Investigan enfermedades por agua contaminada en Pinal de Amoles, Querétaro
Mariana Chávez/La Jornada
Se habrían intoxicado con arsénico 69% de los habitantes de El Llano de San Francisco
Padecen infecciones respiratorias, agotamiento y descamación de la piel, entre otros malestares
Sospechan que la fuente es una mina de mercurio
A través de la niebla se observan unas 20 casas de la comunidad El Llano de San Francisco, donde 120 de sus 172 habitantes (69 por ciento) se intoxicaron con agua contaminada, presuntamente con arsénico, lo cual les provocó infecciones respiratorias, diarrea, vómito, fiebre y otras enfermedades.
Los vecinos dicen estar mejor, pero aún tienen secuelas: erupciones y manchas en la piel.
En mayo empezaron a padecer infecciones respiratorias agudas, agotamiento, pérdida de fuerza, comezón y descamación de la piel. La Secretaría de Salud (Ssa) emitió alerta sanitaria, y junto con la Comisión Estatal de Aguas (CEA) analizó el manantial El Cedral.
El 14 de junio el gobierno estatal dio a conocer que 120 personas presentaban lesiones cutáneas. El diagnóstico era sospecha de intoxicación crónica por arsénico. La CEA prohibió usar el agua de El Cedral e instaló dos depósitos provisionales.
Cansada de cargar leña con un mecapal y apoyada con una rama, Martha, de 68 años de edad, se detiene junto a un matorral. Recuerda que a su hija le salieron hartos granos, como si estuviera quemada. Le controló la fiebre con baños de agua fría y el prurito con ramas del campo. Por falta de dinero no la llevó al centro de salud de San Gaspar, comunidad aledaña, ni al hospital en Jalpan de Serra. Estuvo enferma un mes, hasta que llegó a su casa personal de la Ssa y le dio tratamiento para la hinchazón de los pies.
Antes de la emergencia sanitaria, los pobladores consumían el agua del manantial de El Llano, desde hace 30 años su principal fuente de abastecimiento.
“Para bañarme ocupo un burrito y llevo mis anforitas –refiere Martha–. Mi ropa la llevo a lavar adonde llega la fuga del tanque”, dice en referencia al tanque de acero de 50 metros cúbicos instalado por la CEA para abastecer a los 172 habitantes de la comunidad. La obra quedó terminada en 2014, pero aún no está en operación.
El 18 de junio pasado llegó a esa comunidad el presidente municipal, César Fernando Arcega Pérez, para anunciar que pediría a la CEA que le apuraran al agua.
La principal preocupación de Martha es no tener dinero para comer. A veces lava ropa ajena, pero a sus 68 años ya no me alcanza la fuerza.
Las enfermedades en El Llano de San Francisco han atemorizado a los vecinos de Los Pinos, Cornitos, La Cañada, Cantón, San Gaspar y El Madroño, quienes optaron por no consumir el líquido de manantiales que llega entubado a su comunidad, aunque no provenga de El Cedral.
Al amanecer se observa en la carretera el ajetreo de viejas camionetas que transportan tambos con agua de otros ríos.
Los delegados de los poblados convocaron el 19 de junio a una junta dirigida por el alcalde. Les informaron que la CEA y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya tomaron muestras y analizan el líquido para saber qué contaminantes tiene y de dónde provienen.
Refugio Hernández, delegado de la comunidad El Madroño, de unos 500 habitantes, pidió a los encargados de los estudios una respuesta abierta, no sólo entre ellos. Necesitamos saber qué pasa.
En Madroño y El Llano de San Francisco sospechan que la contaminación de El Cedral fue provocada por una mina de mercurio conocida como El Oyamel, explotada por lugareños.
Martha duda que la mina sea el origen de la contaminación. Aquí hay mineros que toman (agua en el yacimiento). Ya les hubiera afectado. Pero no.
María Elena, de 22 años de edad, y su esposo Rubén, de 20, jalan la rienda de un burro cargado de leña. Los dos y su hija de tres años enfermaron. Él tiene erupciones dolorosas en un pie y estuvo dos meses en cama. No tiene trabajo. Ella lleva una bolsa con pan que le fiaron los vecinos.
Su hija sigue enferma. Le dieron cita en el hospital de Jalpan el 22 de junio, pero no acudió por la falta de recursos. Mi niña está bien pelada (de la piel) y no se le quitan las manchas, comenta María Elena.