Comunidad protesta por fábrica en Veracruz que ha dañado al ambiente y causado enfermedades
La comunidad de Paraje Nuevo, Veracruz, mantiene desde hace meses una lucha en contra de una recicladora por las posibles afectaciones a la salud que, denuncian, provocarían sus malas practicas sanitarias. En respuesta, la empresa, aseguraron, ha emprendido acción legal en contra de dos de las mujeres que forman parte del grupo en resistencia.
A inicios de este 2015 se instaló en la localidad de Paraje Nuevo, en el municipio de Amatlán de los Reyes, en Veracruz, una planta recicladora de aceite automotriz, donde se procesa el producto y se comercializarla. Esta fábrica comenzó desde hace unos meses ha generar diversas afectaciones a la salud de los vecinos, debido a la contaminación del aire y de algunos cuerpos de agua, lo que llevó a que los vecinos de la zona presentaran ya denuncias ambientales y penales contra la compañía.
En el mes de marzo, los pobladores se organizaron para bloquear las instalaciones, y solicitaron la intervención de las autoridades municipales para solucionar el problema, pero tras realizar una mesa de diálogo, sólo se logró un convenio con los representantes de la empresa Recicladora de Hidrocarburos S.A. de C.V., donde se establecieron diversas medidas para garantizar el bienestar de la habitante aledaños a la planta.
Entre ellas, se decidió suspender el funcionamiento de la recicladora mientras se colocaban filtros industriales en las calderas, se construía una fosa para captar los escurrimientos, que iban a dar a una zanja, luego a un arroyo y finalmente al río Atoyac; además de que se plantó suspender las actividades de la planta mientras se les daba atención a decenas de vecinos afectados por las emanaciones de los químicos, que se presume tienen alto contenido de solventes. Entre los afectados, se encontraban varias mujeres embarazadas.
La planta fue construida este año en la colonia Santa Cecilia, en unos terrenos donde había fincas cafetaleras y árboles frutales y maderables, a orillas del camino que comunica de la localidad Paraje Nuevo al poblado Miguel Hidalgo o Santa Ana, en un área de aproximadamente una hectárea. Cerca, pasa el arroyo conocido como el Jabalí, donde por décadas los pobladores acudían a nadar, a pescar y las mujeres a lavar la ropa, pues es un cuerpo de agua que desemboca cerca del nacimiento del río Atoyac, en la localidad Atoyaquillo, municipio de Amatlán de los Reyes.
Sin embargo, aún cuando los vecinos del poblado emitieron la alerta de las afectaciones y pedían la reubicación de la factoría, una comisión de vecinos, personal del Ayuntamiento encabezado por el alcalde priísta Miguel Ángel Castro Rosas y representantes de la empresa, buscaron una opción alterna y propusieron que la planta recicladora de aceite automotriz siguiera funcionando, con la promesa de corregir las irregularidades hasta entonces detectadas.
A pesar de que por unos días la problemática pareció haberse solucionado, al transcurso de los días, semanas y meses, la situación persiste. Las quejas ahora son en el sentido de que la recicladora deja de operar de día, para que todos estén a gusto en sus casas, realicen sus actividades y coman sin problemas, pero por la noche, cuando todos duermen, los trabajadores echan a andar las calderas y de nuevo el olor a aceite reciclado sale y se expande por todo el poblado, siendo percibido por quienes a esas horas regresan de su trabajo.
Paraje Nuevo es una localidad que cuenta con 4,465 habitantes, ubicada entre las localidades Peñuela y Potrero Viejo, del municipio de Amatlán de los Reyes; se localiza en el kilómetro 397 de la ruta ferroviaria Veracruz-México; también, Paraje Nuevo, se encuentra sobre la carretera estatal Córdoba-Paso del Macho-Veracruz y cuenta con el parque industrial Atoyaquillo, con fábricas de alimentos balanceados, café, galletas, pastas y arroz, así como bodegas para el almacenamiento de azúcar, representando la zona una importante oferta laboral para las poblaciones circunvecinas.
Aquí, de día se respira el aire de la zona montañosa, pero de noche prolifera el olor a solventes y químicos utilizados para el reciclaje del aceite automotriz, que según se sabe es comercializado al sector industrial, tanto para la elaboración de productos como jabones, así como para ser empleado como combustibles en calderas de fábricas, como los ingenios y en las fábricas de alimentos balanceados.
De acuerdo a la queja de los vecinos, lo más preocupante es que la contaminación que produce la planta recicladora afecte a los menores, pues tan sólo quienes han permanecido unas horas cerca del lugar, de inmediato empiezan a padecer molestias como ardor de ojos, oídos, garganta y el estómago; muchas familias, como los Ortiz, los Méndez, los Feliciano, los Páez y los Blanco, que habitan frente a la recicladora, e incluso a 2 metros del complejo, se quejan que en ocasiones no pueden ni comer por las emanaciones tóxicas.
Moisés González, ingeniero agrónomo de la Universidad Veracruzana, y también habitante del pueblo, comenta que “los vecinos ya estamos hartos de que la planta recicladora siga trabajando, ya en una ocasión fuimos con las autoridades municipales para que tomaran cartas en el asunto y no hicieron caso, aquí lo preocupante es que se trata de un problema que a la larga puede traer enfermedades como el cáncer, nosotros ya vamos de salida, pero que es lo que les espera a nuestros hijos”.
El temor crece entre los pobladores más aún, cuando señalan que, por ejemplo, en algunos envases de aceite automotriz, una de las recomendaciones es evitar el contacto prolongado con el aceite automotriz, ya que diversos estudios han demostrado que puede provocar algún tipo de cáncer.
En el grupo inconforme participan en su mayoría las amas de casa, pero también agricultores, campesinos, comerciantes, obreros y uno que otro profesionista, quienes tratan de aprovechar sus conocimientos y experiencia laboral para encauzar las demandas de la población.