Techint y su crisis social

En Aquila, Michoacán, los derechos por la explotación del mineral de hierro en una mina enclavada en la comunidad han sido tema de una constante confrontación con la empresa Techint, cuyo capital es de origen italiano y argentino.

• A 430 kilómetros de la ciudad de Morelia, Aquila es una comunidad concentrada en la actividad agrícola, pero que llegó a un acuerdo con los accionistas y directivos de Techint –que controla Ternium– para entregar regalías a la comunidad y sembrar árboles en las zonas afectadas por la actividad minera. Hace tres años se incumplió el convenio con las autoridades tradicionales y comunitarias, los comuneros se manifestaron, los acuerdos se cumplieron y no hubo nada que lamentar.

• En Techint se han preocupado por la operación de una gerencia social, en ser una Empresa Socialmente Responsable (ESR), de esas que se hacen acreedoras a premios y reconocimientos. No puede ser de otra forma, pues necesitan el mineral de hierro que se encuentra en estas comunidades. Paolo Rocca, presidente de la Organización Techint, está orgulloso de los logros de la empresa.

• En Aquila se realizaron donaciones para renovar las aulas en las que estudian los niños de la zona. Para atender problemas de salud, Techint firmó un acuerdo con el IMSS para construir una clínica hospital en la que se brindan consultas médicas de primer contacto y prescripción de medicamentos que benefician a 5,250 habitantes de la zona y los alrededores de esta zona minera.

• En esa clínica se atienden emergencias y Techint se preocupó de que se contara con un servicio de ambulancias.

• En fin, el reporte de Responsabilidad Social de Techint describe con mucho detalle las actividades en la zona.

• Sin embargo, la relación con los comuneros no ha sido sencilla. En 2013, como decíamos, las actividades de la mina se suspendieron debido a las exigencias de la comunidad.

CONFRONTACIONES Y CRISIS

• El Movimiento Separatista Autonómico de Michoacán ha sido una piedra en el zapato para Techint. Las guardias autónomas, los asambleas comunitarias y, por supuesto, la constante amenaza del crimen organizado sobre la estabilidad de la zona, son peligros para la operación de esta multinacional. En Ostula, la pequeña comunidad del municipio de Aquila, habían sido frecuentes los enfrentamientos entre comuneros y autoridades; a veces también con el Ejército, que había insistido en desarmar a las guardias comunitarias con el propósito de que los comuneros no utilizaran este recurso como un elemento de presión frente a Techint.

¿QUÉ SUCEDIÓ EL 19 DE JULIO?

• Dos niños y una persona de 60 años perdieron la vida en un enfrentamiento entre comuneros y el Ejército. Aparentemente, una vez más la comunidad buscaba incrementar regalías y que la empresa cumpliera con la reforestación prometida en la zona afectada por la explotación minera.

• Otro problema que enfrentó la multinacional es que, ante los problemas que encara el mercado del acero –aderezado por el supuesto dumping en las importaciones de productos siderúrgicos chinos–, decidió suspender las actividades temporalmente para reducir pérdidas. Esa situación habría puesto en jaque a la comunidad, que depende en gran medida de los ingresos que obtienen por cada camión que sale con mineral de hierro.

• La multinacional del acero no tenía una escenario sencillo.

• ¿Quién ordenó disparar contra civiles, contra comuneros? Ayer, la compañía guardó silencio; la cobertura sobre esta grave situación pasó desapercibida, al menos para la prensa de negocios.

• Ésta se concentró en las páginas de sociedad y política. Techint, sin embargo, deberá preparar un posicionamiento sobre esta crisis.

• La situación también representa un pésimo antecedente para la apertura del sector de la energía, porque la relación con las comunidades es, precisamente, uno de los puntos delicados de esta fase. Pemex ha invertido miles de millones de pesos en planes de mitigación para compensar a las comunidades; leyes nacionales y disposiciones de organismos multilaterales así lo establecen. Sin embargo, cuando los mercados ofrecen mayores dividendos siempre se tiene la tentación de cortar el hilo por lo más delgado: los intereses de las comunidades. Es cierto que en este lamentable hecho, que le costó la vida a dos niños, no están ausentes los intereses políticos y del crimen organizado, pero ahora el desarrollo de un negocio quedó atrapado y con graves consecuencias.

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