trabajo (Imagen de Pulso Laboral)
– Las cifras de trabajo infantil en la CDMX
Este 12 de junio se conmemora el Día Mundial en contra del Trabajo Infantil. Claudia y Jorge pertenecen a los 2 millones 475 mil 989 niños, niñas y adolescentes que realizan alguna actividad económica en México. Mientras que 2 millones 217 mil realizan ocupaciones no permitidas, de los cuales 30 por ciento son niñas y 70 por ciento, niños. Esto de acuerdo a la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La Decimoctava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (XVIII CIET) determina a la población infantil como todos los niños y niñas de 5 a 17 años.
El trabajo infantil en México, su única opción
Según la XVIII CIET los niños de 5 a 11 años no deberían realizar ningún tipo de actividad laboral; el grupo de 12 a 14 años únicamente trabajos ligeros que no perjudiquen su salud o desarrollo y no impidan su asistencia escolar; en tanto que los mayores de 14 años pueden tener un trabajo regular, quedando fuera actividades y condiciones consideradas en la categoría de trabajo peligroso y peores formas de trabajo infantil.
La Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo en la CDMX reportó que, de acuerdo a un estudio elaborado por el Instituto de Estudios Obreros Rafael Galván y del Colegio de México, en la capital del país trabajan 70 mil 912 niños.
Ese estudio también arrojó que alrededor del 50 por ciento de los niños que trabajan en la ciudad, son originarios de entidades como Estado de México, Puebla y Morelos. De la CDMX provienen de las delegaciones Álvaro Obregón. Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc.
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