Periodistas muertos y ciudadanos desaparecidos: Complicidad federal en “zona de silencio” mexicana


Redacción/RT

El asesinato de periodistas y una ola de desapariciones posiblemente provocadas por fuerzas federales evidencian la crisis de violencia que padece el nordeste mexicano.

Tamaulipas, uno de los estados más violentos de México, ha sido declarado por organizaciones internacionales como una “zona de silencio” debido a la manera en que la prensa dejó de reportar muchos hechos sucedidos en aquella región del noreste del país, ante la ola de muertes violentas y desapariciones detonada por los cárteles de la droga.

Una situación que se ha recrudecido en los últimos meses con el asesinato de dos periodistas mexicanos en esa entidad territorial, calificada por ciertos analistas como “narcoestado”.

Silencio, autocensura y violencia
“El caso de Tamaulipas en México, uno de los primeros lugares en padecer esta violencia y paradigmático respecto al efecto silenciador y de autocensura que producen los ataques del crimen organizado contra la prensa”, señala el informe ‘Zonas silenciadas: regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión’ de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ese documento indica que, en el contexto de la llamada “guerra contra el narcotráfico” que se libra desde hace 15 años, los periodistas y los medios de comunicación “se han mantenido en la mira de los grupos delictivos”.

Otras organizaciones internacionales como Artículo 19, encargada de defender la libertad de expresión, también ha catalogado a Tamaulipas como “zona de silencio” debido a las constantes agresiones contra la prensa.

“La prensa ha tenido que autocensurarse por la violencia. El Estado mexicano no ha garantizado la protección a los periodistas y defensores de derechos humanos y es el segundo estado más letal para la prensa en México”, señaló Artículo 19 en enero de 2018.

De 2000 hasta mayo de 2018, 16 comunicadores habían sido asesinados en Tamaulipas, la segunda entidad mexicana más peligrosa para los periodistas, por detrás de Veracruz. Dos de los casos se han producido este año:

El 13 de enero, el columnista Carlos Domínguez Rodríguez, quien durante varios años colaboró como reportero en El Diario de Nuevo Laredo, recibió 21 puñaladas cuando se encontraba dentro su vehículo en esa localidad.

Asimismo, el pasado 29 de mayo fue encontrado el cadaver del periodista Héctor González Antonio, quien colaboraba como corresponsal del diario Excélsior y medios locales y fue asesinado a golpes en una calle de Ciudad Victoria, capital del estado.

En febrero de 2017, el diario El Mañana de Nuevo Laredo suspendió momentáneamente su circulación ante constantes amenazas, luego de que algunos trabajadores del periódico fueron golpeados por hombres armados.

Debido a que muchos medios dejaron de informar sobre lo que ocurría en Tamaulipas, lugar donde la presencia y continua disputa entre el Cártel del Golfo y los Zetas por el control del territorio ha sido una constante desde 2007, el vacío informativo de los medios intentó ser llenado mediante reportes ciudadanos publicados en redes sociales.

Ese fue el caso del sitio de Facebook Valor por Tamaulipas, en el que un grupo de ciudadanos anónimos denunciaban balaceras y otros hechos de violencia ocurridos en el estado. En 2014, la doctora María del Rosario Fuentes Rubio, quien reportaba de manera anónima para el sitio, fue asesinada por presuntos sicarios tras ser amenazada en redes sociales.

Una ola de desapariciones forzadas
Sin embargo, el crimen organizado no es el único peligro que enfrentan los ciudadanos en Tamaulipas, ya que también existen “fuertes indicios” de que fuerzas federales han provocado una ola de desapariciones forzadas en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, según un informe de Naciones Unidas.

El pasado 30 de mayo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, hizo un llamado a las autoridades mexicanas a tomar medidas urgentes para poner fin a la ola de desapariciones en la ciudad de Nuevo Laredo y sus alrededores, debido a que “hay fuertes indicios de que estos crímenes habrían sido cometidos por una fuerza federal de seguridad”.

La Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH) documentó la desaparición de 21 hombres y dos mujeres en Nuevo Laredo entre febrero y el 16 de mayo de 2018. Según una organización local de derechos humanos, habrían sucedido al menos 40 desapariciones durante este período.

De acuerdo con testimonios, los desaparecidos habrían sido detenidos por personal uniformado mientras caminaban o manejaban por carreteras.

“Se informó que muchas de estas personas habrían sido detenidas arbitrariamente y desaparecidas mientras realizaban su vida cotidiana. Es particularmente horrible que al menos cinco de las víctimas sean menores, tres de ellas muy jóvenes, tan solo de 14 años. Estos crímenes, perpetrados durante cuatro meses en un solo municipio, son indignantes”, dijo Al Hussein.

Desde que comenzó la “guerra contra el narco”, Tamaulipas es el segundo estado con más secuestros, con 1.422 casos hasta abril de 2018, solo superado por el Estado de México (1.730), según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Manuel Hernández Borbolla

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