La estigmatización de las minorías en México, el caso de la Tribu Yaqui
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Por: José Eduardo Muzquiz
El Acueducto independencia es un ducto que transportaría el agua del Río Yaqui a la ciudad de Hermosillo, Sonora. Su construcción ha generado una disputa entre el gobierno del Estado y la Tribu Yaqui. Desde hace 4 años los yaquis han peleado en contra de la obra, abogando por su derecho otorgado por decreto presidencial en el sexenio de Lázaro Cárdenas, a un tercio del agua del río (Informe Yaquis, página 5 párrafo 1). Ante el contra-ataque legal y civil de los yaquis, el gobierno de Guillermo Padrés ha tenido que responder a las acusaciones en su contra; de este modo el Acueducto Independencia, inserto en el programa Sonora SI (Sistema Integral) pasó a ser el eje central de la campaña mediática del Gobierno del Estado.
Con el fin de presentar al acueducto de forma positiva, el gobierno estatal lo ha proyectado en los medios como algo que representa el < > para Sonora. La más clara de estas proyecciones se encuentra en este spot publicitario: www.youtube.com/watch?v=o4n_cPW3B_0. Un joven justifica durante treinta segundos al acueducto: El agua es un problema para Sonora, pero se cuenta con el cálculo, la eficiencia, la tecnología y la capacidad ingenieril para resolver ese problema y progresar como estado.
Una explosión, por si quedaba duda de la capacidad técnica sonorense, abre este video en el que se define al acueducto del siguiente modo: “El acueducto es agua, es vida.” Se menciona que habrá agua para trabajar y vivir en Sonora. Esta explosión es para los publicistas del Gobierno del Estado la mejor manera de introducir el progreso humano. Faltó decirles que el siglo XX terminó.
¿Cuál es la necesidad del acueducto? En los comerciales gubernamentales se habla de la sed como un problema urgente, cuya solución líquida traerá el Acueducto Independencia. Por último se habla de construir y definir un “Nuevo Sonora”. La lógica es: calidad de vida a partir de desarrollo económico y desarrollo económico a partir del agua.
El acueducto es una magna obra de infraestructura que ayudará a los sonorenses a resolver el problema de agua. El acueducto es presentado como una muestra de la eficiencia y el cálculo sonorense. Pero, ¿Quiénes y cómo son los sonorenses de los que se habla en los spots? ¿Serán la eficiencia y el cálculo de valores por los que los yaquis se sientan orgullosos? ¿Son los yaquis sonorenses (con los derechos que eso implica) para el gobernador?
El gobierno utiliza la sed para responder públicamente a las acciones tomadas por los yaquis, que se resumen en hablar de progreso para las mayorías. Se ha hecho de forma astuta; ni una sola vez en el material revisado se menciona a la tribu directamente. Con este fin el gobernador ha declarado que “se trata de los intereses políticos de algunos grupos”, en referencia a la oposición al acueducto. Queda claro que los buenos ciudadanos de Sonora deben verlo como un triunfo. Este informe titulado “Nada Detiene al Acueducto Independencia” cae en el descaro.
Por un lado señala repetidamente, de forma paradójica, que nadie puede decir “el agua es mía” haciendo referencia a los yaquis, como un obstáculo superado en el camino al progreso traído por el acueducto. Se les clasifica como liderazgos locales que quieren tomar una autonomía que no les pertenece. Además de esto, se llama al acueducto un logro de “todas las fuerzas políticas” excluyendo a los yaquis de esta categoría.
Se dibuja una distinción nosotros-ellos. Por otro lado, se habla abiertamente de que se aboga por las mayorías, (www.youtube.com/watch?v=WDKny0XTOOU) declarando decididamente que se actuará para solucionar el problema del agua: “(…) es ahora o nunca, no hay temor, no hay titubeos, la construcción de un nuevo Sonora no lo va a detener nadie.” Vaya demócrata el gobernador. Con esta retórica de ignorar los intereses indígenas por el progreso blanco recuerda terriblemente a la Guerra del Yaqui de finales del siglo XIX y principios del XX.
Esta retórica de decisión está tejida con una construcción del gobernador que vale la pena revisar con atención. Se encuentra sintetizada en una entrevista (www.youtube.com/watch?v=i0oJTg3dBh8) que aparece en el canal del Gobierno del Estado. La entrevistadora, Claudia Orduño, no se molesta en disimular su objetivo: adular al gobernador, además de darnos la singular oportunidad de ver cómo Padrés se proyecta a sí mismo y bajo qué lógica describe y justifica sus acciones. Se presenta como un político con experiencia que conoce todo el estado, con una “ideología muy clara de lo que quiere para Sonora”. Lo central en su construcción son los conceptos de claridad, decisión, carácter, fuerza, valentía, esfuerzo y determinación.
Por si fuera poco, Orduño tiene en gracia mencionar en una parte de la entrevista que el gobernador tiene “una personalidad fuerte”, pero que eso le gusta a los sonorenses, acabando de construir la imagen del padre estricto, cuya moral es la base de la política de derecha. Se trata de un sistema de valores basado en la jerarquía, la disciplina y la obediencia (Lakoff: 2007, pág.83). Es en esta ideología de derecha en la que se inscribe la visión de progreso del Gobernador, basada en el mercado.
La competencia en este mercado está por supuesto regida por la eficiencia. Esto implica que la naturaleza está a disposición humana sin consideración y que las corporaciones están esencialmente para ayudar a las personas (Lakoff: 2007, pag.86). Estos principios llevan a optar por ciertas políticas públicas, como ver el papel del gobierno en hacer disponibles los recursos para el mercado. Todos los videos utilizados estaban disponibles en el canal de YouTube del Gobierno del Estado de Sonora.
Los Yaquis, por otro lado, tienen su propia narrativa de la historia. El día 24 de febrero del 2015 en la Universidad Iberoamericana, Tomás Rojo, representante de la tribu yaqui, dio un informe sobre la batalla legal y cívica que se libra entre el Gobierno del Estado y su pueblo. A grandes rasgos su versión es ésta: La Tribu no fue consultada para la construcción del acueducto, como obliga al estado mexicano su tratado de 1990 con la Organización Mundial del Trabajo en su artículo 6, sección A) ( www.cdi.gob.mx/transparencia/convenio169_oit.pdf ).
En el discurso yaqui, la escasez de agua ha sido exagerada por el gobierno al someter a la gente de Hermosillo a un sistema de tandeos en los que se limitaba el agua por horas sin necesidad real. También se menciona la persecución de las presas ilegales como una forma para aliviar este problema. Se menciona que existen mantos acuíferos que pueden aliviar el problema del agua de la capital del estado sin tomar agua del Rio Yaqui. Además de todo esto, el agua que traerá el acueducto no es para las colonias populares, se trata de una estrategia para facilitar proyectos inmobiliarios, con más de 10,000 hectáreas susceptibles a fraccionar.
Para enfrentarse a esta situación, la Tribu Yaqui ha emprendido una lucha legal y otra basada en la desobediencia civil desde el anuncio de la construcción del acueducto, el 5 de febrero del 2010. En cuanto a la batalla legal, se presentó una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que resultó en recomendaciones al Estado mexicano para asegurar la supervivencia de la Tribu Yaqui. Además de esto se ha llevado el caso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que dictó una sentencia en favor de la tribu en el 2013. Aunque dictó otra en su contra este año: www.elfinanciero.com.mx/nacional/scjn-avala-operacion-del-acueducto-independencia.html.
La desobediencia civil, por otro lado, se ha centrado en el bloqueo carretero de la Carretera Internacional Guadalajara-Nogales en el kilómetro 47.5 del tramo Obregón-Guaymas. El bloqueo solamente se le aplica a vehículos de carga pesada.
Durante esta lucha han sido apresados varios activistas y voceros yaquis, entre ellos Mario Luna y Fernando Jiménez.
En resumen, el gobierno estatal ha utilizado a los medios locales y diversas redes para fijar el lenguaje con el que se trata el acueducto. De este lenguaje se encuentran excluidos, como del proceso de consulta para la construcción del acueducto, los yaquis. El mensaje es claro. El acueducto es para las mayorías, en el nombre del progreso y con los valores de la sociedad industrial por delante. A pesar del obstáculo (que no se nombra pero se señala) existe determinación en que esta obra se lleve a cabo. La liga es directa entre esta nueva y mejorada versión del estado y el acueducto, en términos de la metáfora de construcción. El advenimiento de este “Nuevo Sonora” vendrá con el progreso traído por el proyecto SI y las minorías no tienen lugar en este futuro. ¿Permanecerá el yaqui en el escudo de la “Nueva Sonora”?
Es una campaña de des-sonorización que implica tanto una criminalización como una deshumanización. Como señala la CIDH, esta situación es peligrosa para la supervivencia de la tribu, más allá de la cuestión del agua.
En el 2014, La Oficina del Asesor Especial sobre la Prevención del Genocidio en Naciones Unidas estableció una serie de factores de riesgo con el fin de prevenir atrocidades internacionales: www.un.org/en/preventgenocide/adviser/pdf/framework%20of%20analysis%20for%20atrocity%20crimes_en.pdf.
México cumple con varios de los factores de esa lista:
Situación de conflicto armado u otras clases de inestabilidad.
Un record grave de violaciones a Derechos Humanos
La ausencia de factores mitigantes como una oposición sana y medios de comunicación de calidad.
Circunstancias preparatorias: La campaña de deshumanización descrita con anterioridad.
Si a esto se le suma que se ha apresado a varios miembros de la resistencia civil en un esfuerzo de intimidación, la situación desde esta perspectiva es preocupante para el futuro de la tribu. Está la caracterización del grupo como un “otro”, y los posibles efectos del funcionamiento del acueducto en su capacidad de sobrevivir como cultura. Esta clase de eventos llevan a que la evidencia científica se vuelva difícil de utilizar a la hora de formar una opinión. Los diversos estudios con resultados contradictorios llevan a que no se pueda tomar una postura científica que no esté acompañada por una ideológica.
Existe mucha gente que está convencida de que el acueducto es la única solución viable para los problemas de agua de Sonora y en particular de Hermosillo; existimos los que creemos que se podrían buscar alternativas. Este debate no es el importante. Más allá de esta controversia, es un hecho que se debería recurrir a los mecanismos de consulta ciudadana correspondientes a la hora de utilizar los recursos nacionales, se deberían respetar los compromisos internacionales, se deberían tomar en cuenta las recomendaciones de organismos internacionales y se debería gobernar con base en la constitución. Sobre todo, no se debería excluir a una minoría nombrándola como un “obstáculo para el progreso” y dando por entendido que no son parte del conjunto de la ciudadanía. Lo que no hay que perder de vista es que a la hora de hacer política, las posiciones deben defenderse con base en la argumentación, pensando en el bienestar de todos los ciudadanos, y no por medio de estrategias discursivas de exclusión que pueden resultar en la estigmatización, exclusión y final desaparición de un pueblo.
Bibliografia: Lakoff, George, No Pienses en un Elefante (Madrid, Editorial Complutense, 2007) Págs: 83 y 86.
@joseemuzquiz