Oculta Semarnat investigación sobre ecocidio de Grupo México en Sonora

Cristina Gómez Lima

Hermosillo, Son.

Las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) encargadas del Fideicomiso del Río Sonora borraron del respectivo portal de Internet estudios realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que revelaban graves afectaciones a la integridad funcional de la flora y fauna del río Sonora, ocasionadas por el derrame de la mina Buenavista del Cobre, ocurrido en el municipio de Cananea el 6 de agosto de 2014.

La investigación de expertos del Instituto de Ecología de la máxima casa de estudios del país, con fecha del pasado 21 de abril, revela daños al estado base de los ecosistemas, los elementos y recursos naturales, así como a las condiciones químicas, físicas y biológicas del río Sonora, que contiene elevadas concentraciones de metales pesados, a pesar de las labores de remediación que dijo haber realizado la empresa propiedad de Germán Larrea Mota Velasco.

Los estudios fueron publicados el pasado 23 de junio en el portal del Fideicomiso del Río Sonora, pero el personal, a cargo del subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Semarnat, Rodolfo Lacy Tamayo, los borró el pasado 12 de julio.

La investigación mostraba que el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico con 700 toneladas de metales pesados en el río Sonora dañó de manera directa e inmediata e indirecta y no inmediata.

En el apartado Avances de diagnóstico ambiental, los investigadores dividen las afectaciones en fase aguda, fase crónica y fase crónica exacerbada. La fase aguda, que corresponde a la etapa de daños directos e inmediatos, se caracteriza por el aumento de la disponibilidad de metales pesados a niveles letales o subletales.

La fase crónica se caracteriza por presencia de metales pesados en concentraciones suficientemente altas para ocasionar daños acumulativos y sinérgicos a mediano y largo plazo.

En tanto, la fase crónica exacerbada desencadena ciclos de fases agudas y crónicas y corresponde al daño indirecto y no inmediato a partir del incremento de la concentración de metales.

Las muestras de suelo y sedimentos en zanjas de uno a tres metros de profundidad a lo largo de los ríos Tinajas y Bacanuchi-Sonora mostraron concentraciones de metales que constituyen anomalías geoquímicas, lo que indica la migración vertical de metales provenientes del derrame, considerado la peor tragedia ambiental causada por la minería en el país.

El Laboratorio Nacional de Ciencias de Sustentabilidad (Lancis) comprobó la presencia de arsénico, plomo, cadmio, cobre y zinc en plantas y animales en cantidades que exceden normas nacionales e internacionales.

Sostuvo que los fluidos de metales tóxicos contaminaron la presa El Molinito, que abastece de agua potable la zona norte de Hermosillo. Aseguró que el consumo y el contacto con agua con altas concentraciones de arsénico puede causar graves afectaciones a la salud, desde pérdida capilar, manchas en la piel, ampollas en piel y mucosas, hasta cáncer, daño al hígado e insuficiencia renal.

El pasado 16 de abril, La Jornada dio a conocer que 50 por ciento de los habitantes de Hermosillo consumen agua con altas concentraciones de arsénico, que no es segura para consumo humano, según reveló el análisis de una serie de muestras que un laboratorio de la Ciudad de México tomó el 16 de diciembre pasado en varias plantas tratadoras de la capital sonorense. En particular, la zona norte recibe agua contaminada de las plantas tratadoras 2 y 3, con 60 microgramos de arsénico por litro.

Con un estudio de bioacumulación y biomagnificación, los científicos de la UNAM detallaron qué especies vegetales y animales han sido contaminadas y por qué metales.

La investigación detectó altas concentraciones de zinc, arsénico y cobre en hígado, músculos y sangre de aves, roedores y carnívoros, así como alteraciones en el desarrollo y ciclos de reproducción de peces en los ríos Bacanuchi y Sonora.

El documento, firmado por César Domínguez Pérez Tejada, director del Instituto de Ecología de la UNAM, se realizó en 580 sitios de muestreo en agua superficial, agua subterránea, suelo, sedimentos y partículas suspendidas en los ríos Bacanuchi, San Miguel, Bacoachi y Sonora, así como en la presa El Molinito.

Los expertos aseveraron que los efectos de algunos elementos aumentarán con el paso del tiempo

http://www.jornada.unam.mx/2016/07/18/estados/034n1est