Crece la contaminación de INASA en Nacajuca

María José Pola Tellechea

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Líquido contaminado por aditivos y solventes, producto de cementación en pozos petroleros procesados en la planta de tratamiento a cielo abierto en la carretera Villahermosa-Nacajuca, afectan el medio ambiente, arroyo, fauna acuática, animales domésticos y la calidad de vida de cientos de pobladores de la ranchería Saloya segunda sección.

La muerte de animales de traspatio y la severa contaminación del arroyo el Zapote, es lo que ha provocado durante cuatro años la Planta de Tratamiento de Aguas Congénitas (PTAC) del Corporativo INASA, pues aguas residuales contaminadas con grasas y aceites se encuentran expuestas a cielo abierto a menos de un metro de hogares y comercios.

Los fuertes olores de la planta de tratamiento, ubicada en Saloya segunda sección, a la altura del kilómetro 7 carretera Villahermosa-Nacajuca, abarcan un amplio radio, que crece con la dirección del viento, donde cientos de viviendas y establecimientos son afectados.

Las 24 horas del día las aguas residuales se encuentran expuestas, que impactan en animales, plantas y el arroyo Zapote que se encuentra justo detrás de las instalaciones.

Al igual que el Centro de Manejo Integral de Residuos de INASA situado en Jalpa de Méndez, aquí la planta de tratamiento de esta misma empresa ha provocado enfermedades, hasta ahora evidentes, gastrointestinales y cutáneas a los habitantes, pues el Centro de Salud de la ranchería Saloya, en Nacajuca, informó de forma extraoficial a Grupo Presente Multimedios (GPM) que los dolores de cabeza, vómito, mareo y erupciones en la piel son provocados por la exposición a los olores tóxicos.

En el manifiesto de impacto ambiental presentado por INASA a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) estipulan que al día la planta procesa 150 metros cúbicos de aguas congénitas, donde se realiza sedimentación y coagulación química, lo cual provoca que la ranchería resulte afectada. En época de lluvias los líquidos se esparcen con los escurrimientos pluviales.

El río Zapote ha resultado afectado por la descarga de aguas residuales, pues habitantes de la ranchería argumentaron que desde hace más de 4 años los líquidos tratados escurren en el arroyo, hábitat de fauna acuática, el cual es el abrevadero de ganado y animales de traspatio.

Un promedio de 300 personas son las que radican cerca de las instalaciones de INASA, quienes respiran los fuertes olores que despiden las aguas congénitas, las cuales se encuentran en un contenedor expuestas a cielo abierto, lo cual logra sentirse en sus alrededores.

Dependencias ambientales sin respuestas

A pesar que en diversas ocasiones habitantes de Nacajuca y Jalpa de Méndez solicitaron a la Secretaría de Energía, Recursos Naturales y Protección Ambientales (Sernapam), resolviera los problemas derivados de la contaminación de sus plantas, les han argumentado que por la vigencia de la Reforma Energética ya no es la instancia encargada de regular.

Mediante la Ley de Transparencia, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos a través de la Unidad de Asuntos Jurídicos informó que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) recibió un oficio suscrito por la Secretaría de Energía, Recursos Naturales y Protección Ambiental (Sernapam), donde reconoció los ‘hechos posiblemente constitutivos de contaminación ambiental atribuibles a la empresa Corporativo INASA S.A de C.V’.

“Desde la promulgación de la Reforma Energética, la ASEA es la dependencia que controla y verifica las afectaciones ambientales producidas por empresas del sector energético”, señaló el subsecretario de gestión para la protección ambiental de la Sernapam, Santana Martínez Hernández.

En el 2015, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) recibió una denuncia popular de los afectados por INASA, por lo que la dependencia realizó una inspección en las zonas, sin embargo, hasta hoy, la comunidad Benito Juárez y la ranchería Saloya continúan siendo víctimas de la polución causada por INASA.

Afectaciones a familias durante las 24 horas

Gela del Carmen López, vecina de la planta de tratamiento de aguas congénitas señaló que desde hace cuatro años esta empresa del corporativo INASA se instaló a menos de un metro de su hogar, lo cual provocó la muerte de sus animales de traspatio y plantas.

Los contenedores que retienen agua contaminada por hidrocarburos se encuentran justo de lado de su casa, lo cual ha provocado que su familia respire el olor a combustible las 24 horas del día, lo cual ha despertado el temor de adquirir alguna enfermedad cancerígena.

Indicó que en diversas ocasiones habitantes de la ranchería Saloya han solicitado la supervisión y el cambio de la planta procesadora de aguas residuales, sin embargo, aseguró que el personal de INASA ha argumentado que habitantes no obtendrán ninguna modificación.

“Mis animales han muerto, mis plantas, todo, la vida de mi familia cambió desde que se instalaron justo de lado de mi casa y eso no es justo, porque saben que soy una persona pobre, y por eso abusan de mí”.

Al igual que Gela del Carmen López, habitantes respiran los residuos derivados del agua de mezcla de cemento, con aditivos, grasas, aceites y Gas Block, los cuales provienen de cementaciones de pozos petroleros, equipos de contrapozo y cementaciones de pozos petroleros.

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