Familias desplazadas por el crimen organizado en Michoacán piden ayuda humanitaria
Según el colectivo Desaparecidos de la Costa y Feminicidios de Michoacán, 242 habitantes han sido desplazados desde el 13 de agosto como consecuencia de la violencia criminal
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Evangelina Contreras, representante del colectivo Desaparecidos de la Costa y Feminicidios de Michoacán (Decofem) lanzó un llamado al gobierno para ayudar a las familias desplazadas por el crimen organizado en Michoacán.
En entrevista con Aristegui Noticias detalló que las familias desplazadas provienen de las localidades de Coire, San Pedro Naranjestil, Guagua y Pichilinguilo, y son reubicadas en Aquila y Coahuayana, municipios de Michocán.
Según los datos del colectivo, 242 habitantes han sido desplazados desde el 13 de agosto como consecuencia de la violencia criminal que azota el estado.
“Las balaceras y el crimen organizado queman sus casas, los dejan sin nada y tienen que salir huyendo”, declaró.
Además, refirió que reubicar a las familias suele ser complicado, ya que muchos de ellos salen sin sus documentos oficiales, pues los perdieron o tuvieron que salir de manera rápida y no pudieron recogerlos, lo que afecta su derecho al trabajo, vivienda y que sus hijos tengan acceso a la educación.
La situación también se ve reflejada en la imposibilidad de rentar un lugar para vivir. Evangelina explicó que las rentas para las viviendas de los refugiados van de los mil a los cuatro mil pesos mensuales y muchos de ellos no pueden pagarlas porque no tienen un empleo.
Explicó que tomaron la decisión de apoyar a las familias desplazadas debido a la falta de apoyo gubernamental, que, aunque entregan despensas, son insuficientes para las familias.
Recordó que solicitaron al presidente municipal de Aquila, José María Valencia Guillen, que ayudara a reponer los documentos oficiales de las personas que los perdieron para poderlos incluir en los programas sociales, sin embargo, el gobierno sigue sin cooperar.
De acuerdo con Evangelina Contreras, el gobierno no se ha preocupado por darle seguridad en su comunidad a estas familias sin importar que están ubicadas cerca de minas y bosques manejados por organizaciones delictivas.
Relató que, para poder otorgar despensas, han tenido que pedir dinero en las carreteras, y han recibido la ayuda de organizaciones civiles como Cáritas, Banco de Alimentos, Michoacán Humanitario e incluso de personas migrantes en Estados Unidos.
El colectivo lleva un listado con los datos de las familias desplazadas que atienden, sin embargo, no todas llegan completas, pues algunas personas han sido asesinadas o desaparecidas producto de la violencia.