Programa del Fonatur e ICA: Dejan plantados a ejidatarios con la reforestación del tramo 4 del Tren Maya (Yucatán)
CLAUDIA V. ARRIAGA DURÁN / Foto: Paola Chiomate / Revista Proceso
Ejidatarios mayas de dos municipios yucatecos denuncian que el Fonatur y grupo ICA han incumplido el contrato que firmaron con ellos de pagarles por reforestar más de un millón de m², que es una parte de la selva que arrasó el Tramo 4 del Tren Maya. El acuerdo era plantar y cuidar árboles durante cinco años, pero el Programa de Reforestación y Reubicación de Flora paró a menos de un año por falta de dinero. Fonatur aduce que ya pagó todo a ICA, que es la responsable de la reforestación, y ésta guarda silencio. En tanto, más de 50 campesinos se quedaron sin fuente de ingresos.
MÉRIDA, Yuc.– Severo Pech es un adulto mayor de 73 años que fue diagnosticado con cáncer de esófago en 2023 mientras trabajaba en el Programa de Reforestación y Reubicación de Flora, del Tramo 4 del Tren Maya en Yucatán. Es un hombre maya que vive a ocho kilómetros de la zona arqueológica de Chichén Itzá y que no tenía otra fuente de empleo.
Junto con 40 personas del ejido de Xcalakoop de Hidalgo, Severo votó en una asamblea ejidal en favor de aceptar un contrato de cinco años que les presentaron el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y grupo ICA, por el cual se comprometieron a pagarles durante ese periodo para reforestar y cuidar los árboles sembrados como parte de la remediación por la tala para el megaproyecto.
En el proyecto de Reforestación y Reubicación de Flora, uno de los compromisos derivados de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y de los estudios técnicos justificativos del Tramo 4 del Tren Maya, participaban dos ejidos mayas de Yucatán, Onichen y Xcalakoop de Hidalgo, pertenecientes a los municipios de Tunkás y Tinum, respectivamente.
Con la construcción del megaproyecto Tren Maya se talaron seis mil 659 hectáreas de Selva Maya en la península de Yucatán, según el informe de deforestación de la organización CartoCrítica.
El megaproyecto atraviesa los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Con la reforestación se busca mitigar el impacto ambiental contra el desmonte y la destrucción del medioambiente.
Las actividades del programa se iniciaron en octubre de 2023 y pararon en septiembre de 2024. Las empresas responsables de la reforestación son Grupo México, Mundo Botánico y Servicios de Ingeniería y Control Avanzado (SICA). El acuerdo era que grupo ICA les pagaría por sembrar y dar mantenimiento a los árboles por cinco años. El dinero para esto fue proporcionado por el Fonatur.
Pero las tres empresas que el grupo ICA subcontrató para hacerse cargo dejaron de recibir el dinero acordado por la siembra de las plantas y, en consecuencia, ya no tenían para pagar los salarios de los campesinos mayas.
A los representantes de los ejidos el Fonatur les comunicó que ya cumplieron con el pago del contrato a ICA. Desconocen por qué no libera el dinero.
Las repercusiones de detener el proyecto van más allá de afectar la economía de la comunidad. De rebote, también impidió el acceso al derecho a la salud de las personas.
Por ejemplo, cuando Severo se enteró de que tenía cáncer pensó que podría atenderse en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues un requisito para que las personas trabajen en el proyecto era que tenían que ser dadas de alta. Le tocó enterarse al acudir al médico que ya no tenía esta prestación por el cese del programa.
“Entregó los papeles y todo, pero cuando vamos al IMSS para que se atienda, después de que le dijeron que tenía cáncer, nos enteramos de que ya no tiene derecho a consultas”, indica el hijo de Severo, Santos Pech.
Durante el desarrollo de este reportaje se solicitaron entrevistas a los representantes de los tres consorcios encargados de la reforestación, pero no accedieron.
En cambio, los 52 ejidatarios afectados de Xcalakoop y Onichen sí levantaron la voz.
Ofrecimiento incumplido
El tramo 4 del Tren Maya corre de Izamal, Yucatán, a Cancún, en un trayecto de 239 kilómetros, cercano al aeropuerto cancunense, de ahí su importancia para conectar a la zona hotelera de dicha ciudad.
Tunkás es un municipio vecino a Izamal y Tinum se ubica hacia el sureste, en ruta hacia Quintana Roo.
Personal de grupo ICA, Fonatur y Tren Maya acudió a dos de los ejidos en Tunkás y Tinum a explicar el proyecto y a pedir la aprobación de los campesinos mayas.
En Xcalakoop de Hidalgo, del municipio de Tinum, la primera asamblea ejidal se realizó el 1 de julio de 2023. Les informaron que sembrarían árboles nativos, es decir, de la península de Yucatán, en una superficie de un millón 98 mil 307.95 metros cuadrados.
En el acta de aquel día, a la cual Proceso tuvo acceso, se presentó el programa.
De acuerdo con el registro acudieron 29 ejidatarios, lo que representó 12% del total (241), por lo que se convocó a una segunda asamblea para aprobar el proyecto de reforestación, el 20 de julio. A ésta asistieron 63 ejidatarios, que representaron poco más de 26% del total, así que se consideró válida con ese quórum según la ley agraria. Todos votaron en favor de aceptar el programa de reforestación del Tren Maya.
“En este punto el presidente de la mesa de debates le da la palabra al C. Jorge Izúcar Payán y C. Israel Herrera Paredes, en donde informan que se trabajará en la reforestación de 625 plantas por hectáreas y el proyecto es por cinco años, y todo lo trabajado y reforestado se le queda al núcleo agrario”, se lee en el sexto punto del acta de asamblea.
Nunca habían recibido un apoyo del gobierno federal que les representara ingresos económicos inmediatos, por lo que los ejidatarios vieron con buenos ojos aprobar la propuesta. Tendrían trabajo por cinco años.
El acta de la asamblea ejidal también reveló que se eligió la comisaría porque, contrario al discurso oficial, el Tren Maya sí taló miles de árboles.
“Todo este trabajo se realiza porque en los trabajos de deliberación (sic) de vía del Tren Maya muchos árboles fueron cortados o arrancados para que los más endémicos de la zona puedan ser reubicados a una zona parecida, por lo que el núcleo agrario de Xcalakoop de Hidalgo tiene las características en cuestión de suelo y clima, por lo que se propuso para la reforestación y reubicación de la flora”, se lee en el acta de la asamblea.
“Nosotros lo que queremos es trabajar, no estamos pidiendo algo que no se firmó, no estamos exigiendo más de lo que nos deben dar. Simplemente queremos que se continúe el trabajo de lo que se prometió, los cinco años de trabajo”, expresa, indignado, el comisario de Xcalakoop, Jeremías Cime.
En otras palabras, sembrar nuevos árboles fue una medida de mitigación por la afectación forestal causada en la zona ante el paso del Tren Maya.
Del ejido de Xcalakoop participaron 40 personas, de las cuales 30 eran hombres y 10 mujeres. El salario era de 300 pesos por día, en total, mil 800 a la semana por una jornada de lunes a sábado.
La reforestación no se limita exclusivamente a sembrar plantas. A la par, deben cuidarlas.
“El caso de nosotros aquí sigue sin respuesta. Nos dijeron que ahora todo es con la Sedena y el problema es que ICA va a pagar porque él recibió el dinero del Fonatur. Aunque según el Fonatur no se puede suspender el trabajo porque ya pagaron los cinco años”, explica en entrevista el comisario ejidal de Xcalakoop, Jeremías Cimé.
Ejido de Onichen, sin empleo
“¿De qué me sirve sembrar, hacer tanto trabajo? Que tiren tanto dinero de qué sirve si van a dejar que se mueran por la maleza. Tendrían que ser los cinco años del mantenimiento, del chapeo para ver que los árboles crezcan”, comenta José María Mex May, un ejidatario de 70 años de la comisaría de Onichen, del municipio de Tunkás.
Junto con 12 personas de este ejido, José María trabajaba sembrando árboles en el programa de reforestación, cuyo objetivo era ser una medida de compensación y mitigación del Fonatur con la empresa ICA por la tala y desmonte de la construcción del Tren Maya.
En la comisaría de Onichen no hay fuentes de empleo cercanas, por lo que el cese del programa de reforestación les afecta. Los campesinos deben abandonar sus tierras para ir a otros municipios a buscar trabajo por día. Algunos se emplean para limpiar terrenos de empresarios agrícolas, otros de ayudantes de albañil, básicamente de lo que logren conseguir.
En la pandemia por covid-19 de 2020, con el cierre de los accesos en los pueblos de Yucatán, subsistieron con el recurso del programa del gobierno federal Sembrando Vida.
Incluso, con la llegada del programa de reforestación para que todos los ejidatarios sean beneficiados con la siembra de árboles, de las seis personas que se necesitaban para hacerlo, decidieron rotarse entre 12.
Para que el ejido acepte participar en la reforestación, al igual que en el caso de Xcalakoop, hubo asambleas ejidales. La primera fue el 11 de julio de 2023, pero no llegaron a completar la asistencia para que se celebrara, así que en la segunda del 20 de julio de ese mismo año se presentó y votó en favor de aceptar el proyecto.
A la presentación y aprobación del contrato ante el ejido, al igual que en la comisaría de Tinum, acudió como representante de ICA Jorge Izúcar. De parte del Fonatur fue Israel Herrera Paredes. Los dos les garantizaron que durante cinco años trabajarían en 294 mil 402.98 metros cuadrados de tierra, cultivando y cuidando de los árboles.
Así, entre los campesinos de los ejidos Xcalakoop y Onichen reforestarían en total un millón, 392 mil 710.93 metros cuadrados, que son parte de las más de seis mil hectáreas que se talaron por las obras del Tren Maya. Los ejidatarios no tienen un cálculo preciso de lo que trabajaron en un año en esas tierras.
“Se informa al núcleo agrario que se ocupará estas superficies en un tiempo de cinco años para la reforestación y reubicación de la flora, asimismo los ejidatarios se beneficiarán con el empleo que se genere de la superficie, mismos que podrían ser contratados para la reforestación”, se lee en el acta de la asamblea de esta comunidad maya, de la que Proceso tiene copia.
Iniciaron el trabajo en octubre de 2023 y enfrentaron obstáculos como la sequía, una de las razones principales por las que la reforestación se planteó a largo plazo.
“El año pasado, de mil 654 árboles que sembramos por polígono sólo rescatamos 270 plantas, las demás murieron por la sequía”, recuerda el comisario de Onichen, José Gabriel Mex May.
“Aquí sembramos árboles y tenemos que ver que los bejucos no acuesten a las plantitas, que no quede lóbrego, y en tiempo de sequía regarlos; nos golpeó la sequía y murieron casi todos; por fortuna nos dieron más plantas”, expresa el comisario.
Los ejidos desconocen qué cantidad de dinero le entregó el Fonatur a la empresa ICA por parte del programa. En las actas de las asambleas no aparece el monto.
Los comisarios Jeremías Cimé, de Xcalakoop y José Gabriel Mex May, de Onichen, coincidieron en que el Fonatur les confirmó que ya fue pagado el recurso del contrato de cinco años a ICA. Y que será la Sedena, a través de la empresa Tren Maya, la encargada de la resolución del problema. A los dos les quedó claro que el Fonatur se lavó las manos.
Para conocer la posición de la empresa ICA, encargada de la construcción y reforestación del Tramo 4 del Tren Maya, se contactó al área de Relaciones públicas de la empresa. En respuesta, se pidió remitir un correo electrónico, mismo que se envió, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) indicó que sólo la empresa Tren Maya puede pronunciarse sobre asuntos del programa de reforestación.
La solicitud de entrevista a la empresa del Tren Maya se hizo vía telefónica, por correo y en la oficina ubicada en la colonia Ampliación Revolución, en Mérida, pero tampoco hubo respuesta.
El ejidatario Pablo Mex lamenta: “Es un empleo que inició con Andrés Manuel López Obrador con el Tren Maya, y qué bueno, para plantar los árboles que se arrancaron y para que tenga trabajo la comunidad. De mi parte yo estuve trabajando y me benefició. Nos sacó un poco adelante y apoyó, pero ya no hay”.■
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