El pueblo contra la presa: Diez años de lucha en Temacapulin, Jalisco

Somos el Medio
Entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas en todo el mundo por la construcción de represas.
Por: Juan Yves Palomar

Se cumplen diez años desde que se anunció el proyecto de construcción de la presa El Zapotillo y con ello, de afectar la vida de cientos de personas del pueblo de Temacapulín en Jalisco.

Según las estimaciones de la Comisión Mundial sobre Presas, entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas en todo el mundo por la construcción de represas. Hoy Temacapulin, pueblo con más de 700 años de antigüedad, pareciera tener sus días contados frente a los planes desarrollistas de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

Temaca, como es conocido coloquialmente, está situado entre cuatro cerros en un pequeño valle atravesado por el Río Verde, en el municipio de Cañadas de Obregón, al norte de Jalisco. Poco después de que se anunciara el proyecto de la cortina, el embalse y la presa, decenas de familias de Temaca, Acasico y Palmarejo (pueblos que también se encuentran dentro territorio que se pretende inundar) comenzaron a organizarse para defender sus comunidades contra el megaproyecto que significa el despojo de sus tierras.

A lo largo de diez años de resistencia contra la presa El Zapotillo, las comunidades y sus aliados han llevado a cabo diferentes actividades para protestar y hacer visible su rechazo frente a las decisiones del gobierno. Desde la toma pacífica de las instalaciones de la cortina de la presa, hasta el ejercicio de consulta popular del 2011, donde el 99% de las personas manifestaron su inconformidad sobre el proyecto. Además de las distintas marchas, movilizaciones y foros en Guadalajara, Tepatitlán, Distrito Federal, entre otras.

La gente de Temacapulín no solo ha tenido que luchar desde el ámbito social, político y legal en contra de la construcción de la presa. También ha padecido de diferentes grados de estrés y traumas psicológicos derivados de la latente amenaza de desalojo. De acuerdo con el peritaje de Impacto Psicosocial Temacapulin 2010, coordinado por el doctor Jorge Gastón Gutiérrez Rosete Hernández, desde que se anunció el proyecto de la presa, la tasa de mortalidad de personas mayores se ha incrementado de manera considerable. Los casos de hipertensión y diabetes han ido a la alza, así como los niveles de estrés en los niños del pueblo.

Con todas estas dificultades y contra todos los pronósticos, los habitantes de Temacapulín se han enfrentado a la construcción de la presa de manera decidida.

En mayo del 2014, después de años de una intensa batalla jurídica, se emitieron tres suspensiones para ordenar a las autoridades federales y estatales el respeto de la resolución emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en el 2013. Este fallo señala que la cortina de la presa debe tener una altura de 80 metros y no de 105 metros, como se anunció en el 2007. Situación que de acuerdo con el proyecto original permitiría la construcción de dos diques para proteger a Temacapulin del resto del embalse.

Por el momento, la construcción de la cortina está suspendida a unos cuantos centímetros de la altura permitida, justo antes de caer en desacato frente al fallo de la SCJN. La suspensión de la obra dista mucho de ser una cancelación definitiva, por el contrario, la estructura construida hasta el día de hoy deja ver claramente la intención de elevar la cortina hasta por encima de los 100 metros debido a la ausencia de acabados en la fachada.

Mientras tanto, en la página web de CONAGUA, un documento publicado acerca de los proyectos estratégicos del plan nacional de infraestructura 2014 -2018 dice: “se ha iniciado la revisión del proyecto original a fin realizar las adecuaciones técnicas pertinentes”.

Así, a diez años de iniciada la batalla legal contra la presa El Zapotillo, el futuro de las personas que viven en Acasico, Palmarejo y Temacapulín sigue en el aire.

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