El largo camino de Baqueachi; amenazas y asesinatos, el precio para ganar su tierra
Por este fallo, se mandata al estado y a los particulares de la zona a que respeten sus derechos como los dueños absolutos del territorio, y por esta orden judicial debieron los particulares, ganaderos, desalojar una extensión de 44 mil 784 hectáreas. La resolución se da en medio de amenazas y hostigamientos por parte de ganaderos de la región que han peleado su cacicazgo a los indígenas, golpizas a niños de la comunidad y asesinatos de dos pobladores hace un año.
La pelea de este pueblo por mantener la propiedad como dueños originales de la tierra y guardadores del bosque lleva 80 años, los 20 últimos en tribunales federales, 8 juicios a la fecha, y está marcada por decenas de asesinatos de miembros de Baqueachi y del abogado indigenista Ernesto Rábago Martínez hace 5 años, el 11 de diciembre del 2010, en su despacho jurídico de la ciudad de Chihuahua.
El abogado era el esposo de Estela Ángeles Mondragón y ambos eren víctimas de amenazas y hostigamientos por parte de los ganaderos de la zona que tienen nombre, Héctor Sandoval y Raúl Sandoval, padre e hijo que perdieron el juicio; sobre el asesinato no hay líneas de investigación de la Fiscalía General de Chihuahua entonces Procuraduría General del Estado, y ni una sola persona ha sido detenida.
La abogada ha seguido representando a la comunidad en los tribunales, y vive de hecho, en el municipio donde se encuentra el ejido.
Veinte años tardó el laudo, y es el primero en México que reconoce a una tribu sus derechos ancestrales. El fallo salió del tribunal agrario en el Distrito 5, tras la demanda interpuesta por el ejido en contra de los ganaderos acusados de caciques, por despojo de la tierra. Estos ganaderos han hecho caso omiso de las anteriores sentencias y han infligido a la comunidad abusos, discriminación, amenazas, golpes y asesinatos.
La abogada dijo que este triunfo para la comunidad representaba una gran satisfacción pero que el camino en los tribunales y en el ejido seguía, pues la sentencia todavía puede ser impugnada, y las amenazas no cesan, la última fue una bala de rifle dejada en la puerta del despacho de Bowerasa, la organización no gubernamental que fundaron Rábago y Mondragón años atrás, al estilo de las amenazas de los ganaderos del pueblo, y en general, en los pueblos de la Sierra Tarahumara.
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