«Nuestra lucha va más allá de una casa, es por nuestra historia»: Pedregales de Coyoacán
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Por Heriberto Paredes
Desde que el pasado 11 de enero, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció la cancelación definitiva del proyecto «Ciudad del Futuro» en el terreno que ahora ocupa una planta asfaltadora, ubicada al sur de la ciudad en la colonia Santo Domingo, la lucha vecinal en apariencia había conseguido su principal objetivo. Desafortunadamente la situación no ha sido tan fácil y distintas problemáticas continúan pendientes por resolverse; por otro lado, mujeres y hombres de distintas edades, habitantes de la zona conocida como Pedregales de Coyoacán, mantienen una fuerte organización barrial que va más allá de las fronteras de colonias. El objetivo no es sólo la cancelación aparente –en los discursos políticos– de los proyectos gentrificadores que ahora comienzan nuevamente a brotar en distintas zonas de la capital, es además, ejercer una participación decisiva en la planificación, la transformación y el mejoramiento de la urbe bajo otros principios que el mero progreso capitalista.
Este 10 de febrero, poco más de 200 personas se reunieron afuera de la planta de asfalto en disputa, la cual, a pesar de las declaraciones del mandatario capitalino acerca de «a sus altas emisiones contaminantes» no ha cesado funciones y mostraba una actividad bastante sólida. El acto demostró que las colonias y los barrios que comprende esta región al sur de la ciudad están unificadas y que hay una clara disposición y conciencia para mantener la lucha y la resistencia ante nuevas embestidas disfrazadas de proyectos sustentables o alternativas a lo ya cancelado públicamente. Además de las y los colonos, el acto de protesta contó con la solidaria presencia de una comisión de las familias de Ayotzinapa, una comisión del pueblo otomí de San Francisco Xoxhicuautla y diversas organizaciones estudiantiles.
Fotografía: Heriberto Paredes
Mientras que Mancera afirmó el pasado mes de enero que «lamentablemente (el tema) lo han politizado, pero la idea o la intención en esa zona primero es el cierre de un espacio contaminante de la ciudad, se tiene que cambiar a un proceso de modernización […] No me interesa entrar en esos debates políticos, la intención estaba clara, lo lamento en este momento por los vecinos, pero bueno, la intención ahí ha quedado», para las personas organizadas de los Pedregales la situación no es tan maniquea, en primer lugar porque en los mismos dichos del mandatario existen contrasentidos, por ejemplo, la omisión que hace al no mencionar que «Ciudad del Futuro», además de un supuesto parque incluiría un desarrollo habitacional de lujo, la «rehabilitación de avenidas y centros comerciales», así como el aumento en los servicios básicos que la colonias han conseguido a base de mucho esfuerzo y resistencia en más de 40 años de vida.
No se trata de la «politización» del tema, se trata de un mero discurso que encubre, sobre todo, otras estrategias para que el proyecto se lleve a cabo y no existan mecanismos de participación central de la población en la toma de decisiones para proyectos de transformación urbana. Para el jefe de gobierno es parte de una idea de modernización, para las y los habitantes es la defensa de la vida, del lugar en el que han construido no sólo casas, también relaciones sociales, identidades, comunidad. Si un proyecto como «Ciudad del Futuro» se realizara, la fractura del tejido social que se ha construido a lo largo de 40 años, es una consecuencia inevitable. La gentrificación, además de consolidar beneficios para una cierta clase económica tiene como correlato la destrucción de lo que antes ya existía, sobre todo los proyectos de vida que permiten la reproducción de la misma bajo principios lejanos al mal del capitalismo.
Fotografía: Heriberto Paredes
El profesor Daniel, habitante de la colonia Ajusco, en los Pedregales de Coyoacán, resalta una situación compleja tras la aparente victoria: afirma que tras el anuncio de Mancera, el intento de MORENA, a través de sus formas más oscuras de cooptación, de apoderarse de la asamblea general barrial y de imponer rumbos, decisiones y líderes ha sido una constante. Obviamente, esto no es considerado por el funcionario como una «politización», por el contrario, ha permitido que incluso, este partido político esté intentado imponer una suerte de consulta ciudadana para decidir el rumbo de la planta de asfalto. «Para las y los vecinos es preocupante que este partido haya aprendido de los errores ocurridos en la consulta del proyecto del Corredor Chapultepec y ahora quieran imponer una consulta amañanada que beneficie a empresarios ajenos al lugar o nuevamente al gobierno» afirma el profesor.
El otro riesgo que señala el colono de los Pedregales, reside sobre todo, en el encubrimiento que pueden tener empresas como la —en un inicio— paraestatal «Calidad de Vida, Progreso y Desarrollo para la Ciudad de México» hoy ProCdMX, «Agencia de Promoción de Inversiones y Desarrollo para la Ciudad de México» empresa privada cuyo director general es el empresario Simón Levy-Dabbah, encubrimiento que permitiría la entrada de otras empresas, con otros directivos pero que al final de cuentas, revivieran el proyecto urbano que no cuenta con el respaldo de la población. Por eso es que para las y los vecinos está muy claro que no van a permitir la entrada a «empresas nacionales o extranjeras, prestanombres, partidos políticos y agentes encubiertos que pretendan acabar con su espacio de vida» subrayó Daniel.
Fotografía: Heriberto Paredes
El acto político cultural se organiza rápidamente, en cuanto se juntan las personas necesarias, se usan tres pequeños camiones y se cierra la circulación de avenida del Imán, justo frente a la puerta principal de la asfaltadora. En 15 minutos el sonido está casi listo y las tarimas para un escenario están listas. La gente se reúne, la policía de tránsito pasa a pedir datos y se aleja, en esta zona de la ciudad es la organización vecinal la que marca la pauta. En las presentaciones de las y los asistentes, un joven habitante de esta parte de los Pedregales explica en el micrófono que «esta lucha va más allá de una casa o un terreno, esta lucha es por nuestra historia, porque nosotros sí sabemos de dónde venimos y hacia dónde queremos ir». Sus palabras son claras: «este plantón es contra la planta de asfalto, contra la privatización del agua, contra el gas Fenosa, contra la CFE [Comisión Federal de Electricidad], porque ellos ya nos quieren cobrar más sin que hayamos tenido siquiera un encuentro o algo».
El frío bajó y un sol ilumina a quienes esperan el inicio del evento. Justo antes de que las primeras inyecten de alegría el ambiente, doña Fili, una luchadora social con décadas de experiencia y de historia en la construcción de los Pedregales, toma el micrófono a petición de la gente, quien le aplaude y luego la escucha con atención:
«Está aquí nuestra piedra, lo que nos identifica. A veces hay que llevar unas joyas o un carro último modelo, o llevar la tarjeta con mucho dinero, pero aquí lo que nos identifica es la piedra y por eso la vamos a defender, y por eso vamos a defender los Pedregales. Mostramos con esta solidaridad tan grande, que seguimos hermanando las luchas, nos hemos hermanado con Atenco, con Xochicuautla, con Francisco Magú, con muchísimas otras colonias hermanas, porque el gobierno sólo tiene para nosotros el proyecto de muerte, de desgracia. Hoy los proyectos son de muerte. No podríamos estar exentos, por eso hoy, defender Pedregales, defender todo el territorio, porque son el territorio nacional. Qué bueno que están aquí hermanas y hermanos, que lo sepa bien Mancera y que lo sepa el empresario Levy, que ya no estamos dispuestos a tolerar sus proyectos de muerte […] Estamos en contra también de las altas tarifas de la luz eléctrica porque a CFE no le debemos nada, no firmamos nada con CFE, por lo tanto, no le debemos nada, y que agradezca que decimos que tarifa social, podríamos decir que no le vamos a pagar, porque los recursos naturales son de los mexicanos y estamos en esta defensa; tampoco al gas natural, porque jamás se nos ha informado.»
Fotografía: Heriberto Paredes
Antes de este evento, doña Fili, otras compañeras vecinas y doña Bertha Nava, madre del normalista Julio César Ramírez Nava, asesinado el 26 de septiembre de 2014, llevaron a cabo un ayuno a las afueras de la delegación Coyoacán. Una actividad pacífica, discreta pero sin embargo, muy emotiva en su composición de fuerza y dignidad. Así como otros pueblos en el país, quienes han visto crecer y consolidarse a estos Pedregales ofrecen su ofrenda de ayuno para mandar un mensaje de resistencia y de fortaleza contra los embates que pretenden despojarles de lo que tanto esfuerzo les ha costado a decenas de miles. Y con este ayuno, además, se consolida la solidaridad de una mujer invencible como doña Bertha, quien desde el asesinato impune de su hijo ha caminado el país entero levantando su voz y su ejemplo de lucha; el punto en común es la necesidad y urgencia de justicia, de respeto, de calma, estas y otras luchas en el país se pueden identificar en la convicción de que una vida digna y justa es posible.
Lo que el profesor Daniel y doña Fili dejan en claro, es que los Pedregales de Coyoacán están preparados para resistir y que es la organización popular la que va a determinar el rumbo que tomará esta lucha. Para la gente no hay posibilidad de que una consulta impuesta por partidos políticos –principalmente MORENA– o las ambiguas declaraciones de Miguel Ángel Mancera, determinen lo que sucederá en el terreno de la planta de asfalto y en toda esta zona sur de la Ciudad de México. Ante los proyectos de desarrollos habitacionales, reconstrucción de avenidas para privatizarlas, reforzamiento de centros comerciales y aumento en las tarifas de los servicios básicos, lo que puede ser considerada como la idea de modernización y progreso que se tiene desde el Estado, las y los habitantes luchan no para tener migajas de esto sino para fortalecer proyectos productivos realmente sustentables, por tener mayores espacios educativos, para que los servicios de agua, luz, gas lleguen a todo mundo, porque la seguridad sea una realidad más tangible en las calles, porque exista un verdadero tejido comunitario.
Y con el acto popular suenan los primeros sones costeños que vienen desde Guerrero para animar esta lucha y para anunciar que desde aquella tierra no sólo hay dolor y muerte sin o color y vida, dignidad y lucha, algo que aquí ha encontrado también un punto de anclaje.