Muerte y amenazas acechan al periodismo en el Estado de México

Juan Lázaro Santiago

Cuatro periodistas han sido asesinados en la entidad, sin que haya sentenciados por los hechos; a esto se suman los casos de agresiones y amenazas

Las agresiones a periodistas en el Estado de México son cada vez más frecuentes y provienen de distintos frentes.

Los ataques de funcionarios públicos, policías, organizaciones ligadas a partidos, y la delincuencia han dejado un saldo de cuatro reporteros asesinados, dos de ellos junto con sus hijos, en las últimas dos décadas.

Existen pocos datos oficiales sobre las agresiones a comunicadores. La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM) tiene registradas durante 2014 nueve quejas por agresiones a periodistas, en lo que va de 2015 hay seis denuncias de violaciones menores en las que están involucrados funcionarios públicos, principalmente.

De acuerdo con el informe Estado de Censura, de Artículo 19, organización defensora de la libertad de expresión, en el país se documentaron 326 ataques contra periodistas y medios de información en 2014. Del total de las agresiones registradas, 48% son responsabilidad de funcionarios, siendo así los principales atacantes

El primer periodista asesinado en el Estado de México, de acuerdo a testimonios, fue Juvencio Arenas Gálvez, reportero de Cuestión. El 7 de octubre de 1991 fue acuchillado al interior de su auto y cubierto con una copia del periódico para el cual trabajaba en el municipio de los Reyes, La Paz.

La Procuraduría General de Justicia en el Estado de México (PGJEM) no dio a conocer públicamente la indagatoria ni se dieron resultados concluyentes.

En febrero de 2008, los reporteros Bonifacio Cruz Santiago y su hijo, Alfonso Cruz, director y editor del diario local El Real, fueron acribillados cuando se encontraban afuera de las oficinas del entonces síndico de Chimalhuacán, Raymundo Olivares Díaz. Los asesinos confundieron a Bonifacio con el síndico.

De este doble asesinato, la PGJEM no ha dado ningún resultado, a pesar de que ya pasaron siete años de que se inició la investigación.

La muerte más reciente de un comunicador fue la de Ángel Castillo Corona y su hijo de 16 años en julio de 2011. Ambos fueron asesinados por unos supuestos delincuentes que les querían robar el auto mientras circulaban por la carretera México-Santiago Tianguistenco-Chalma.

Pese a los asesinatos y ataques, la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de México (CODHEM) informó en un comunicado en 2012 que “en torno a agresiones a periodistas, el Estado de México no enfrenta los niveles o características que se registran en otras zonas”, según Víctor Delgado Pérez, director de Programas Especiales.

La comisión dijo entonces que el número de quejas del gremio era escaso, y que muchas veces no son contra la obstrucción o violación al derecho de la libertad de expresión, sino por no permitir la distribución de revistas y periódicos.

Un reportero desplazado y de luto

La violencia contra los reporteros llevó a Indalecio Benítez, director de una radio comunitaria en el municipio de Luvianos, a perder un hijo y dejarlo todo para huir de su hogar.

Indalecio Benítez, fundador de la radio comunitaria Calentana Mexiquense 98.1 FM, regresaba con su familia a su casa, cuando hombres armados que lo esperaban dispararon contra su vehículo, matando a su hijo de 12 años.

La organización Reporteros Sin Fronteras que le buscó un refugio para que no fuera localizado por la organización criminal que trabaja en la zona.

De 2007 a 2014, 33 comunicadores han huido de sus hogares abandonando todo tras recibir amenazas o ser atacados por su labor informativa, según el informe Estado de Censura de Artículo 19.

El mismo informe señala que Indalecio y su familia viven en condiciones precarias, pues apenas subsisten con el apoyo de organizaciones civiles.

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