Con pico y pala por sus desaparecidos en el norte de México

El Economista

Escarbando entre la hierba y piedras, una veintena de personas que componen la organización civil Víctimas por sus Derechos en Acción empezaron la primera búsqueda “independiente” de personas desaparecidas en el país.

Removiendo arbustos y piedras y escarbando la tierra de un cerro con varillas y palas, familiares de desaparecidos en el norte de México empezaron este sábado la primera búsqueda “independiente” de personas en el estado de Nuevo León.

Una veintena de miembros de la organización civil Víctimas por sus Derechos en Acción (VIDA) de Coahuila y Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (Fundenl) partieron en caravana del centro de Monterrey hasta un punto boscoso al lado de la autopista hacia Saltillo, donde una denuncia anónima les alertó de que podían hallar pistas.

Ambos grupos se dividieron para cubrir un kilómetro cuadrado de monte y, entre el sol, una lluvia fugaz y el paso de las primeras mariposas Monarca de la temporada, removieron arbustos espinosos y escarbaron la tierra de ese cerro agreste, de veredas poco transitables.

“El día de hoy estamos realizando la primera brigada de búsqueda independiente en campo de personas desaparecidas en Nuevo León. Nosotros sí estamos interesados en encontrarlos y no nos detendremos por los tiempos políticos”, explicó Leticia Hidalgo, representante de la Fundenl.

Se estima que la guerra contra el narcotráfico que el expresidente Felipe Calderón inició en 2006 y la pugna entre los cárteles de la droga han dejado más de 80,000 muertos y alrededor de 25,000 desaparecidos en todo el país.

La madre de Roy Rivera Hidalgo, quien desapareció hace cuatro años, acusó al exgobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, y a su entonces fiscal y ahora alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, de ser “cómplices de las desapariciones” porque no siguieron las pistas ni revisaron los sitios que les señaló Fundenl.

“Por eso, porque se volvieron cómplices, hoy nosotros hacemos esa búsqueda y daremos parte a las autoridades del actual gobierno y a la opinión pública de los hallazgos que tengamos”, dijo Hidalgo, al pedir al flamante gobernador, el independiente Jaime Rodríguez “El Bronco”, que apoye la búsqueda.

Personal de la fiscalía estatal, elementos policíacos de Fuerza Civil y miembros de Servicios Periciales apoyaron las labores haciendo acto de presencia y recabando lo que hallaron los activistas durante el día.

“Encontramos una chancla de mujer y el tacón de un zapato”, señaló Ramiro Lara González que, machete en mano, separaba la hierba para buscar objetos o verificar que no hubiera casquillos de bala en el lugar.

Los restos de calzado fueron recolectados por los peritos para analizarlos en Monterrey y, más tarde, los dos grupos también encontraron una cruz de madera con fotos y adornos religiosos pero, al encontrarse en un terreno privado, los agentes de la fiscalía les impidieron alterar el área.

“Mi hija puede estar en cualquier parte”

Aunque los hallazgos de este primer día de búsqueda no fueron muchos, los integrantes de Fundenl aseguraron que tomarán el ejemplo del grupo VIDA, que cada sábado desde diciembre del año pasado salen a diferentes puntos de Torreón para buscar tumbas clandestinas.

“El pasado mes de febrero tuvimos suerte, encontramos cerca de un panteón de Torreón el cadáver de una madre de familia, Yolanda Tiscareño, quien tenía cinco meses desaparecida”, cuenta Silvia Ortiz, que fundó el grupo VIDA en 2013 para tratar de encontrar a su hija Silvia Stephanie, desaparecida hace 11 años.

“Nosotros vamos a apoyar a toda la gente que nos lo pida, con búsquedas y con asesoría, porque mi hija desapareció en Torreón pero nadie me asegura que esté ahí. Puede estar en Nuevo León, en Chiapas, en cualquier parte”, señaló la mujer menuda.

Luego del breve descanso para responder preguntas, Yolanda volvió a hacer sonar su voz de mando para organizar a los voluntarios: “¡No se amontonen, sepárense!”, “¡Caminen en zig-zag para cubrir más terreno!”, “Esto es cansado pero ya estamos aquí ¡a darle!”.

Y siguió su búsqueda, cerro arriba, con la esperanza de encontrar el paradero de alguno de los miles de desaparecidos en México.

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