Estalla huelga en la UAZ: contra el desprecio hacia la educación pública. (Zacatecas)

Colectivo Grieta
01 de marzo de 2025

Ciudad de México.- El Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ) tomó una decisión contundente al votar mayoritariamente a favor del estallamiento de la huelga el miércoles 19 de febrero. Este hecho no puede considerarse un evento aislado o producto del azar, sino que representa la manifestación de un problema profundo y estructural que se hace evidente hoy en Zacatecas, pero que sacude al país entero: el proceso sistemático de privatización y abandono de la educación superior pública de México.

La determinación del gremio académico en Zacatecas pone en evidencia el progresivo proceso de precarización de las condiciones laborales y presupuestarias que enfrenta la educación superior pública en México. Más que una simple medida de presión, la huelga expone la falta de compromiso por parte de las autoridades a nivel federal, estatal y universitario en garantizar una educación de calidad con condiciones dignas para docentes y trabajadores.

La crisis en la UAZ no es un hecho aislado ni reciente, sino el resultado de una estrategia persistente de reducción presupuestaria y negligencia hacia las necesidades del ámbito académico. A pesar de los constantes discursos del gobierno federal sobre la soberanía en ciencia y tecnología, los recursos destinados a las instituciones de educación superior han sido restringidos de manera sistemática, en muchos casos con asignaciones que ni siquiera compensan la inflación. En paralelo, la política salarial ha estado marcada por la implementación de topes salariales que limitan e incluso contraen el ingreso contractual, con incrementos que, en algunos casos, no alcanzan a contrarrestar la pérdida del poder adquisitivo.

Estas son las demandas de los trabjadores académicos del SPAUAZ.

El gobierno federal ha privilegiado la austeridad (que de republicana tiene poco) en lugar de fortalecer las instituciones de educación superior, lo que ha derivado en una reducción sistemática del financiamiento. A su vez, se han impulsado modelos universitarios, como la Universidad del Bienestar, donde las condiciones laborales son extremadamente precarias, marcadas por la inseguridad y la falta de estabilidad, lo que profundiza aún más la crisis en el sector.

Mientras la UAZ enfrenta un asfixiante estrangulamiento financiero desde el fisco federal y estatal, sus autoridades, en lugar de alzar la voz y luchar por la dignificación de la educación pública, han optado por perpetuar prácticas autoritarias, clientelares y de control. Lejos de defender los intereses de la comunidad universitaria, han utilizado su posición para sofocar cualquier manifestación crítica y bloquear cualquier intento de democratización dentro de la institución, consolidando así un modelo de gestión despótica que prioriza el sometimiento y el autoritarismo. Desde este lugar, la autonomía universitaria ha servido para consolidar grupos caciquiles internos que han operado con una red de control burocrático que han hecho de la UAZ un botín político estatal.

Pero en medio de la austeridad destructiva por parte del gobierno y el caciquismo universitario al interior de la UAZ, surgen también procesos organizativos y colectivos desde el gremio académico que, cargados de rabia pusieron un freno a esa rapacidad. El estallido de huelga del 19 de febrero no sólo busca reivindicaciones salariales, sino también denunciar el progresivo abandono de la universidad pública, el maltrato y el abuso.

Aquí reproducimos testimonios de huelguistas de la UAZ. Mientras revisaban que todos los centros y unidades académicas de la universidad estuvieran cerrados, y mientras instalaban banderas, huelguistas de la Unidad Académica de Preparatoria explicaron el contexto y las razones por las cuales estalló la huelga.

“Estábamos emplazados para el día de hoy por violaciones e incumplimiento de nuestro contrato colectivo y revisión salarial. Fue una votación histórica de 30 años para acá en el que votamos más del 80% del padrón de sindicalizados con derechos políticos vigentes, de un padrón de cerca de 2900 académicos”….

Resultados globales de la votación sobre el emplazamiento a huelga en la Universidad Autónoma de Zacatecas.

La votación contó con una amplia participación, lo que refleja el profundo descontento de la comunidad trabajadora perteneciente al gremio de trabajadores académicos. Este resultado no sólo pone en evidencia el malestar generalizado, sino que también responde a una serie de factores acumulados a lo largo de los años en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Entre estos factores destacan las restricciones presupuestales y la existencia de cotos de poder que han condicionado la vida institucional.

Asimismo, esta huelga puede interpretarse como parte de un proceso de autonomía interna dentro del Sindicato del Personal Académico de la UAZ (SPAUAZ). En este contexto, la dirección del sindicato ha logrado desvincularse en cierta medida del control ejercido por la rectoría, marcando un cambio significativo en la dinámica de poder y permitiendo que el gremio académico tome decisiones con mayor independencia.


“Estalla la huelga y convergen múltiples factores. Entre ellos, la decisión tomada hace dos años de impulsar una iniciativa que promoviera que la dirigencia del sindicato estuviera alineada con la administración universitaria o representara un conjunto de expresiones afines a ella. En aquella ocasión, se sometió a votación el estallamiento de la huelga, y la diferencia de votos fue mínima. Desde entonces, la dirección de la universidad ha tratado al sindicato con desprecio, ignorándolo sistemáticamente, actuando con deslealtad y aplicando un autoritarismo desmedido. Además, ha ejercido violencia verbal y misoginia contra la actual dirigente del sindicato, una compañera que ha sido blanco de constantes ataques. Todos estos elementos se han ido acumulando, intensificando el conflicto y profundizando la crisis dentro de la institución”

En este contexto, relatan que una de las principales problemáticas radica en la creciente concentración de poder en manos del rector, quien, a lo largo de los años, ha consolidado un control autoritario sobre la vida universitaria. Esta concentración despótica de mando no sólo ha limitado la participación democrática dentro de la institución, sino que también ha reforzado dinámicas clientelares y de subordinación, donde las decisiones clave dependen de un pequeño grupo afín a la rectoría. Esta estructura de poder caciquil ha profundizado la precarización laboral, ha favorecido la discrecionalidad en la asignación de recursos y ha convertido a la universidad en un espacio donde la disciplina y la lealtad al rector pasan por encima de la comunidad universitaria

“También se suma el hecho de que esta administración decidió prolongar el mandato del rectorado, incluso por encima de lo establecido en la ley orgánica, utilizando la pandemia como pretexto. Este es un problema sin precedentes en la historia de la universidad, y fue posible debido a la existencia de una estructura autoritaria que mantiene bajo su control un aparato burocrático que domina todos los espacios de la institución. Lo que observamos es un total desprecio por los órganos colegiados de la universidad, evidenciando una gestión que prioriza la concentración de poder sobre los principios democráticos y la autonomía institucional”

El descontento y la indignación han trascendido los límites de la universidad, convirtiéndose en un clamor generalizado. Nos relatan que la huelga del SPAUAZ no surge de manera aislada, sino en un contexto de creciente movilización del magisterio, lo que ha llevado a la paralización de buena parte del sector educativo público en el estado.

“En medio del estallamiento también hay un aumento de la movilización del magisterio, las secciones 58 y 34 que hace un mes que tuvieron elecciones y por primera vez ganaron lo que se denomina el bloque de los democráticos, con cierta cercanía a la CNTE. Es decir que ahora estamos movilizados todos los niveles de educación publica del estado. Desde guarderías, preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y universidad”.

La rabia y la elevada movilización del sector de educación pública en el estado se demostró a través de la concentración de 30 mil profesores y profesoras de todos los niveles educativos el lunes 24 en el centro de la ciudad de Zacatecas. Esta suma de protestas y huelga pone en evidencia que los trabajadores de la educación han llegado a un punto de hartazgo ante el constante desprecio hacia su trabajo, hacia las instituciones educativas públicas y el ataque a sus derechos laborales. Esta oleada de resistencia muestra que no se trata sólo de una crisis local, sino de una problemática estructural en el ámbito educativo, donde la indiferencia y el abandono de todos los niveles de gobierno, federal, estatal y universitario, han empujado a los trabajadores a tomar acciones organizadas y consensuadas en defensa de su dignidad y de la educación pública.

La política de austeridad y el desprecio del gobierno parecen estar dirigidos exclusivamente contra los trabajadores y trabajadoras de la educación pública, mientras que las grandes corporaciones mineras, responsables del saqueo y la contaminación del estado, operan sin restricciones. ¿Existe acaso austeridad para las actividades extractivas de Goldcorp, o para los imperios de Bailleres (Peñoles) y Slim (Frisco), que han explotado los recursos de Zacatecas a través de la minería a cielo abierto?
A pesar de que Zacatecas es el principal productor de plata en México, esa riqueza no se traduce en beneficios para la clase trabajadora local. Para el capital, la austeridad es inexistente, mientras que las universidades públicas enfrentan intentos de desmantelamiento. Esto es precisamente lo que denuncian los trabajadores del SPAUAZ con sus banderas rojinegras.