Más de 6 mil mujeres de 38 países participaron en el Primer Encuentro de Mujeres
VICTORIA JAUD
ROXANE ÉMIE
La frase “no están solas” nunca había sido tan real. Del 7 y al 11 de marzo, 6,000 mujeres de 38 países llegaron al Caracol de Morelia en Chiapas para asistir al Primer Encuentro Internacional Político, Artístico, Deportivo y Cultural de mujeres que luchan. Durante esos días, mujeres de todas las edades, orígenes, orientaciones sexual y con diferentes perspectivas se encontraron para platicar, jugar, convivir, intercambiar y sobretodo luchar juntas.
Este encuentro fue exclusivamente para mujeres, con el objetivo de que la lucha feminista sea organizada por las mujeres para las mujeres. El separatismo permitió también a las participantes liberarse de toda forma de opresión patriarcal y mostrar que sí, que las mujeres pueden organizarse solas.
Además, la dimensión internacional del evento fue indispensable para la convergencia de las luchas locales y reveló la amplitud del apoyo al movimiento zapatista en todo el mundo.
De hecho, las compañeras zapatistas llevaron a cabo este encuentro con una organización muy efectiva y todas, incluso las más jóvenes juntaron sus esfuerzos para acoger a tantas mujeres en su territorio. Cuál trabajo fue visible por la calidad de las infraestructuras, la comida y la variedad de eventos y actividades que se realizaron.
Las mujeres zapatistas presentaron obras de teatro y conciertos con un fondo autónomo y rebelde, seguidos con conciertos de rap, música colombiana y electrónica de otras compañeras. Las presentaciones fueron recibidas con un gran entusiasmo, significado por los gritos de miles de mujeres que asistieron al espectáculo, que resonaron igualmente al lado de las canchas durante los partidos deportivos.
Mientras que hubo varias actividades para disfrutar el hecho de estar todas reunidas, los temas políticos tuvieron un lugar muy importante. Pláticas como “Violencia de género en los medios de comunicación” y “Cómo ser lesbiana en tiempos de patriarcado”, permitieron debates e intercambios de ideas para la lucha feminista. En adición de las pláticas, talleres como “Auto defensa” o “Elaboración de toallas sanitarias de tela” implementaron un impulso de energía rebelde frente al machismo.
Tal energía fue vibrante durante todo el encuentro y surgía muchas veces a través de gritos, canciones, bailes o solo por el compartir de todas en un ambiente de hermanas que comprobaron que la lucha sigue y que las mujeres están de pie.
