Las desaparecidas de Ecatepec: un problema que sale a flote

Arlette Robledo

(CHILANGO) — Ubicado al oriente del Estado de México, el municipio de Ecatepec es el decimoquinto más violento del país y tiene a las desapariciones y los asesinatos de mujeres como un problema constante.

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), el año pasado hubo 400 niñas y adolescentes desaparecidas en esta localidad y las cercanas de Tecámac, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl.

En su libro Las muertas del Estado: Feminicidios durante la administración mexiquense de Enrique Peña Nieto, el periodista Humberto Padgett señala que, de 2008 a 2011, Ecatepec superó el promedio estatal de feminicidios: solo en 2011, por cada 100,000 habitantes hubo 6.3, 103.5 en ese año.

La violencia contra las mujeres no es un fenómeno nuevo en Ecatepec, donde se presenta en la forma de abusos domésticos e incluso asesinatos.

En octubre, la PGJEM informó del hallazgo de restos óseos en un canal de Ecatepec, entre los cuales había cuerpos humanos.

Tres meses duró el dragado del Gran Canal del Desagüe, ordenado por un juez para buscar restos humanos y esclarecer así las desapariciones de varias jóvenes, en el tramo que va de la entrada de Héroes Tecámac hasta la carretera a Tonanitla.

“De todo sacamos. La gente iba despedazada, ningún cuerpo medianamente entero”, aseguró un bombero. “Un día sacábamos una cabeza, otro, unas piernas, al otro, los torsos, los brazos y así”.

Los cuerpos se iban armando en el Ministerio Público. La procuraduría reconoció que encontraron 6,962 restos de animales, 60 restos humanos pertenecientes a una misma persona y 19 más que serían estudiados.

El hallazgo del cuerpo de una adolescente en 2012 en Los Reyes Acozac —a 22 kilómetros de su casa en Héroes de Tecámac— desembocó en 2014 en la orden del dragado tras la detención de cuatro miembros de una banda, entre ellos un militar, que declararon haber secuestrado, torturado, violado y asesinado a más jóvenes de Ecatepec y Tecámac, incluyendo a la joven identificada como Bianca Edith.

A Bianca Edith, cuyos restos fueron recuperados por sus padres casi un año después en una fosa común, la asesinaron el mismo día que desapareció, el 8 de mayo de 2012. Según la declaración de uno de los acusados, la joven se unió a la banda vendiendo cajetillas de marihuana, pero cuando quiso salirse, eso le costó la vida.

Las declaraciones llevaron a una juez ordenar al segundo y tercer juzgado de Zinacantepec realizar un dragado en el Gran Canal.

“Es una banda de feminicidas seriales, lo llamo así porque empezaron a asesinar jovencitas como parte de sus actividades criminales y continuaron por placer”, dijo Carlos Mata, abogado de Daniel Jaramillo, uno de los inculpados por la muerte de Bianca Edith.

El grupo incluso puso nombre a sus torturas. “Les cortaban abajo del mentón y luego les sacaban la lengua, le llamaban la alfombra roja. Cortaban la parte posterior de la oreja y la extendían, era alas de ángel”, detalló el abogado, quien aseguró que los detenidos ni siquiera podían precisar con exactitud la cantidad de mujeres que habían asesinado

“Era algo tan común para ellos que no lo podían precisar”.

En diciembre, mientras se realizaba la tercera etapa del dragado, Dylcia Samantha García Espinosa de los Monteros, subprocuradora para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, señaló que de los restos hallados, 31 podrían corresponder a humanos.

Sin embargo, solo uno ha dado positivo, mientras que los estudios de identificación se han encontrado con dificultades por el tiempo que los restos llevaban en agua.

Uno de los cuerpos encontrados fue el de Diana Angélica Fuentes Castañeda, de 14 años, quien fue vista por última vez en 2013 cuando cruzaba el llamado puente agrario que cruza la autopista Lechería-Texcoco, conocido en la zona por los asaltos, violaciones, asesinatos y levantones que ahí ocurren.

El crimen, además, se ha modernizado. Organizaciones civiles sostienen que de estas 400 niñas y adolescentes desaparecidas, 70% fue enganchada en las redes sociales y unas 60 son de Ecatepec. La cifra baja y sube, como ocurrió en diciembre, cuando hubo 11 casos de desapariciones en Ecatepec, y fueron encontradas cuatro, según cuentas de David Mancera Figueroa, quien ha trabajado con 15 familias en las investigaciones consiguiendo dar con las jóvenes.

Algunas de estas menores se van de casa por su cuenta, porque viven maltrato intrafamiliar o porque de verdad quieren hacer su vida con su novio, pero otras más son víctimas de alguna red de trata de personas para explotación sexual, otras son enganchadas para venta y tráfico de drogas, unas más son dañadas por personas cercanas y otras terminan en una fosa común, en un baldío o en el Gran Canal.

Familiares de desaparecidas y activistas exigen se declare la Alerta de Violencia de Género para empezar a frenar estas desapariciones de mujeres jóvenes, a partir de un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia.

Este es un fragmento de un texto publicado en la edición de febrero de 2015 de la revista ‘Chilango’, que es parte de Grupo Expansión. La firma edita en México 17 revistas y 11 sitios de internet, entre ellos CNNMéxico.

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