Padecen violencia siete de cada diez migrantes centroamericanos en México: MSF
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A cinco años de operar a lo largo de la ruta migratoria en México, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó hoy un informe con resultados “demoledores” sobre los peligros que corren los centroamericanos indocumentados: siete de cada diez pacientes que fueron entrevistados por los galenos entre 2015 y 2016 padecieron de por lo menos un evento violento durante su travesía por el país y casi una tercera parte de las mujeres fueron víctimas de abusos sexuales, ya sean violaciones, agresiones o desnudez forzada.
Estas encuestas fueron levantadas en medio de “un refuerzo de los controles migratorios, las detenciones y las expulsiones por parte de México y Estados Unidos”, precisó la organización, al advertir que “estas prácticas amenazan con empujar a más refugiados y migrantes a las redes de los traficantes de personas y organizaciones criminales”.
Además de emprender una política de detención y deportación sistemática de los migrantes centroamericanos –a pesar de que muchos podrían aplicar para el asilo o el refugio–, el gobierno mexicano dificulta el acceso a la salud de esta población vulnerable, la cual enfrenta discriminación “de forma persistente” y trabas burocráticas en los centros médicos del país, deploró la organización.
Los médicos de la organización proporcionaron más de 33 mil consultas médicas a migrantes en distintas localidades del país. Entre los problemas principales destacaron las lesiones provocadas por las agresiones –las cuales fueron el motivo de una cuarta parte de los actos médicos–, por las difíciles condiciones de viaje, la falta de alimentos o los accidentes ocurridos durante los recorridos en el techo del tren de carga conocido como La Bestia.
“Algunos de los pacientes atendidos por nuestros equipos dijeron sufrir dolores extremos y un padecimiento emocional insoportable, debido a la violencia física y psicológica que se les había infligido como método de extorsión”, planteó la organización.
Los migrantes atendidos por psicólogos padecían ansiedad, depresión, preocupación constante, fobia, desórdenes del sueño, sentimiento de baja estima, “flashbacks” o trastorno de estrés postraumático, entre muchos otros.
Las encuestas levantadas por la organización muestran que los perpetradores de los ataques contra migrantes incluyen tanto a miembros de bandas delincuenciales como agentes de las fuerzas de seguridad mexicanas, los cuales son “responsables de su protección”, insistió.
“Desde el principio, los equipos de MSF han constatado con preocupación la falta de apoyo institucional y gubernamental que sufren migrantes y refugiados a lo largo de la ruta migratoria”, deploró la organización, al subrayar que los gobiernos de la región “ignoran las necesidades humanitarias” de quienes huyeron de la crisis humanitaria que azota sus países.
Según MSF, las autoridades mexicanas no toman en cuenta que los centroamericanos indocumentados salieron de sus países para salvar sus vidas, pues los consideran como migrantes económicos. Como resultado, el gobierno mexicano concedió el asilo a menos de 4 mil de ellos en 2016, mientras deportó a 143 mil, incluyendo a 33 mil 832 menores de edad.
Sin embargo, en 2015 las tasas de homicidio por 100 mil habitantes en los países del Triángulo Norte centroamericano eran de las más elevadas del mundo: ese año hubo 103 asesinatos por cada 100 mil salvadoreños, 57 en Guatemala y 30 en Honduras.
“De entre las personas a las que MSF ha entrevistado, un número importante alude a la falta de oportunidades económicos; sin embargo, describen sistemáticamente su exposición personal a un hecho violento como detonante de la decisión de emigrar”, planteó la organización.
La mitad de los entrevistados por MSF afirmaron que sufrieron una amenaza directa en sus países de origen, y la mitad de los hondureños y salvadoreños indicaron que habían sufrido una muerte violenta en su familia en los dos años anteriores a la encuesta. Siete de cada diez hondureños y salvadoreños afirmaron que oían disparos de manera regular en sus barrios de origen y que también presenciaron homicidios.
“Los datos médicos registrados durante las consultas, las encuestas realizadas y los aterradores testimonios recogidos confirman las condiciones extremas de criminalidad y violencia que se dan en los países del Triángulo Norte centroamericano, que no difieren de las que caracterizan a países en guerra”, insistió.
A pesar de ello, “el principio de no devolución se viola sistemáticamente en México”, lamentó MSF, al recordar que el proceso de deportación dura en general menos de 36 horas, las cuales “no parecen dejar el tiempo suficiente a la adecuada evaluación de las necesidades individuales de protección”.
El informe de MSF no sólo señala la responsabilidad del gobierno mexicano en la crisis humanitaria que viven los migrantes centroamericanos, sino también al de Estados Unidos, el país de destino de la enorme mayoría de ellos.
Además de reforzar la presencia de agentes de migración en la frontera con México y deportar a decenas de miles de migrantes, la pasada administración de Barack Obama otorgó el asilo a apenas 9 mil 401 centroamericanos en 2015, menos de la décima parte de las solicitudes que recibió, reveló MSF.