Yavesía defiende agua y la vida; amenaza minera en territorio juarista (Oaxaca)
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Citlalli Luciana,
Santa María Yaviesa, Ixtlán, Oaxaca.-La publicación de los 10 decretos en los que el presidente Enrique Peña Nieto eliminó la veda para aprovechamiento de 300 cuencas hidrológicas del país, encendió los focos amarillos en Yavesía, comunidad zapoteca de la Sierra Juárez, cabecera de la cuenca del Papaloapan.
Aunque el decreto comprende a cuatro de los cinco ríos que ramifica la cuenca (la Trinidad, Playa Vicente, Valle Nacional y Río Tonto), y excluye al Río Grande, cauce que atraviesa Yavesía, los pobladores determinaron declararse en defensa del agua. Avizoran que el golpe podría venir en lo futuro para permitir a las mineras, con la mira en la Sierra Juárez, la utilización del elemento de vida.
La estrategia de resistencia pacífica está basada en la protección del agua a través del orden municipal como tercer nivel de gobierno con facultades jurídicas para decretar zonas de reserva ambiental y el agua como un elemento de reserva exclusiva para la biodiversidad y la vida comunitaria.
“Nos interesa seguir las instancias y los marcos legales, queremos ser ejemplo de que son posibles otras opciones y modelos de vida”, expresa Mario Fernando Ramos Morales, investigador de la Universidad de la Sierra Juárez y originario de Yavesía.
El bocado para extraer plata
En la entrada del municipio se sostienen los vestigios de una antigua hacienda minera, testimonio de la riqueza mineral extendida en la Sierra Juárez de Oaxaca. El mineral explotado por los conquistadores españoles fue la plata.
Sobre la zona de la Sierra Juárez que atraviesa el Río Grande hay 51 concesiones mineras repartidas en 15 mil hectáreas a la espera de permisos de “aprovechamiento” para la utilización del agua.
“Nos parece que las empresas están esperando un momento idóneo para instalarse y generar los procesos de exploración”, consideró Ignacio Allende Pérez, alcalde municipal.
La amenaza es grave. La cantidad de agua que utiliza diariamente una minera varía de acuerdo a su tamaño e infraestructura, puede ir desde 30 mil litros de agua por día, que es el más bajo, hasta 110 litros de agua por segundo, como es el caso de la minera canadiense Barrick Gold, situada en Argentina.
Fernando Ramos, investigador de la Universidad de la Sierra Juárez, explica que a través de andamiajes jurídicos la localidad podrá establecer un decreto de protección al agua en contra de la amenaza minera. Foto: Emilio Morales
Se beben el agua nacional
En el caso de México, de acuerdo a datos del registro público de derechos de agua, la industria minera, en nuestro país, utiliza 437 millones de metros cúbicos de agua al año, cantidad suficiente para dotar de agua a tres millones 229 mil mexicanos en el mismo lapso de tiempo, explicó Ramos Morales.
Para los habitantes de la localidad, quienes han renunciado incluso al aprovechamiento forestal de sus bosques privilegiando las recargas hídricas para la cabecera de la cuenca, la utilización del agua en el sector privado sería un despojo.
Desde marzo, Yavesía lleva a cabo una investigación de valoración hídrica para saber cuánta cantidad de agua produce su bosque a lo largo de un año. Cada dos meses se monitorea dos afluentes y la salida, así como los ojos de agua que hay.
Un cálculo a groso modo señala que la protección dada a sus 9 mil 140 hectáreas de bosque produce lo equivalente a llenar 14 mil 500 albercas oficial de natación diariamente.
Aunque la cantidad es alta, ésta ha ido disminuyendo debido a la alteración de los ciclos de lluvia lo que coloca a las localidades a establecer medidas de adaptación contra el cambio climático.
El monitoreo se ejecutará durante cinco años consecutivos para establecer sobre éste el argumento científico de la importancia del agua en los proyectos de vida comunal. “Las concesiones o privatizaciones del agua contra lo que atentan es contra los proyectos de vida de las comunidades”, expuso Ramos Morales.
Resistencia histórica
El trabajo de protección del bosque es una labor titánica de los habitantes de Yavesía. En la última década han realizado 8 mil tequios, es decir trabajo comunitario sin paga, para acciones de eliminación de plaga. “Lo vamos a seguir haciendo porque de eso depende nuestro proyecto de vida comunal”, señaló el presidente municipal de la localidad, Ernesto Hernández Martínez.
La historia de vida del Yavesía por cuidar su bosque y su cultura del agua ha estado regada de sangre y lucha. El alcalde municipal recuerda la vigilancia permanente por varios meses para evitar la extracción de la madera a la que se buscaba imponer como parte de un modelo económico establecido para los Pueblos Mancomunados.
“Desde 1961 nos hemos levantado en la defensa de nuestro bosque para que no sea explotado. En el 2000 ya se había establecido un modelo de explotación del bosque, pero lo que hicimos fue subir con toda la gente a los Palomares para defenderlo. Ahí estuvimos nueve meses”, recuerda.
En aquél año el entonces delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Salvador Anta Fonseca, otorgó un permiso de aprovechamiento forestal en 600 hectáreas establecidas en una zona de conflicto con Lachatao y Amatlán.
Yavesía resistió las amenazas y presión ejercida por el gobierno de Oaxaca, el cual interpuso una demanda civil por 650 millones de pesos en contra de la comunidad argumentando pérdidas económicas por impedir la explotación.
El paraíso venera al agua
Desde la cosmovisión de los habitantes de la sierra norte, y en especial de Yavesía, el universo está protegido por una serpiente, deidad de la fertilidad y del agua. Su visión del mundo, convertida en veneración, sobrevive al paso de los siglos por una razón elemental, el agua es fuente de vida e identidad de éste pueblo zapoteca.
Desde su fundación en el año 1600, Yavesía tejió su cultura en el agua. Geográficamente se sitúa en los montes en donde nace el brazo más largo del Río Papaloapan, mismo que ramifica en los árboles frutales que constituyen la base alimenticia y económica de la población.
Yavesía está ubicada a 70 kilómetros de la capital del estado. Su población la integran entre 450 y 500 habitantes. Su gobierno se conforma por sistemas consuetudinarios, sistema conocido por usos y costumbres.
Entrar a Yavesía es como ingresar a un paraíso con calles sin basura, flanqueadas por árboles frutales y el arrullo de un río caudaloso y transparente que desprende vida. Las casas, están cobijadas por bosques dentro de los cuales coexisten siete tipos de pinos.