Lagos de Moreno no olvida

Alejandra Guillén.-
La finca La Ley del Monte permanece como una herida abierta en Lagos de Moreno desde que se descubrió que se utilizaba como un centro de exterminio. El 7 de julio de 2013, un comando se llevó a seis jóvenes y al padre de uno de ellos. Semanas después localizaron los restos de cuatro de ellos en la Ley del Monte, un predio ubicado en el oriente del municipio y que desde entonces nos recuerda que ahí ocurrió una de las peores masacres ocurridas en Jalisco.

Las familias de dos de los jóvenes comenzaron a plantear la posibilidad de transformar este paraje de dolor en un sitio para la memoria, la verdad, la reconciliación, similar a lo que se realizó en otro centro de exterminio conocido como La Gallera, en Tijuana, donde se intervino el espacio en el que permanecen miles de litros de personas que fueron disueltas en ácido y de las cuales no se puede conocer su identidad.

Con esta idea buscaron al colectivo Reco y en octubre de 2015 se realizó el Primer Encuentro de Memoria, Reconstrucción y No Repetición, en Guadalajara, a donde asistieron familias de desaparecidos de Jalisco, de la asociación Unidos por los Desaparecidos de Baja California y vecinos de la colonia Maclovio Rojas, donde se encuentra La Gallera.

Alfonso Díaz Tovar, quien es integrante de Reco, señala que en Lagos de Moreno sucedió algo similar a lo ocurrido en Tijuana, donde a través de un proceso casero, artesanal, desaparecieron cuerpos enteros, disolviéndolos en ácido para borrarles la identidad a las personas, para que no quedara ni evidencia física de que existieron.

“Lo que buscan los familiares en este lugar conocido como La Ley del Monte, donde hay claramente cuatro identificados y otros restos no identificados, es la justicia, representada como el castigo a los culpables, que se sepa la verdad de lo que ocurrió, en un municipio donde la violencia ha continuado. Lo que buscan un espacio de memoria, que sirva como pedagogía hacia el futuro, que muestre el horror de lo que pasó, que haya constancia de que sus familiares fueron desintegrados en ese lugar y se reflexione qué se debe aprender”.

En aquel encuentro, Ana Teresa Hernández, madre de Ángel Jesús Rodríguez, y Armando Espinoza, padre de Daniel Espinoza, relataron que ese mismo año habían regresado al predio “tétrico” y “deprimente” donde se localizaron los restos de los jóvenes. Al sitio acudieron aún con miedo, acompañados del Ejército; dejaron veladoras, flores y fotos de sus seres queridos. La persona que se acredita como dueña del rancho no ha querido ceder este sitio para transformarlo en un memorial.
Por lo pronto pelean, de la mano de la asociación Cauce Ciudadano, por la aplicación de la extensión de dominio al predio La Ley del Monte y que el gobierno federal lo entregue a las familias de las víctimas para que construyan un lugar “sagrado, en forma de homenaje, que puedan hacer un cierre de lo que pasó, que se deje de criminalizar a estos jóvenes”, señala Alfonso Díaz Tovar, de Reco.

¿Por qué es importante este ejercicio de memoria en medio de la guerra?

Lo primero es el asunto de nombrar las cosas. Si te acostumbras a que la violencia sea natural, vas a dejar que siga. Entonces, no es natural que haya desaparecidos, que haya gente desintegrando personas en ácido, que no se castigue algo que ni siquiera está tipificado como delito grave. Dos, que esto importa, que a nosotros nos incomoda. Los cortos que hacemos de Pie de Página tienen que ver con hablar, con decir lo que ocurre, a través de un lenguaje fuerte, experimental, que te deje marcado, incómodo de que haya desaparecidos, que no puedas ser ajeno. Y esto lo hacemos desde distintos lugares, en encuentros, escribiendo artículos, diversificando la manera de hacer memoria, involucrados como militantes de la memoria y de ayudar a construir estos procesos, donde se recuerde el pasado no como algo doloroso, sino como algo ejemplar, esa es la parte más importante, de la pedagogía de la memoria de estos sucesos. Que ya sepamos que hay un pozolero, que alguien que puede estar comprando equipo de este tipo, nos tiene que alertar, que como sociedad todos tenemos que estar atentos. Nombrar el horror y decir que no es natural, que tiene que acabar. Es ese proceso final, decir ‘hasta aquí’, de eso se trata la memoria.

¿Y de qué manera influye en el duelo de las familias?

Es que el tema del duelo es bien complicado y tiene que ver, dependiendo el caso, en Tijuana, las familias alrededor de estos lugares donde presumían que estaban sus familiares, en los 3 lugares donde operó el pozolero y que después que la procu les dijo que no había podido encontrar ningún rastro de ADN, que se iban a quedar en ambigüedad. Primero les dijeran que estaban ahí, hay unos que se oponen, porque saben de qué fecha a que fecha en qué lugar, sabiendo la fecha que desapareció familiar hicieron cruce de esta posibilidad, también como una búsqueda propia, todo esto que encontraron fueron los familiares.

El duelo es muy cercano a la reparación, tiene que ver con castigo a los culpables, que se sepa la verdad y pues que en muchos casos, los asesinados o desaparecidos son padres de familia, ¿de qué van a vivir sus hijos? Tiene que haber también una reparación económica para los niños, es muy complejo y depende del caso.

El duelo en Lagos de Moreno tiene que ver más con la justicia a los culpables, porque ya saben lo que pasó. Están más preocupados por el lugar, se trata de cerrar el duelo, que se represente espacialmente y socialmente que sus hijos fueron víctimas, que se diga abiertamente que no eran delincuentes, que se limpie su honra, que se sepa la verdad públicamente.

La violencia continúa

A casi tres años de esa masacre, la violencia en Lagos de Moreno se ha mantenido y agudizado. De finales de 2015 a la fecha se han localizado fosas, ha habido varios enfrentamientos, personas calcinadas en distintos episodios, asesinados y desaparecidos. En este contexto, Roberto Castelán, director de la Preparatoria Regional de la Universidad de Guadalajara en Lagos de Moreno, fue golpeado y amenazado de muerte por un presunto vendedor de drogas.

Sus nombres, al Memorial de Víctimas

Los nombres de los jóvenes desaparecidos el 7 de julio de 2013 y posteriormente asesinados en La Ley del Monte, en Lagos de Moreno, quedarán grabados en el Memorial de Víctimas de la Violencia del Estado, en la Ciudad de México. Ellos son Ángel de Jesús Rodríguez Hernández, Eduardo Ramírez Hernández, Daniel Armando Espinoza Hernández, José Gerardo Aguilar Martínez, Marco Antonio Ramírez Cárdenas. Junto a ellos se colocarán los nombres de las víctimas de la masacre de Creel (Chihuahua), de Villas de Salvarcar en Ciudad Juárez (Chihuahua), del Casino Royale (Nuevo León) y del News Divine (Ciudad de México), en un acto simbólico que se realizará el próximo 5 de marzo. El Memorial de Víctimas fue construido por Felipe Calderón en 2012, al término de su gobierno. Éste proyecto fue cuestionado desde su origen porque era un memorial diseñado más para el olvido. El Comité 68 se apropió del espacio y lo renombró.

http://cronicadesociales.org/2016/02/26/lagos-de-moreno-no-olvida/