Los megaproyectos detrás del despojo y el ecocidio en Xochicuautla
Andrés Aullet
El decreto expropiatorio de Enrique Peña Nieto sobre la comunidad originaria otomí de Xochicuautla, Estado de México, para la construcción de la autopista que pretende comunicar el aeropuerto de Toluca con Naucalpan, es parte de las medidas que se vienen adoptando en varias localidades del país, como parte de los megaproyectos a favor de las trasnacionales y el gran capital nacional.
La misma historia la venimos viendo en las comunidades de Santa María Ostula y Aquila para la construcción de proyectos hoteleros y de alto turismo, o como en Tlaxcala, Puebla y Morelos con la construcción del gasoducto que beneficiará a varias de las empresas que están postulándose en las licitaciones de la llamada reforma energética.
Resistencia de la comunidad
Desde hace años la comunidad viene resistiendo la invasión de tierras, los fraudes implementados por el gobierno con asambleas espurias de supuestos comuneros que “venden” sus tierras, la persecución política y legal de los habitantes.
Aún con todo y recursos legales a favor de la comunidad, la ofensiva del Gobierno Federal y de Eruviel Ávila no cesa, pues incluso varios de sus dirigentes han sido encarcelados o tienen procesos judiciales abiertos, como medidas de presión para que la comunidad decline en su lucha, imputándoseles delitos federales como ataques a las vías de comunicación.
Estas mismas medidas también las vimos con las comunidades de Tláhuac contra la construcción de la línea 12 del metro; contra los pobladores de Ameyalco; así como contra las pueblos originarios del Distrito Federal contra la construcción de la supervía. Y por si esto no es suficiente, esto nos recuerda a Atenco.
La violación sistemática a los Derechos Humanos de la colectividad y a las tradiciones que guarda ésta como comunidad originaria, no es casual, puesto que detrás de la construcción de la autopista está un megaproyecto que contempla en lo futuro, la creación de zonas residenciales exclusivas para las clases altas.
La encomienda de los proyectos estará a cargo de varias empresas que tras de sí, tienen escandalosos historiales de corrupción como OHL.
Empresarios de todo tipo ya se frotan las manos para ver como operarán sus negocios y despojan a la comunidad de Xochicualtla de sus territorios ancestrales. Incluso los Gobiernos Federal y estatal para justificar la ofensiva, ha emitido supuestos certificados de impacto ambiental a favor de las constructoras.
Recientemente los integrantes del MTS tuvimos la oportunidad de conocer de viva voz el proceso de defensa de la comunidad a través de sus dirigentes, quienes vienen denunciando que no solamente se trata de un ataque contra la comunidad, sino que éste también es contra uno de los reservorios de bosque de vital importancia para el Distrito Federal y el Estado de México y que afecta directamente a todo el sistema de aguas del sistema Cutzamala por ser un captor de agua potable, cuyos manantiales son de los más importantes para abastecer de agua a la Ciudad de México y a varios municipios mexiquenses.
Y el ecocidio no se hizo esperar. Tan pronto como fue metida la maquinaria (con ayuda de fuerzas represivas) para arrasar con más de 200 hectáreas de bosque, ya comenzaron a mostrarse los primero estragos del despojo con el deslave de los montes y el escurrimiento de aguas que no pueden ser absorbidas de forma natural por el bosque.
Toda la solidaridad
A pesar de la ofensiva, decenas de intelectuales, organizaciones de derechos Humanos, organizaciones civiles y diversos movimientos hemos salido a respaldar a lucha de Xochicuautla. Si el gobierno no ha podido avanzar más de lo que quisiera, es debido a la incólume determinación de la comunidad de defender sus tierras y aguas de importancia ancestral y que ha sabido preservar por generaciones.
Esta misma determinación debe ser adoptada contra los planes de los gobiernos por miles de trabajadores, campesinos, estudiantes, organizaciones democráticas capitalinas y mexiquenses que nos beneficiamos de esta importante reserva.
Reafirmamos nuestro apoyo a la comunidad Xochicuautla, y convocamos a los sindicatos y a toda aquellas organizaciones y personalidades que se reclaman democráticas a impulsar de manera activa, una gran campaña de solidaridad con la comunidad, a aportar en especie y con recursos económicos esta lucha, para que la voluntad de los pobladores no sea quebrada por dinero ni por hambre ni por la represión.
Todos somos Xochicuautla.
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